AYUDARA PROCESOS DE CAMBIO
EN PAÍSES
LATINOAMERICANOS,
DONDE SE DEFINEN GOBIERNOS
Y OTROS MODELOS DE DESARROLLO
Escribe
PABLO JOFRÉ
LEAL (*)
Fuente “Hispan TV”
Publica “Rebelion”
17 de Octubre 2014
(*) PABLO JOFRE LEAL -
Periodista y escritor chileno. Analista internacional. Corresponsal Agencia
Adital Brasil- Webislam- colaborador de Hispantv de Teheran. Master en Relaciones internacionales de la
Universidad Complutense de Madrid. Licenciado en Comunicación Social por la
Universidad Arcis . en Comunicación Social y Relaciones Internacionales
“Patria sí, colonia no” fueron las palabras que reflejan no
sólo el sentimiento de Evo Morales Ayma tras el arrollador triunfo que lo
vuelve a situar al frente de Palacio Quemado en Bolivia, para el período
2015-2020, sino que la visión de un país que está sirviendo de modelo político
y económico para un continente con
desafíos de envergadura, para lograr la
satisfacción de su población. Con un 60% de los votos, válidamente escrutados,
Evo se alzó con el primer lugar en una victoria que nunca estuvo en duda y que
según las propias palabras del reelecto mandatario boliviano, debatían en estas
elecciones dos modelos de desarrollo: la privatización y la nacionalización.
Evo no olvidó a la hora del triunfo a dos dirigentes de los cuales reconoce una
amplia influencia: el fallecido Comandante Hugo Chávez Frías de Venezuela y
Fidel Castro Ruz, el veterano Comandante cubano, cuyo legado permanece
inalterable. Además, dedicó la victoria “a todos los pueblos en América Latina
y el mundo, que luchan contra el capitalismo y contra el
imperialismo”
señalando con ello que esta elección tenía alcances más allá de la mediterránea
nación andina. Efectivamente, la victoria de Evo Morales tiene un alcance
regional, pues implica consolidar procesos de cambio en gran parte de los
países latinoamericanos, donde se están definiendo gobiernos y modelos de
desarrollo distintos. Tal es el caso de Brasil y Uruguay, que resultan
fundamentales a la hora de consolidar, a su vez, procesos de integración tanto
en el ámbito político como económico en esta parte del mundo. Al asumir su
tercer mandato, en enero del 2015. El triunfo de la dupla Evo Morales – Álvaro
García Linera consolida un proceso de cambios que se inició el año 2005 cuando
el MAS
accede por primera vez a la primera magistratura de Bolivia, mostrando
en estos años, que el famoso desgaste del cual suelen hablar los analistas
políticos no es real cuando quien gobierna lo hace en virtud del beneficio
social. Una muestra del cambio de estas elecciones se observa también en el mapa
electoral con un crecimiento en los porcentajes de adhesión de Evo en ocho de
los 9 departamentos de este país. Con un triunfo en el otrora Departamento
opositor (y hasta con acciones destinadas a tratar de desmembrar la nación
boliviana) como es el caso de Santa Cruz donde Evo logró el 50% de los votos,
en comparación al 4% obtenido el año 2005. Igual preocupación hay que tener en
cuenta, a la hora del análisis más fino, con una derecha boliviana que sigue
manteniendo un apoyo electoral que se sitúa en el 30%, que no genera más daño
por el enorme caudal de votos conseguido por el MAS y su propia dispersión como
oposición pero que es un llamado de alerta a estudiar de qué manera se logra
una sociedad aún más inclusiva, con sectores que ideológicamente parecen estar
atrapados por un discurso a contrapelo de las propias necesidades del pueblo
boliviano.
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