lunes, 8 de diciembre de 2014

BANCA Y ARMAS, FELIZ MATRIMONIO DE CONVENIENCIA

LAS EMPRESAS QUE COMERCIALIZAN ARMAMENTO 
NO PODRÍAN MANTENER EL NIVEL DE NEGOCIO
 A NO SER POR AYUDA DE GRANDES BANCOS PRIVADOS

Escribe 
JORDI CALVO RUFANGES(*)
 Fuente BLOG del autor en “Público.es” 
29 de Noviembre 2014

(*) JORDI CALVO RUFANGES – economista, periodista e investigador. . Trabaja en el Centro Delàs de Estudios por la Paz - Justícia i Pau de Barcelona y es profesor de conflictos armados, economía de defensa, cooperación y movimientos sociales (UJI, URL, UOC, UB). Es vocal de la Federació Catalana d'ONG, miembro de la Junta del Internacional Peace Bureau (IPB).


En el mundo hay de manera permanente más de 20 conflictos armados. Cuando uno camina hacia la resolución y baja la intensidad de la violencia armada, aparece otro para mantener el nivel de actividad militar. Las guerras suceden por múltiples factores, y no es objeto de este artículo analizarlos, pero, hay varias cuestiones que el sentido común hace
que nos planteemos recurrentemente. ¿Acaso no es posible acabar con la violencia armada cuando sabemos cuáles son los conflictos existentes, aquellos que pueden llevar a niveles de violencia en que las armas juegan un papel determinante, si sabemos también las mil y una maneras de prevenirlos, de atajarlos o de reducir su impacto, y teniendo en cuenta que también sabemos construir la paz, ya que afortunadamente hay más lugares en el planeta sin guerra que con ella?. Entonces, ¿dónde está el problema? ¿Acaso nuestros gobernantes ignoran cómo funciona el mundo, no tienen acceso a la información de decenas e incluso centenares centros de estudios por la paz que proponen y promueven maneras diferentes de gestionar los conflictos sin el uso de la violencia, o puede ser que aun sabiéndolo, no lo hagan porque haya otras consideraciones que les impiden tomar las decisiones

correctas? He aquí donde tiene cabida el enfoque del ciclo armamentista que sirve para entender la facilidad con que nos embarcamos en guerras y apostamos frecuentemente por la vía militar para resolver los conflictos. El ciclo armamentista explica el proceso de militarización y armamentismo de las sociedades desde la identificación de la necesidad de las armas hasta su utilización final. La necesidad surge de las amenazas a la seguridad, reales o ficticias. Estas a su vez sirven para justificar el gasto público militar, la producción de la industria armamentística, el comercio de armamento y la financiación de todos ellos. En primer lugar, es importante destacar que el gasto militar es financiado por los presupuestos estatales, con los que se financia una estructura militar humana y material capaz de utilizar la fuerza armada cuando se precise. Es decir, somos los contribuyentes quienes dedicamos un porcentaje de nuestros ingresos a su mantenimiento. En el caso
español dedicamos más de 16.500 millones de euros solo en 2014, el 4% de los Presupuestos Generales del Estado, lo que supone 45 millones de euros diarios. Una parte del presupuesto militar va dedicado a ayudar a las empresas de armas, con créditos públicos blandos se financia la I+D que sirve para fabricar las armas que acaba comprando el ejército.  Quienes ofrecen tales servicios son los bancos privados. Cabe decir que las empresas que fabrican y comercializan armamento no podrían mantener el mismo nivel de negocio de nos ser por la ayuda de los bancos. Solo teniendo en cuenta las empresas de armas españolas, tras analizar más de doscientas industrias militares, el ratio de endeudamiento medio e las mismas llegaba en 2010 al 73%. Es decir, sin financiación las empresas de armas a lo sumo alcanzarían una cuarta parte de su producción.    

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