Escribe JORGE DURAND (*)
Columnista en “La Jornada”
de México
– 29 de junio 2014
(*) JORGE DURAND. (MEXIÇO) Antropólogo, Investigador Nacional
Nivel III, profesor de la Universidad de Guadalajara. Centro de Investigaciones
y Docencia Económicas .Profesor asociado. Correo electrónico: jorge.durand@cide.edu
· Doctor en Geografía, Universidad de Toulouse (Francia) y migrantólogo por vocación.
El fenómeno de los niños migrantes viene de años atrás y es
el resultado directo de la política estadunidense de disuasión, control
fronterizo y dilación permanente de cualquier tipo de reforma en la materia. Los
migrantes adultos que viven y trabajan en Estados Unidos, hace años o décadas
que dejaron atrás a sus familias y no han tenido oportunidad de reunirse. Las
únicas vías para poder lograrlo son el ingreso irregular o el retorno al lugar
de origen. Todos los días los menores migrantes mexicanos son deportados y
recibidos por instituciones como el DIF y las casas de acogida de migrantes.
Existen convenios entre esos dos países para una repatriación ordenada y
segura. No es el caso de Centroamérica. En primer lugar, no los pueden deportar
a México; deben devolverlos a su lugar de origen. En segundo término, por ser
menores de edad deben tener un tratamiento especial. Se debe tratar de ubicar a
sus familias y luego proceder a un proceso largo y complicado de deportación o
acogida, que requiere la participación de abogados, trabajadores sociales,
diversas organizaciones gubernamentales, ONG y consulados. La solución más
fácil, económica, justa y humanitaria es entregarlos a sus familias. Se estima
que los menores de edad centroamericanos capturados y detenidos en la frontera llegarán
a un total de 90 mil a fines de año. Según el Pew
Hispanic la población de
menores se incrementó en los pasados cinco años en 707 por ciento en el caso de
El Salvador; en 930 por ciento en el de Guatemala y mil 272 por ciento en el de
Honduras. Es un fenómeno explosivo que responde, por una parte, a un rumor de
que habría un proceso de regularización o un trato especial, lo cual ha
resultado ser cierto, por otra a una situación desesperada de miles de familias
divididas por el fenómeno migratorio, familias destrozadas y violentadas por el
fenómeno de la violencia, el narcotráfico y el pandillerismo y la ausencia de
un sistema de seguridad social y familiar que atienda a miles de huérfanos,
niños abandonados o dejados en custodia a sus familiares, madres solteras o
abandonadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario