sábado, 21 de junio de 2014

SE MOSTRÓ A LOS BRASILEÑOS Y AL MUNDO QUÉ TIPO DE LIDERAZGO TENEMOS TODAVÍA EN BRASIL.

QUIÉN AVERGONZÓ A BRASIL 
AQUÍ Y FUERA DE AQUÍ

Escribe LEONARDO BOFF (*) 
Fuente http://servicioskoinonia.org/ 
Viernes 20 de junio 2014

(*)LEONARDO BOFF (BRASIL) Teólogo, filósofo y escritor Uno de los fundadores de la Teología de la Liberación. en 1985, la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida por el Ratzinger (ex Papa) le silenció por un año por su libro “La Iglesia, Carisma y Poder” . Profesor de, ética y filosofía en Brasil. Conferencista en muchas universidades, como Heidelberg, Harvard, Salamanca, Barcelona, Lund, Lovaina, París, Oslo, Turín. Escribió más de 100 libros, traducidos a muchas lenguas. En 1997, el Parlamento Sueco le otorgó el premio Right Livelihood

Pertenece a la cultura popular del fútbol abuchear a ciertos jugadores, a los jueces y, finalmente, a alguna autoridad presente. Los insultos e insultos con palabras soeces que hasta los niños pueden escuchar es algo inaudito en el fútbol en Brasil. Se dirigieron a la más alta autoridad del país, a la presidenta Dilma Rousseff, situada en la parte posterior de la tribuna oficial. Estos insultos vergonzosos sólo podían provenir de la clase de gente que todavía tiene visibilidad en el país, "gente blanquísima de clase A, con falta de educación y sexista" como comentó la socióloga del Centro de Estudios Feministas, Ana Thurler. Los que conocen un
poco de historia de Brasil o quienes hayan leído a Gilberto Freyre, José Honorio Rodrigues y Sérgio Buarque de Hollanda saben identificar inmediatamente tales grupos. Son sectores de nuestras élites, los más conservadores del mundo y rezagados en el proceso de civilización global, como solía recalcar Darcy Ribeiro; sectores que durante 500 años ocuparon el espacio del Estado y se beneficiaron de él a más no poder, negando derechos ciudadanos para garantizar privilegios corporativos. Estos grupos todavía no han conseguido deshacerse de la Casa Grande que tienen incrustada en la cabeza, ni olvidar la picota donde eran flagelados los esclavos negros. No sólo su boca está sucia; está sucia porque su mente es sucia. Están anticuados y piensan todavía dentro de los viejos paradigmas del pasado, cuando vivían en el lujo y el consumo conspicuo como en la época de los príncipes renacentistas. En el duro lenguaje de nuestro mayor historiador mulato Capistrano de Abreu, gran parte de la élite «capó y recapó, sangró y resangró» siempre al pueblo brasileño. Y lo sigue haciendo. Sin ningún sentido de los límites y, por eso, tan arrogante, cree que puede decir los insultos que quiera y faltar al respeto a cualquier autoridad. (…ir a la nota completa)

 

No hay comentarios: