domingo, 14 de septiembre de 2014

UN TRIUNFO FINAL

LAS ÚNICAS QUE TUVIERON EL CORAJE 
PARA DECIR NO A LOS ASESINATOS  
POR PEDIR UN POCO MÁS DE DIGNIDAD

Escribe 
OSVALDO BAYER (*) 
Fuente “Pagina 12”
 Buenos Aires, Argentina , 
13 de Septiembre 2014

(*) BAYER OSVALDO JORGE (Santa Fe, Argentina, 18 de febrero de 1927) es un historiador, escritor y periodista. Estudió Historia en la Universidad de Hamburgo (Alemania). De regreso en la Argentina, trabajó intensamente en el canal educativo y cultural del Ministerio de Educación de la Nación. Es conocido por su activismo a favor del movimiento anarquista.“Un anarquista y pacifista a ultranza como él se autodenomina”. 


Sí, noventa y dos años después del suceso, se representó en el teatro de San Julián, tal cual ocurrió, el episodio de las putas. Fantasías de la realidad. El hecho inusitado por el cual pasaron a la historia esas cinco prostitutas. Cuando con escobas y palos esas pobres mujeres no dejaron entrar al prostíbulo a los soldados fusiladores de peones rurales protagonistas de las huelgas de los años
Fusilamiento de  trabajadores rurales
veinte. Esas mujeres fueron los únicos seres que reaccionaron contra un crimen tan indigno. Las puertas del teatro de San Julián se abrieron para dar paso a las cinco actrices que encarnaron a las prostitutas que con toda dignidad rechazaron a los soldados que querían sexo después de dar muerte a tanto trabajador de la tierra, en aquel 1921. El público espectador de la obra teatral reaccionó profundamente emocionado. Aplaudieron de pie al grito de “¡bravo!” cuando las cinco rameras corrieron a los uniformados y les gritaban “¡Fuera, asesinos!”. Parece mentira que así ese crimen masivo cometido por el gobierno nacional y el Ejército Argentino quedara al desnudo, en toda su crudeza, definitivamente.  Cuando rechazaron a los soldados fueron
detenidas por la policía y fueron tratadas de la peor manera y finalmente expulsadas para siempre. La única que volvió, muchos años después, cuando ya había cumplido los sesenta años, fue la prostituta inglesa Maud Foster, y a su regreso fue la madama del prostíbulo La Catalana, el mismo donde ocurrió el rechazo de los soldados fusiladores. Maud Foster murió en San Julián y está sepultada allí. Y todo el elenco teatral, más los técnicos, concurrimos al cementerio a honrar su memoria por el gesto que tuvo ante tanto trabajador de la tierra fusilado.  Cómo cambiaron los tiempos. Pero no fue tan fácil. Pensar que este episodio –el de las meretrices que echan a los soldados– iba a ser el final del film La Patagonia rebelde, pero la banda de esbirros de López Rega, en 1974, no lo permitió y hubo que cambiarlo por la ceremonia en que los estancieros ingleses le cantan “For he is a jolly good fellow” al teniente coronel Varela, autor de la matanza de peones y brindan con él con un whisky. Pasaron muchos años para que ahora, el teatro nacional Cervantes tuviera el coraje civil de darlo en su escenario y pasearlo por toda la Argentina. Ojalá que este concepto de no a la censura y sí a la libertad se mantenga en todo el futuro argentino.    ( …ir a la nota completa)


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