EL JUEGO GEOPOLÍTICO
RUSO-CHINO
Escribe
IMMANUEL WALLERSTEIN (*)
Columnista en “La Jornada” Mx.
Traducción: Ramón Vera Herrera.
8 de junio 2014
(*)WALLERSTEIN IMMANUEL (1930) sociólogo y científico social
histórico de EE UU. Principal teórico
del análisis de sistema-mundo. Estudio en Columbia con doctorado en 1959. De 1976 a 1999 Profesor de
Sociología en Binghamton. Director del Centro Braudel de estudios económicos.
ocupó varios puestos al ser profesor visitante en diferentes universidades
alrededor del mundo, fue premiado con múltiples títulos honoríficos. Es
presidente de la
Comisión Gulbenkian.
Los gobiernos, los políticos y los medios en el
mundo occidental parecen incapaces de entender los juegos geopolíticos que
juegue alguien situado en cualquier otra parte. Sus análisis en torno al nuevo
acuerdo proclamado por Rusia y China son un pasmoso ejemplo de esto. El 16 de
mayo, Rusia y China anunciaron que habían firmado untratado de amistad que
durará por siempre, pero que no es una alianza militar. Simultáneamente
anunciaron uno sobre gas, en el que ambos países construirán un gasoducto para
exportar gas ruso a China. China prestará a Rusia el
dinero para que pueda
construir su parte del gasoducto. Parece que Gazprom (principal productor de
gas y petróleo en Rusia) hizo algunas concesiones en el precio a China, punto
que había estado deteniendo el acuerdo por algún tiempo. Si uno lee los medios
del 15 de mayo, están llenos de artículos que explican por qué un acuerdo así
sería poco probable. Al día siguiente, cuando sin embargo se concretó el
acuerdo, los gobiernos de Occidente, los políticos y los medios se dividieron
entre quienes pensaron que era una victoria geopolítica del presidente ruso
Vladimir Putin (y lo deploraron) y aquellos que argumentaron que esto no haría
mucha diferencia geopolítica. Es bastante claro, a partir de las discusiones y
los votos en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas durante los últimos
años, que Rusia y China comparten una aversión por las varias propuestas
puestas a consideración por Estados Unidos (y con frecuencia secundadas por
varios países europeos) para autorizar el involucramiento directo en la lucha
civil en Ucrania y en los múltiples conflictos en Medio Oriente (lo que abriría
en última instancia el camino a un involucramiento militar). (…ir a la nota
completa)
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