sábado, 25 de octubre de 2014

LA GUERRA DE CUBA CONTRA EL ÉBOLA

EE.UU. “TRABAJA ACTIVAMENTE PARA DILUIR
LA EFECTIVIDAD DE LA AYUDA MÉDICA   DE CUBA”, 
ESCRIBIÓ GRANDIN,: “CON SU OBSOLETA
OBSESIÓN DEL TIEMPO DE LA GUERRA FRÍA”

Escribe 
BELÉN FERNÁNDEZ(*) 
Fuente “Al Jazeera”
Publica “Rebelión” 
Tradujo Germán Leyens. 
23 de octubre 2014.

 (*) BELÉN FERNÁNDEZ- Periodista itinerante de la Agencia Al Jazeera. Es autora de “The Imperial Messenger:” junto con Thomas Friedman, publicado por Ed. “Verso”. Ella es editor colaborador de la revista "Jacobino". (Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no reflejan necesariamente la política editorial de Al Jazeera)


CON SU SISTEMA DE SALUD NACIONAL GRATUITO, CUBA ACUMULA IMPRESIONANTES LOGROS MÉDICOS. A principios de este mes el Washington Post informó: “En la reacción médica ante el ébola, Cuba da un golpe muy superior a su peso”. 155 profesionales de la atención sanitaria ya habían sido
enviados a Sierra Leone –el mayor equipo enviado hasta ahora por una nación extranjera –y casi 300 doctores y enfermeras están siendo entrenados para ir a Liberia y Guinea. La reacción de Cuba ante la crisis del ébola corresponde a su tradición de solidaridad internacionalista a través de sus contribuciones a la salud global. En 2009, el New York Times mencionó que, durante los últimos 50 años, Cuba ha “enviado más de 185.000 profesionales de la salud en misiones médicas por lo menos a 103 países”. Obviamente, esto ha creado muchas oportunidades para

cáusticas comparaciones entre el sistema cubano y el de su vecino imperial del norte, que prefiere una política exterior basada en la destrucción. Una doctora cubana residente en Venezuela me dijo una vez, hablando de esa discrepancia: “También luchamos en zonas de guerra, pero para salvar vidas”. Más allá de invasiones directas y cosas semejantes, EE.UU. también se especializa en formas más sutiles de guerra. Después del artículo del Post sobre Cuba, el historiador Gred Grandin nos recordó una “historia de la que se ha hablado menos” en un blog para The Nation . EE.UU. “trabaja activamente para diluir la efectividad de la


ayuda médica al exterior de Cuba”, escribió Grandin, “colocando su obsoleta obsesión con Cuba del tiempo de la Guerra Fría… por sobre las necesidades básicas de atención sanitaria de la gente más pobre del mundo”. Mediante el Programa de Profesionales Cubanos de la Medicina Bajo Palabra, el Departamento de Estado de EE.UU. incita a personal médico cubano a desertar e irse a EE.UU. desde países terceros en los que están estudiando o trabajando, con ayuda de funcionarios consulares locales estadounidenses. Grandin señala secamente: “Si solo los chicos hambrientos de Honduras víctima del golpe recibieran una ayuda semejante”. Si consideramos que la conmiseración de EE.UU. es asignada según motivos políticos, ideológicos y económicos, se hace obvio por qué los jóvenes hondureños no pueden contar con ella. El golpe de 2009 en Tegucigalpa, ejecutado con el respaldo de EE.UU., aseguró que el país seguiría funcionando como una base militar estadounidense de facto y una fuente lucrativa de beneficios corporativos.   

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