sábado, 27 de septiembre de 2014

OBAMA YA TIENE SU PROPIA GUERRA (I)

AHORA EL OBJETIVO ES EL ESTADO ISLÁMICO, 
SE TRATA DEL NUEVO ENEMIGO NÚMERO UNO.
EXTRAÑABAN NO LO FUERA YA HACE TIEMPO

ROBERTO MONTOYA (*)
 Fuente:” VientoSUR” 
Publica “Revista Pueblos” 
15 de Septiembre 2014.

(*) ROBERTO MONTOYA. Periodista y escritor español. especializado en política internacional, es miembro del Consejo Asesor de VientoSUR .Es jefe de sección de Internacional del diario EL MUNDO de Madrid, analista de política internacional y autor, entre otras obras, de los ensayos ‘El imperio global’ y ‘La impunidad imperial’. Columnista habitual en CubaDebate, Rebelion entre varios otros medios, en diversos países de América y Europa.  Su último libro es Drones: la muerte por control remoto (AKAL, 2014).


Parecía raro que un presidente estadounidense completara dos mandatos sin haber iniciado una nueva guerra. Es parte del historial que se le supone a todo inquilino de la Casa Blanca. Los biógrafos oficiales esperaban pacientes, Barack Obama no podía defraudar. Pero el primer presidente afroamericano de EEUU parecía empeñado en no rellenar la casilla de conflictos bélicos de su currículum.
Ya había completado un primer mandato y estaba casi a la mitad del segundo, y nada. No sólo no había iniciado su propia guerra sino que incluso se obstinaba en tratar de cerrar de cualquier forma y de prisa las que había heredado de su predecesor, el belicoso George W.Bush. Una vez que constató que las guerras de Afganistán e Irak eran un desastre político, económico y militar, que EEUU no había logrado como pretendía dejar al frente de esos países a gobiernos estables y dóciles dispuestos a quedar bajo su órbita y servirle de plataforma para preparar el asalto de otros países díscolos de la región como Irán o Siria, Obama aceleró la retirada

de sus tropas. Esos fracasos habían tenido también como consecuencia que opciones como la yihad -perdón, cruzada- como la que lanzó Bush tras el 11-S invocando a Dios y convocando a “la batalla del Bien contra el Mal”, ya no hacían subir como la espuma los índices de popularidad del presidente de turno. En el caso de Bush, tenía el 51 % de popularidad el 10 de septiembre de 2001 y el 90% tras los atentados, pero ese recurso ya no funcionaba. Después de tantos años de guerra, más de 6.000 muertos propios -y más de 30.000 con heridas graves y mutilaciones- sin conseguir los jugosos resultados esperados, la guerra ya no


vendía. Los estadounidenses estaban más preocupados por la crisis económica que por salvar el mundo. Pero, finalmente, Obama, que heredó las guerras de Afganistán e Irak, va a legar a su sucesor una más, Siria… y lo que siga tras ella. Los electores han vuelto a cambiar de opinión. Las últimas encuestas muestran que más de un 70% apoya ahora la extensión de la guerra contra el Estado Islámico. Ya pocos se acuerdan de Al Qaeda, aunque existe, tiene ramas muy fuertes y acaba de abrir un nuevo frente en India.   

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