DAESH FUE CREADO PARA ENCARGARSE
DE LO QUE NO PUEDE HACER LA OTAN.
LA
ALIANZA ATLÁNTICA FINGE
NO TENER NADA QUE VER CON ELLO.
Escribe
THIERRY MEYSSAN (*)
Fuente Red Voltaire
DAMASCO (SIRIA) TÜRKÇE FRANÇAIS
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27 DE OCTUBRE
DE 2014
(*)
THIERRY MEYSSAN (1957 Gironda, Francia) es un periodista y activista
político francés, autor de investigaciones sobre la extrema derecha así como
sobre la Iglesia Católica, entre otras. Escritor y analista internacional., Presidente fundador de la Red Voltaire y de
la conferencia Axis for Peace. Sus análisis sobre política exterior se publican
en la prensa árabe, latinoamericana y rusa. Es analista y consultante de
varios gobiernos
¿La
nueva alianza entre Turquía y Francia concierne solamente los temas económicos,
como la entrada de Ankara en la Unión Europea, o es más bien de naturaleza
política? Y, de ser cierto esto último, ¿justificará Paris la política de
Ankara, incluso si resulta injustificable? ¿Llegará ese apoyo hasta la
justificación del genocidio? Esta semana, la administración Obama denunció por
segunda vez al apoyo de Ankara al Emirato Islámico (también designado como
Daesh, su
acrónimo árabe, y inicialmente conocido como EIIL, siglas de “Emirato
Islámico en Irak y el Levante”). La primera vez fue el 2 de octubre y la
acusación vino del vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, durante una
conferencia organizada en Harvard. La segunda acaba de tener lugar, el 23 de
octubre, cuando el subsecretario del Tesoro, David Cohen, hizo uso de la palabra
en la Fundación Carnegie. La actitud de Turquía hacia los yihadistas
está en correspondencia total con el plan estadounidense y, al menos hasta
octubre de 2014, Daesh sigue bajo el control de la CIA. Lo que Washington no
puede admitir es que un miembro de la OTAN se vea implicado públicamente en la
masacre que amenaza a la
población de Kobane. La política de la administración
Obama es muy simple: Daesh fue creado para encargarse de lo que no puede hacer
la OTAN –la limpieza étnica– mientras que los miembros de la alianza atlántica
fingen no tener nada que ver con ello. Pero masacrar a los kurdos de Siria no
es una necesidad para la política de Washington y la implicación de Turquía
sería un crimen contra la humanidad. La actitud de Turquía se presenta como
involuntaria. Y precisamente en eso reside el problema. Turquía es un Estado
negacionista que nunca reconoció las masacres que ha perpetrado: en 4 años –de
1914 a 1918– asesinó 4 millones de armenios, 200 000 asirios y cristianos
adeptos del rito griego y 50 000 asirios en Persia; y más tarde –de 1919 a
1925– también acabó con las vidas de 800 000 armenios y griegos. Lejos de
cerrar ese doloroso capítulo de su historia, el mensaje de condolencias que el
señor Erdogan emitió el pasado 23 de abril denotaba la incapacidad de Turquía
para reconocer los crímenes perpetrados por los Jóvenes Turcos.
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