sábado, 27 de septiembre de 2014

AMÉRICA LATINA EN LA GEOPOLÍTICA DEL IMPERIALISMO

AMÉRICA LATINA ES, PARA EE. UU. 
LA REGIÓN MÁS IMPORTANTE
CON UN PAPEL CRUCIAL EN EL DISEÑO 
GEOPOLÍTICO DEL IMPERIALISMO

Escribe 
GILBERTO LÓPEZ Y RIVAS (*) 
Fuente “La Jornada” de México 
6 de Septiembre 2014

(*) LOPEZ RIVAS GILBERTO . Antropólogo, ensayista y político mexicano. Es un destacado intelectual latinoamericano. Profesor-investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Doctor en Antropología por la Universidad de Utah, Estados Unidos (1976), y Maestro por la Universidad Nacional Autónoma de México. Conferencista internacional en temas  del extractivismo y es también un estudioso y militante en  la cuestión de los pueblos originarios en México y en Latino América.


El libro de Atilio Boron "América Latina en la geopolítica del imperialismo” (México, UNAM, 2014) es de importancia estratégica para la lucha de nuestros pueblos y está destinado a convertirse en un clásico de obligada lectura, tanto en los ámbitos de la academia, como en los de la militancia revolucionaria y las
Atilio Boron
resistencias anticapitalistas- Ha sido un gran acierto que la Universidad Nacional Autónoma de México haya decidido publicarla. Desde las primeras páginas introductorias va planteando las tesis que sostienen sus argumentos centrales: la transición geopolítica global se está llevando a cabo no en una época de cambios, sino en un cambio de época, según expresión de Correa, en la que se constata el debilitamiento del poderío global de Estados Unidos, que aunque es y seguirá siendo un actor fundamental del sistema internacional, sus poderes se encuentran acotados. Estas tesis van de la mano, a lo largo de la obra, de otra que reitera y demuestra exhaustivamente: Tratar el significado actual de imperialismo es crucial frente a conceptos como el de globalización, concebido como la interdependencia de todas las naciones, con desconocimiento de las asimetrías económicas y las distintas posiciones que ocupan en el sistema. En el campo de
la izquierda, Atilio despeja toda duda sobre el discurso pernicioso que se plasma en las tesis de autores como Michael Hardt y Antonio Negri, que en su libro Imperio llegan a sostener que la edad del imperialismo ha concluido; que hay imperio pero ya no más imperialismo. Para quienes hemos estudiado los avatares de la cuestión nacional, queda claro que si bien la explotación y el despojo se mundializan, la dominación es mediada por estados nacionales. Esto es, el imperialismo pasa inexorablemente por estructuras nacional-estatales de mediación, no es un factor externo, sino que opera a través de una articulación entre las clase dominantes a escala global, lo que se denomina la burguesía imperial, la cual

dicta sus condiciones a las clases dominantes locales en la periferia del sistema. El imperialismo actual tiene como su centro indiscutido a Estados Unidos, con cinco oligopolios, siguiendo Boron a Samir Amin: el tecnológico, el control de los mercados financieros mundiales, el acceso a los recursos naturales del planeta, el control de los medios de comunicación y el de las armas de destrucción masiva. En este contexto, la supremacía militar de Estados Unidos es incontestable, dentro de ciertos límites; es capaz de destruir países pero no puede llegar a normalizar el funcionamiento de sus víctimas para garantizar el eficaz saqueo de sus riquezas y el despojo de sus recursos, como demuestran los casos de Irak, Afganistán y Libia.    

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