POR RÁPIDO QUE CREZCA EL PIB DE UN PAÍS,
SI UNA PARTE DE SU POBLACIÓN
ENFRENTA PRECARIEDAD Y CARENCIAS,
ENFRENTA PRECARIEDAD Y CARENCIAS,
ES
UN SISTEMA ECONÓMICO FRACASADO.
Escribe
DAVID BROOKS (*)
Corresponsal
en EE UU de
“La Jornada” de Mexico”
lunes 20 de octubre 2014
(*)
DAVID BROOKS (Toronto, 1961), periodista y escritor canadiense-estadounidense
especializado en política. Escribe en el New York Times y en PBS. Corresponsal
de “La Jornada” de México en EE UU. Responsable de la página editorial del Wall
Street Journal, y del Weekly Standard . Autor entre otros de:”En el Paraíso Drive: ¿Cómo vivimos
ahora” (2004), “Bobos in Paradise: La
nueva clase superior y cómo llegaron allí” (2000) y “El Animal Social” (2011), grandes
éxitos editoriales.
El departamento más caro y lujoso del mundo está en Mónaco.
Tiene cinco pisos, con resbaladilla hasta la piscina en la parte de abajo,
discoteca, sala de cine, gimnasio, varios bares y más, y sólo cuesta 418
millones de dólares; el agente de ventas asegura que esto es para los oligarcas
serios, los más ricos de los ricos. Una bolsa de cuero para practicar boxeo
diseñada por Karl Lagerfeld para Louis
Vuitton se puede llevar por sólo 175 mil
dólares (pero incluye guantes de boxeo). Los nuevos edificios que están
cambiando el perfil de Nueva York son casi todos de ultralujo. Para entrar a la
lista anual de Forbes de los 400 multimillonarios más ricos de Estados Unidos
se necesitaba por lo menos una fortuna de 1.55 mil millones, el nivel más alto
desde que se empezó a elaborar esta lista, en 1982. Nada de esto se oculta,
todo está a la vista. Obviamente, todos los demás han visto sus ingresos caer o
mantenerse estancados durante una generación –el ingreso medio de los hogares
está por debajo de su nivel de hace 25 años–, con el resultado de que hay más
familias que viven en la pobreza, más inseguridad alimentaria –o sea, hambre– y
más familias sin vivienda, o cuyos empleos tienen salarios deprimidos, el nivel
Joseph Stiglitz |
de deuda estudiantil más alto de la historia y el fin de la promesa de una
oportunidad para todos. Según estadísticas oficiales, el porcentaje de la
riqueza captada por el 50 por ciento más pobre de los hogares se redujo de 3
por ciento en 1989 a sólo 1 por ciento, en 2013. La riqueza del hogar medio se
desplomó más de 40 por ciento entre 2007 y 2013. La cosa ha llegado a tal
extremo que voces sorprendentes han sonado la alarma. Joseph Stiglitz, el economista premio Nobel,
ha dedicado los últimos años a la investigación de esta desigualdad que,
afirma, pone en jaque al sistema económico nacional e internacional.
Recientemente escribió que a pesar de lo rápido que crezca el PIB de un país,
un sistema económico que no logra entregar las ganancias a la mayoría de sus
ciudadanos, y donde un porcentaje creciente de
su población enfrenta una
creciente inseguridad, es, en un sentido fundamental, un sistema económico
fracasado. Todo esto se siente en las calles y campos de este país. Más aún, no
se perciben alternativas, salidas o cambios, porque el sistema político es
considerado algo que, cada vez más, sólo sirve a los más ricos. Stiglitz, como
se reportó anteriormente, lo resumió así: el sistema político estadunidense
está desbordado por el dinero. La desigualdad económica se traduce en
desigualdad política, y la desigualdad política genera más desigualdad
económica. Los multimillonarios esencialmente compran elecciones –nacionales,
estatales, locales– con sus donaciones, ahora casi sin límite legal gracias a
fallos recientes de la Suprema Corte, que defiende explícitamente estas
actividades como libertad de expresión. En 2000, agrupaciones externas gastaron
52 millones en campañas electorales; para 2012 ese monto se elevó a más de mil
millones, según el Center for Responsive Politics.
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