martes, 26 de agosto de 2014

¿EN NOMBRE DE QUIÉN?

EL PRESIDENTE BARACK OBAMA
 REGISTRA EL PEOR ÍNDICE 
  DESDE QUE LLEGÓ A CASA BLANCA.

 Escribe DAVID BROOKS (*) 
Corresponsal en EE,UU, de 
"La Jornada" de Mexico 
25 de agosto 2014

(*) DAVID BROOKS (Toronto, 1961), periodista y escritor canadiense-estadounidense especializado en política. Escribe en el New York Times y en PBS. Corresponsal de “La Jornada” de México en EE UU. Responsable de la página editorial del Wall Street Journal, y del Weekly Standard . Autor entre otros  de:”En el Paraíso Drive: ¿Cómo vivimos ahora”   (2004), “Bobos in Paradise: La nueva clase superior y cómo llegaron allí” (2000) y “El Animal  Social” (2011), grandes éxitos editoriales.


El estado de la política formal en Estados Unidos se puede resumir más o menos así: que una democracia de, por y para los ricos es una pobre democracia.Es difícil –aunque aún lo logran– aplicar la palabra democracia cuando la cúpula política que supuestamente obra en nombre del pueblo es reprobada por ese
Maureen Dowd,
pueblo. El índice de aprobación que goza el Congreso está entre los más bajos en la historia, alcanza en promedio (de varias encuestas nacionales) sólo 12.3 por ciento, por 77.3 por ciento de desaprobación. El Congreso ya es más bien material para comediantes, y son frecuentes las bromas para identificar quién goza de menos aprobación que la Legislatura. Tan baja es la percepción pública del Congreso que ya casi nadie cree que vale la pena realizar actos de protesta en el Capitolio. El Congreso, parece, ha llegado a ser tan patético que hasta los manifestantes ya no se molestan en presentarse ahí, reportó el Washington Post.Del lado del Ejecutivo, el presidente Barack Obama registra el peor índice de aprobación desde que llegó a la Casa Blanca. Cada día hay más expresiones críticas de las bases que fueron claves en llevar a Obama a la presidencia, con inmigrantes y latinos, estudiantes, organizaciones antiguerra, y figuras liberales y
Cornel West,
progresistas que expresan cada vez más críticas contra quien hace pocos años les prometió un cambio para bien de las mayorías y las mejores causas y con ello generó gran esperanza y apoyo. Maureen Dowd, columnista liberal del New York Times, escribió que el candidato extraordinario resulta ser un hombre de lo más ordinario, y resulta que él, quien fue electo como el político más excitante en la historia estadunidense, ahora evade toda movida audaz. Cornel West, el reconocido filósofo político e intelectual público (y afroestadunidense), quien después de Harvard y Princeton ahora es profesor en Union Theological Seminary, comentó sobre Obama en entrevista con Salon: “se presentó como un progresista y resultó falsificado. Acabamos con una presidencia de Wall Street, una presidencia de drones… es otro oportunista neoliberal”. West afirmó que el sistema político es disfuncional. Nuestros líderes son cada vez más comprados con soborno legalizado y corrupción normalizada... Agregó que la
Kareem Abdul
secuela de Obama será un Estados Unidos en depresión pos-traumática, porque los niveles de desilusión son muy profundos. Por otro lado, Kareem Abdul-Jabbar, legendario campeón basquetbolista y ahora comentarista social, tal vez ofreció uno de los análisis más sorprendentes sobre los incidentes en Ferguson, Misuri, donde, afirmó en un artículo de opinión en la revista Time, que en el fondo esto no sólo es otro acto de racismo sistémico, sino lo otro que también es: guerra de clases. (Es posible que ésta fue la primera vez que esa revista – con su larga historia oficialista y anticomunista– imprimió las palabras guerra de clases).  
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