jueves, 9 de octubre de 2014

LO QUE ESTÁ EN JUEGO EN BRASIL

LAS CLASES POPULARES SABEN BIEN 
QUE LOS   QUE HOY SE OPONEN A 
LA PRESIDENTA DILMA ROUSSEFF, 
BUSCAN EL PODER POLÍTICO PERDIDO

Escribe 
BOAVENTURA DE SOUSA SANTOS (*) 
Fuente Blog del autor 
en “Publico.es” (España)
4 de octubre 2014 

(*) BOAVENTURA DE SOUSA SANTOS. (Coímbra, Portugal, 1940)  Poeta y ensayista portugués.  Doctor en Sociología del derecho por la Universidad de Yale, científico social y uno de los referentes   de la sociología jurídica contemporánea. Profesor catedrático de la Facultad de Economía de la Universidad de Coimbra (Portugal). se ha dedicado a una intensa militancia intelectual Sus ultimos libros son ”Si Dios fuese un activista de los derechos humanos” (Madrid, Trotta 2014) y, de próxima aparición y co-escrito con Maria Paula Meneses “Epistemologías del Sur “(Madrid, Akal).
Escribo esta crónica desde Cuiabá, capital de Mato Grosso y también de lo que en Brasil se conoce como agronegocio (agricultura industrial de monocultivo: soja, algodón, maíz, caña de azúcar), la capital del consumo de pesticidas que envenenan la cadena alimentaria y de la violencia contra líderes indígenas y
campesinos que defienden sus tierras de la invasión y de la deforestación ilegales. Me reúno con líderes de los movimientos sociales, uno de ellos (indígena xavante) llegado a la reunión clandestinamente por estar amenazado de muerte. De este lugar y de esta reunión resulta particularmente claro lo que está en juego en las próximas elecciones en Brasil. Las clases populares -el vasto grupo social de pobres, excluidos y discriminados que vio mejorado su nivel de vida en los últimos doce años con las políticas de redistribución social iniciadas por el presidente Lula y continuadas por la presidenta Dilma- están perplejas, pero tienen los pies en el suelo y no me parece que sean engañadas fácilmente. Saben

que las fuerzas conservadoras que se oponen a la presidenta Dilma están tratando de recuperar el poder político que perdieron hace doce años. Conscientes de que la era Lula transformó ideológicamente el país, no lo podrán hacer por los medios y con los protagonistas habituales. Para poner fin a esa era es necesario recurrir a alguien que la evoque, Marina Silva, el desvío contranatura para llegar al poder. Poco a poco las clases populares van conociendo el programa de Marina Silva e identificando tanto lo transparente como lo mistificador. Es transparente el regreso al neoliberalismo que permita los beneficios extraordinarios resultantes de las grandes privatizaciones (de Petrobras al presal) y de la eliminación de la regulación macroeconómica y social del Estado. Para eso se propone la plena independencia del Banco Central y la eliminación de las diplomacias paralelas


(léase: total alineamiento con las políticas neoliberales de los EEUU y de la UE). Es mistificador el recurso a conceptos como el de “democracia de alta intensidad” y el de “democratizar la democracia” -conceptos muy identificados con mi trabajo, pero usados de un modo totalmente oportunista- como si fuese una nueva política cuando, en realidad, de lo que se trata es, en el mejor de los casos, de una continuación de lo que se ha hecho en algunos estados, cuyo ejemplo más notable es el de Rio Grande do Sul. A esto se añade que lo verdaderamente nuevo en la candidatura de Marina Silva implica un retroceso no sólo político sino también ciudadano. Se trata de la certificación de la mayoría política del evangelismo conservador. El grupo parlamentario evangélico ya es hoy poderoso en el Congreso y su poder está totalmente alineado no sólo con el poder económico más depredador (el sector ruralista), al que la teología de la prosperidad confiere designio divino, sino también con las ideologías más reaccionarias del creacionismo y de la homofobia. 


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