“DEMORACY NOW”:
NECESITAMOS UNA NUEVA
FORMA DE PENSAR,
UN NUEVO ESFUERZO PARA
ELIMINAR ARMAS NUCLEARES...
NECESITAMOS UNA NUEVA
FORMA DE PENSAR,
UN NUEVO ESFUERZO PARA
ELIMINAR ARMAS NUCLEARES...
Escriben
AMY GOODMAN,
con la colaboración de
DENIS MOYNIHAN
(*)
Fuente: “Democracy Now”
8 de agosto 2014
(*) AMY
GOODMAN Locutora, periodista y escritora progresista de EE UU. Egresada de
Harvard University en 1984, Fundo”Democracy Now” noticiero internacional que se
emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y televisión en inglés y en
más de 400 en español,juntamente con DENIS MOYNIHAN . Es co-autora del libro
"Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos
extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono
Sur. Traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now!
en español.
“Odio
la guerra”, afirmó Koji Hosokawa cuando nos encontrábamos junto a la llamada
Cúpula de la Bomba Atómica en Hiroshima, Japón. En un extremo del Parque
Conmemorativo de la Paz de Hiroshima se erige el esqueleto de un edificio de
cuatro pisos. El edificio fue uno de los pocos que quedaron en pie después de
que Estados Unidos lanzara la bomba atómica en Hiroshima el 6 de
agosto de 1945
a las 8.15 de la mañana. Tres días más tarde, Estados Unidos lanzó una segunda
bomba en Nagasaki. Cientos de miles de civiles murieron, muchos al instante y
otros tantos lentamente como consecuencia de quemaduras graves y de lo que más
tarde pasó a conocerse como enfermedades provocadas por la radiación. El mundo
observa horrorizado los diversos conflictos militares de la actualidad, que
dejan tras de sí solo más destrucción. En Libia y en Gaza, en Siria, en Irak,
Afganistán y Ucrania. No muy lejos de los muertos y los heridos de esos
conflictos, los misiles nucleares aguardan alertas, en espera del terrible
momento en que la arrogancia, un accidente o la falta de humanidad provoquen el
próximo ataque nuclear. “Odio la guerra”, reiteró Hosokawa. “Odio la guerra, no
a los estadounidenses. La guerra vuelve locas a las personas”. Un día antes de
reunirme con Koji Hosokawa estuve en Tokio, donde entrevisté a Kenzaburo Oe,
ganador del Premio Nobel de Literatura.
Kenzaburo Oe |
“Cuando era niño, a los 12 años de
edad, Japón ingresó en la guerra y fue al final de la guerra que Japón sufrió
los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki. En aquel entonces sufrí una gran
conmoción, pero también mi madre, nuestras familias, todas las personas en
aquel entonces estaban azoradas por la bomba atómica. Se trataba de la mayor
catástrofe que jamás habíamos experimentado, por eso el sentimiento de tener
que sobrevivir a esto, de superarlo y empezar de nuevo fue muy poderoso”. Ahora,
con casi 80 años, Kenzaburo Oe ha reflexionado mucho acerca de la conexión que
existe entre la bomba atómica y el desastre de Fukushima, la planta nuclear que
colapsó cuando un terremoto y un tsunami devastadores azotaron Japón el 11 de
marzo de 2011. El Premio Nobel le dijo al periódico francés Le Monde:
“Hiroshima debe quedar grabado en nuestra memoria: es una catástrofe más
terrible que los desastres naturales porque fue provocada por el hombre.
Repetirla, al mostrar la misma falta de respeto por la vida humana con la
construcción de plantas de energía nuclear, es la peor traición a la memoria de
las víctimas de Hiroshima”, afirmó.
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