LOS
PAÍSES DE LA EUROZONA PARA CONSERVAR
LA CONFIANZA DE LOS INVERSIONISTAS,
INDUJERON
A UN GRAN AUMENTO EN EL
DESEMPLEO.
Escribe
ALEJANDRO NADAL (*)
Columnista habitual en
“La Jornada” de Mexico
-
1º de Octubre 2014
(*)ALEJANDRO NADAL es
Doctor en Economía por la Universidad de París y Profesor de Teoría Económica
del Colegio de México. Miembro del
Consejo Editor de Sin Permiso y columnista permanente en “La Jornada” de
México. Conferencista y Periodista que publica en importantes medios de Europa
y América. Trabaja en un libro sobre macroeconomía. Sustenta que esta no es
crisis económica, sino que es estructural del sistema.
Francia ha logrado colocar deuda en el mercado
internacional a tasas muy bajas y todo mundo se pregunta por qué. La tasa de
rendimiento de sus bonos a 10 años ha caído a un nivel récord de 1.24 por
ciento, a pesar de una crisis ministerial que se saldó con la renuncia del
ministro de economía, de que la economía francesa permanece estancada y el
déficit fiscal se
sitúa por arriba del nivel fijado en el tratado de
Maastricht. La deuda externa total de Francia rebasa por primera vez los 2
billones (castellanos) de euros, el equivalente a 95 por ciento del PIB (por
arriba del umbral de 60 por ciento fijado en Maastricht). ¿Cómo explicar las
bajas tasas a las que Francia está colocando su deuda soberana? En realidad,
Francia no está sola. La tasa de rendimiento sobre bonos alemanes a 10 años
alcanzó hace una semana el nivel récord de 0.91 por ciento. Hasta los países
más golpeados por la deuda han podido colocar bonos a menor tasa. El costo de fondeo para los países de la
eurozona se redujo desde que Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo
(BCE), anunció el compromiso de evitar la deflación a cualquier precio. El
discurso de
Draghi en el simposio de Jackson Hole no deja lugar a dudas.
Destacan dos puntos clave. Primero, la crisis de deuda soberana en la eurozona
(que arranca en plena forma a partir de 2011) desarticuló los mecanismos de
estabilización macroeconómica. En especial, el ajuste fiscal que se llevó a
cabo en la mayor parte de los países de la eurozona para conservar la confianza
de los inversionistas condujo a un aumento significativo del desempleo. Además,
a pesar de que las tasas de interés se mantenían bajas, el costo del capital se
incrementó. La transmisión de la política monetaria se interrumpió y la doble
contracción, monetaria y fiscal, profundizó la recesión. Hoy la deflación sigue
siendo tema de preocupación para
Draghi. La inflación se mantenía en un modesto
2.5 por ciento en el verano de 2012 y hoy alcanza el 0.4 por ciento. Preservar
la estabilidad de precios sigue siendo el mandato principal del BCE y Draghi
considera que se necesita reactivar la demanda agregada. El segundo punto es el
más importante: Draghi anuncia que la política monetaria debe desempeñar un
papel importante para salir de la recesión. Esta retórica confirma los anuncios
de mediados de junio sobre las medidas del BCE en materia de adquisición de
activos. Las expectativas de los inversionistas consideran que el BCE procederá
a inyectar cantidades masivas de liquidez en la economía de la eurozona en
octubre, lo que provocaría una caída todavía más sensible de las tasas de
interés de mercado.
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