jueves, 16 de octubre de 2014

CÓMO MANEJAR A CHINA SEGÚN EL GRAL WESLEY CLARK

CON LA CRISIS DE 2008: 
RESPETANDO PODER MILITAR DE EE. UU. 
CHINA LO EMPEZÓ A VER COMO 
UN SISTEMA FALLIDO, 
Y UN GOBIERNO DISFUNCIONAL

Escribe 
ALFREDO JALIFE-RAHME (*) 
Columnista de Internacionales 
en “La Jornada de Mexico 
 http://www.jornada.unam.mx/
 15 de octubre 2014

(*) ALFREDO JALIFE-RAHME- Escritor y periodista. Profesor de Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Especialista en relaciones internacionales. Publica crónicas sobre política internacional en el diario “La Jornada” de Mexico,  el semanario “Contralínea” y  otros importantes medios del continente. Editorialista y maestro de postgrado en geopolítica y negocios internacionales de la UNAM. Edito varios libros de gran éxito editorial, Último publicado: “El Híbrido Mundo Multipolar: un Enfoque Multidimensional, “(Orfila, 2010)..


El general retirado Wesley Clark, que brilló en la fase clintoniana y su guerra en los Balcanes, acudió al Consejo del Atlántico –muy generoso en obsequiar preseas insustentables a su aliados del Tercer Mundo– a delinear una estrategia para el crecimiento de Estados Unidos y su liderazgo global, basado en su libro
enlatadora china en Huangyan Foto Ap
No esperar a la siguiente  guerra. El portal del Consejo del Atlántico elogia al anterior comandante supremo de la OTAN como pensador estratégico excepcional cuando Estados Unidos se desinfla de una década de guerra y se encuentra una vez más de nuevo  en el precipicio  de un nuevo conflicto prolongado. El general Wesley Clark, autor del libro Ganar las guerras modernas y librar las guerras modernas, se hizo famoso por haber estado a punto de desatar la tercera guerra mundial en Kosovo contra Rusia y por su premonitorio vaticinio sobre los siete estados fallidos, coincidentemente islámicos. Aborda en su ensayo Cómo manejar  a China cuando su severa supresión de la disensión política desde Hong Kong a Xinjiang, y sus íntimos lazos con Rusia, Irán y Norcorea, han finalmente puesto en reposo el sueño de varios líderes occidentales desde la década de los 90. Juzga que lo contrario ocurrió: China es más confidente, segura y cerrada y 35 años después
de que Deng Xiaoping liberó la economía, el Partido Comunista usa la prosperidad materialista y la ideología nacionalista para mantener su legitimidad frente a las tensiones sociales apremiantes. Aduce que la política exterior de China se basa en un egoísmo calculado, a expensas de las instituciones internacionales, parámetros y obligaciones que Estados Unidos ha buscado encabezar. Peor aún: China ve a Estados Unidos como un rival y adversario potencial. Hasta aquí Wesley Clark carece de autocrítica y resalta su desprecio a Rusia para la edificación del nuevo orden mundial. ¿Acabar con Rusia antes, para luego guerrear con China? Expone su diagnóstico cronológico desde la década de los 70 hasta 2013. En la década de los 70, Pekín buscó una asociación estratégica con Washington para disuadir la percibida amenaza

soviética. Al final de los 80 los chinos estaban especialmente impresionados con la proeza de Estados Unidos en la guerra del golfo Pérsico de 1991, mientras China construyó su fuerza tecnológica, industrial y agrícola colocando en segundo término su modernización militar. A finales de 2005, la admiración  de China por Estados Unidos fue tal que un joven y bien conectado líder del PC le comentó: China desea ser el mejor amigo de Estados Unidos para que nos den el liderazgo del mundo, como lo hizo Gran Bretaña con Estados Unidos. ¡Qué ingenuidad! El punto de inflexión se gestó con la crisis financiera de 2008: aunque todavía respetuosa del poder militar de Estados Unidos, China empezó a ver a (ese país) como un sistema fallido, con una economía endeudada y un gobierno disfuncional, vulnerable para ser sustituido como el líder mundial. ¿A poco no es cierto?. Luego del garrote vienen las zanahorias y, a mi juicio, Wesley Clark intenta seducir a China (sin Rusia) a un sutil G-2   

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