jueves, 3 de julio de 2014

HOTEL CINCO ESTRELLAS SE FINANCIO CON DINERO DE LAS DONACIONES . CARPAS PARA HAITIANOS SIGUEN TAL CUAL

    DIEZ AÑOS DE OCUPACIÓN   
LOS OTROS TERREMOTOS 
QUE HUNDIERON HAITÍ

Escribe 
IOLANDA FRESNILLO (*) 
Fuente “Diagonal”  
 2 de julio 2014


(*) IOLANDA FRESNILLO (ESPAÑA, catalunya). Investigadora social y periodista free-lance. Escritora.Licenciada en Sociología y máster en Cooperación y Desarrollo por la Universidad de Barcelona. Ha trabajado desde 2011 en el Observatorio Europeo de Auditoría Ciudadana de la Deuda en la Globalización. Co-autora de “La Deudocracia como Amenaza Global y “Hambruna, especulación y deuda en Somalia” entre otros trabajos. Escribe en varios medios de la prensa alternativa.

 “Desde el primer momento que la Minustah puso un pie en tierra haitiana, sus tropas han violado de forma sistemática los derechos humanos”. Lo dice Monica Riet, uruguaya, que el pasado 6 de mayo se encontraba en Puerto Príncipe como militante de la Coordinadora latinoamericana por la retirada de las tropas de la
Minustah, la misión de Na­cio­nes Unidas por la Estabi­liza­ción de Haití. “Es un genocidio silencioso que va más allá de la ocupación militar”, añadía indignada por la participación de tropas uruguayas en la operación militar de la ONU.La epidemia de cólera iniciada en uno de sus cuarteles a finales de 2010, que se ha cobrado ya más de 8.500 víctimas mortales y más de 700.000 casos de contagio. La presencia de tropas extranjeras en Haití es tan sólo una de las múltiples injerencias políticas y económicas que ha sufrido el país en los dos últimos siglos. La devastación que provocó el terremoto de enero de 2010 no se puede entender sin esas injerencias.  El terremoto provocó más de 217.000 víctimas mortales y 1,5 millones de personas se quedaron sin hogar. Los costes y pérdidas causadas por el seísmo se estiman en 7.800 millones de dólares, equivalente a más del 120% del PIB haitiano de 2009. Pero más allá del nivel de desembolso prometido
–alrededor del 60% en los dos primeros años– y de la eficacia de esa ayuda, otra maquinaria se puso en marcha: la del negocio que ofrecía la reconstrucción. Lo que el embajador de EE UU en Haití llamó “la carrera por el oro”.No se equivocaba. Entre 2010 y 2012, tan sólo el 1,3% del valor contractual de los proyectos de la USAID fueron concedidos a contrapartes haitianas, según el Centro de Investigaciones Económicas y Polí­ticas. De las inversiones de USAID en Haití en 2013, más del 85% fueron a empresas y ONG norteamericanas. La Unión Europea sigue un patrón similar: en 2010 y 2011, el 76,7% del valor de los contratos de EuropeAid en Haití fueron para empresas europeas. Amparada por los Clinton, la estrategia “abierto a los negocios” e invadieron las maquilas. De hecho, el Gobierno haitiano presume públicamente de tener salarios más bajos que México, República Dominicana, India o incluso China y Paquistán y algunos centavos de dolar mas que Bangladesh.   

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