AQUÍ Y FUERA DE AQUÍ
Fuente http://servicioskoinonia.org/
Viernes 20 de junio 2014
(*)LEONARDO BOFF (BRASIL) Teólogo, filósofo y
escritor Uno de los fundadores de la Teología de la Liberación. en 1985, la
Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida por el Ratzinger (ex Papa) le
silenció por un año por su libro “La Iglesia, Carisma y Poder” . Profesor de,
ética y filosofía en Brasil. Conferencista en muchas universidades, como
Heidelberg, Harvard, Salamanca, Barcelona, Lund, Lovaina, París, Oslo, Turín.
Escribió más de 100 libros, traducidos a muchas lenguas. En 1997, el Parlamento
Sueco le otorgó el premio Right Livelihood
Pertenece a la
cultura popular del fútbol abuchear a ciertos jugadores, a los jueces y,
finalmente, a alguna autoridad presente. Los insultos e insultos con palabras
soeces que hasta los niños pueden escuchar es algo inaudito en el fútbol en
Brasil. Se dirigieron a la más alta autoridad del país, a la presidenta Dilma
Rousseff, situada en la parte posterior de la tribuna oficial. Estos insultos
vergonzosos sólo podían provenir de la clase de gente que todavía tiene
visibilidad en el país, "gente blanquísima de clase A, con falta de
educación y sexista" como comentó la socióloga del Centro de Estudios
Feministas, Ana Thurler. Los que conocen un
poco de historia de Brasil o
quienes hayan leído a Gilberto Freyre, José Honorio Rodrigues y Sérgio Buarque
de Hollanda saben identificar inmediatamente tales grupos. Son sectores de
nuestras élites, los más conservadores del mundo y rezagados en el proceso de
civilización global, como solía recalcar Darcy Ribeiro; sectores que durante
500 años ocuparon el espacio del Estado y se beneficiaron de él a más no poder,
negando derechos ciudadanos para garantizar privilegios corporativos. Estos
grupos todavía no han conseguido deshacerse de la Casa Grande que tienen
incrustada en la cabeza, ni olvidar la picota donde eran flagelados los
esclavos negros. No sólo su boca está sucia; está sucia porque su mente es
sucia. Están anticuados y piensan todavía dentro de los viejos paradigmas del
pasado, cuando vivían en el lujo y el consumo conspicuo como en la época de los
príncipes renacentistas. En el duro lenguaje de nuestro mayor historiador
mulato Capistrano de Abreu, gran parte de la élite «capó y recapó, sangró y
resangró» siempre al pueblo brasileño. Y lo sigue haciendo. Sin ningún sentido
de los límites y, por eso, tan arrogante, cree que puede decir los insultos que
quiera y faltar al respeto a cualquier autoridad. (…ir a la nota completa)
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