CON LA CRISIS
DE 2008:
RESPETANDO PODER MILITAR DE EE. UU.
CHINA LO EMPEZÓ A VER
COMO
UN SISTEMA FALLIDO,
Y UN GOBIERNO DISFUNCIONAL
UN SISTEMA FALLIDO,
Y UN GOBIERNO DISFUNCIONAL
Escribe
ALFREDO JALIFE-RAHME (*)
Columnista de Internacionales
15 de octubre 2014
(*) ALFREDO JALIFE-RAHME- Escritor y periodista.
Profesor de Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM). Especialista en relaciones internacionales. Publica
crónicas sobre política internacional en el diario “La Jornada” de Mexico, el semanario “Contralínea” y otros importantes medios del continente. Editorialista y maestro
de postgrado en geopolítica y negocios internacionales de la UNAM. Edito varios
libros de gran éxito editorial, Último publicado: “El Híbrido Mundo
Multipolar: un Enfoque Multidimensional, “(Orfila, 2010)..
El general retirado Wesley Clark, que brilló en
la fase clintoniana y su guerra en los Balcanes, acudió al Consejo del Atlántico
–muy generoso en obsequiar preseas insustentables a su aliados del Tercer
Mundo– a delinear una estrategia para el crecimiento de Estados Unidos y su
liderazgo global, basado en su libro
No esperar a la siguiente guerra. El portal del Consejo del Atlántico
elogia al anterior comandante supremo de la OTAN como pensador estratégico
excepcional cuando Estados Unidos se desinfla de una década de guerra y se encuentra
una vez más de nuevo en el precipicio de un nuevo conflicto prolongado. El general
Wesley Clark, autor del libro Ganar las guerras modernas y librar las guerras
modernas, se hizo famoso por haber estado a punto de desatar la tercera guerra
mundial en Kosovo contra Rusia y por su premonitorio vaticinio sobre los siete
estados fallidos, coincidentemente islámicos. Aborda en su ensayo Cómo manejar a China cuando su severa supresión de la
disensión política desde Hong Kong a Xinjiang, y sus íntimos lazos con Rusia,
Irán y Norcorea, han finalmente puesto en reposo el sueño de varios líderes
occidentales desde la década de los 90. Juzga que lo contrario ocurrió: China
es más confidente, segura y cerrada y 35 años después
enlatadora china en Huangyan Foto Ap |
de que Deng Xiaoping
liberó la economía, el Partido Comunista usa la prosperidad materialista y la
ideología nacionalista para mantener su legitimidad frente a las tensiones
sociales apremiantes. Aduce que la política exterior de China se basa en un
egoísmo calculado, a expensas de las instituciones internacionales, parámetros
y obligaciones que Estados Unidos ha buscado encabezar. Peor aún: China ve a
Estados Unidos como un rival y adversario potencial. Hasta aquí Wesley Clark
carece de autocrítica y resalta su desprecio a Rusia para la edificación del
nuevo orden mundial. ¿Acabar con Rusia antes, para luego guerrear con China? Expone
su diagnóstico cronológico desde la década de los 70 hasta 2013. En la década
de los 70, Pekín buscó una asociación estratégica con Washington para disuadir
la percibida amenaza
soviética. Al final de los 80 los chinos estaban
especialmente impresionados con la proeza de Estados Unidos en la guerra del
golfo Pérsico de 1991, mientras China construyó su fuerza tecnológica,
industrial y agrícola colocando en segundo término su modernización militar. A
finales de 2005, la admiración de China
por Estados Unidos fue tal que un joven y bien conectado líder del PC le
comentó: China desea ser el mejor amigo de Estados Unidos para que nos den el
liderazgo del mundo, como lo hizo Gran Bretaña con Estados Unidos. ¡Qué
ingenuidad! El punto de inflexión se gestó con la crisis financiera de 2008:
aunque todavía respetuosa del poder militar de Estados Unidos, China empezó a
ver a (ese país) como un sistema fallido, con una economía endeudada y un
gobierno disfuncional, vulnerable para ser sustituido como el líder mundial. ¿A
poco no es cierto?. Luego del garrote vienen las zanahorias y, a mi juicio,
Wesley Clark intenta seducir a China (sin Rusia) a un sutil G-2
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