FOTO DE UN DESPOJO
A MANO ARMADA
Esçribe GUILLERMO ALMEYRA (*)
Çolumnista de “La Jornada”
de Mexiço, Fuente de esta nota
– 22 de
junio 2014
(*) GUILLERMO ALMEYRA- Argentino-mexicano, nacido en
Buenos Aires. Doctor en Ciencias Políticas (Univ. París VIII),
profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad
Xochimilco, de México. Miembro del Consejo Editor de “SinPermiso” Columnista
habitual en “La Jornada” de México. Periodista y escritor en especial en temas
históricos; en esa línea ha publicado sobre los principales referentes del
marxismo. Marx, Lenin, Trostky.
Argentina es uno de los
países menos endeudados del planeta, ya que desde 2005 viene pagando su deuda
externa (que representa sólo 46 por ciento del PIB) pero, a pesar de eso, está
al borde de una nueva cesación de pagos el 30 de este mes y, para peor, está a
la merced de un juez de Nueva York comprometido con los fondos usureros que han
puesto a Argentina entre la espada y la pared. Los gobiernos posditadura (sucesivamente,
de la Unión Cívica Radical, la derecha peronista menemista y la Alianza
radical-peronista) aumentaron aún más la deuda externa. Todos ellos y luego el
kirchnerismo se negaron a declarar nulas e impagables las deudas contraídas por
un gobierno militar nacido de un golpe y a declarar que los
compradores de
bonos de un gobierno ilegítimo lo habían hecho a su propio riesgo, conscientes
de la ilegalidad de su compra. Por consiguiente, se negaron a realizar una
auditoría de dicha deuda externa, como hizo en cambio Ecuador, para pagar sólo
los compromisos estatales legítimos. Néstor Kirchner aceptó la totalidad de la
deuda al renegociarla, con una quita promedio de 60 por ciento que fue aceptada
por 93 por ciento de los poseedores de bonos, a los que Argentina paga
regularmente. Una minoría de fondos buitres, sin embargo, siguió reclamando el
pago total. Uno de ellos compró bonos argentinos devaluados por 48.7 millones
de dólares y exige ahora mil 500 millones de dólares el día 30. A su reclamo,
respaldado por el juez Griesa de Nueva York en un fallo de primera instancia
refrendado en segunda instancia y respaldado por la Suprema Corte
estadunidense, que se negó a discutir el caso, se agregarían ahora otros fondos
reclamando el pago inmediato de hasta 15 mil millones de dólares. A ellos se
podría unir buena parte de los bonistas que antes habían aceptado la quita,
exigiendo entre 80 mil y 120 mil millones de dólares. Para colmo, el juez
Griesa impide al gobierno argentino seguir pagando a quienes canjearon sus
bonos, pues amenaza a Buenos Aires con embargar las transferencias a los
bonistas, que se pagan en Nueva York, para dárselas a los fondos buitres, y
prohíbe un cambio de sede judicial. (…ir a la nota completa)
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