EFECTOS
DE LAS ACCIONES HUMANAS:
DEFORESTACIÓN AMAZÓNICA CAUSA
GRAVE
SEQUÍA DE SÃO PAULO ESTE AÑO.
Fuente:
Publica “Eco Portal”
13 de Noviembre 2014
Tras las recientes elecciones presidenciales en
Brasil, un grupo de científicos brasileños y británicos publican hoy un informe
en “Science” en el que alertan de nuevas
leyes amenazan a los pueblos indígenas y a las áreas protegidas, que albergan
ecosistemas únicos, y pueden dejar paso a las explotaciones mineras y embalses
destinados a la producción de energía hidroeléctrica. En las últimas dos
décadas, Brasil se ha destacado en la protección del medio ambiente y ha
recibido elogios por expandir sus áreas protegidas y reducir la deforestación
del Amazonas. El país disfruta de la mayor red de zonas protegidas del mundo,
que suman 2,2 millones de kilómetros
cuadrados, un 12,4% del total mundial. Sin
embargo, desde 2008 Brasil ha perdido 44.100 kilómetros cuadrados de áreas
protegidas y hoy otros 21.000 están amenazados. Joice Ferreira, científico del
instituto de investigación agrícola Embrapa y principal autor del artículo,
pide que el nuevo gobierno electo aclare la situación y mantenga a Brasil
"en la senda del desarrollo sostenible". "En el Amazonas aún
queda un 80% de vegetación nativa, pero la situación no es muy diferente en
otros biomas mucho más amenazados, como el Bosque Atlántico, que sólo conserva
el 10% de su vegetación original debido a la deforestación que han provocado actividades como la minería. Las áreas
registradas como de interés para la minería incluyen más de 34.000 kilómetros
cuadrados de las actuales áreas protegidas, casi el tamaño de Suiza, entre las
que se encuentran distintas categorías, como parques naturales, reservas
biológicas y refugios de vida silvestre. El consentimiento de
los pueblos
indígenas Para los pueblos indígenas, la situación también sería dramática. Un
ejemplo específico es el de los Kayapó, en el estado de Pará, cuyas tierras se
superponen en más de 11.000 kilómetros cuadrados con los territorios
registrados como de interés para la minería. El 28% de las tierras indígenas se
superponen con áreas de interés minero, lo que supone más de 281.000 kilómetros
cuadrados, más que la superficie del Reino Unido. Los científicos ya vinculan
la deforestación amazónica con el episodio de sequía que ha sufrido São Paulo
en 2014 Una buena muestra de cómo el desarrollo va socavando la protección de
muchos espacios es que algunos parques naturales y otras reservas se han
reducido para permitir
la construcción de embalses, especialmente, a lo largo
del río Tapajós, en Pará. "Es fácil de evaluar los beneficios monetarios
directos de la minería o de las presas, pero muy difícil evaluar los beneficios
indirectos que puede acumular la naturaleza", señala Ferreira. Para colmo,
"las áreas protegidas han sido vistas como un impedimento para el
desarrollo por muchos legisladores y grupos de presión" y las energías
renovables y las actividades económicas alternativas parecen difíciles de
implementar. Los expertos solicitan que en cualquier decisión se tengan en
cuenta los efectos ambientales y sociales y advierten de que "una vez que
se toman las decisiones, disminuyen las posibilidades de las generaciones
futuras".
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