CATACLISMO EN CURSO
Escribe
JOHN SAXE-FERNÁNDEZ (*)
Columnista en “La
Jornada
de Mexico 26 de junio 2014
(*) JOHN SAXE FERNÁNDEZ. Nacido en Costa Rica y ciudadano mexicano. Es doctor en Estudios
Latinoamericanos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM). Realizó sus estudios en la Brandeis University,
Washington University. Autor de diversos libros
Poco
después del maremoto que desató el desastre en la central de Fukushima, en marzo de 2011, uno de los encargados de la salvaguardia
nuclear en México, en entrevista radiofónica, desestimó sin más, la magnitud
del trance. Parecía más preocupado por el negocio de la
"nucleoelectricidad" una forma cara y muy peligrosa de calentar agua
para mover una turbina y generar electricidad, como dice Barry Commoner, que
por la
salud de la población. No es algo nuevo, ni sólo local. El encubrimiento
de lo intenso y extenso del daño ocasionado y de los riesgos generalizados a la
salud por la radiactividad diseminada sobre humanos, animales y vegetales, ha
acompañado a los grandes accidentes de Three Miles Island (1979), Chernobil
(1986) y el de Fukushima, con efectos potencialmente devastadores sobre la vida
en el Océano Pacífico y el planeta. El analista Harvey Wasserman al informar
sobre "los niños de Fukushima", sintetizó: "la industria nuclear
y sus defensores, continúan negando esta tragedia sobre la salud pública"
al referirse a que 48 por ciento de los 375 mil jóvenes examinados por la
Universidad Médica de Fukushima es decir, unos
200 mil niños, sufren
"trastornos pre-cancerosos de tiroides, nódulos y quistes en una tasa que
se acelera". Los datos obtenidos
después de 39 meses del desastre, muestran que "las tasas de cáncer de
tiroides...se han disparado más de cuarenta veces por encima de lo normal"
. La salud ha sido gravemente afectada y los riesgos para la población japonesa
y del mundo podrían ser muy serios En
entrevista con Amy Goodman en Democracy Now (Marzo, 2014) el Primer Ministro Naoto
Kan advirtió que Fukushima fue algo "mayor y más severo que
Chernobil". "Sin dejar de reconocer la inmensa tragedia (ucraniana)
por la fusión de un reactor. "hasta el día de hoy persiste la fuga de
material radiactivo" lo que tiene "efectos de muy largo alcance de
aquí en adelante", por lo que consideró que "...el desastre de
Fukushima fue mayor al de Chernobil y sigue en curso hasta el día de hoy". (…ir a la nota completa)
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