viernes, 2 de enero de 2015

2O15, UN AÑO CRÍTICO Y TURBULENTO

TENDENCIAS HACIA LA GUERRA, 
LA DESESTABILIZACIÓN Y EL CAOS 
CRECERÁN DE FORMA EXPONENCIAL

Escribe 
RAÚL ZIBECHI (*) 
Fuente “La Jornada” México
26 de Diciembre 2014

(*) RAÚL ZIBECHI- (Uruguay 1952) Periodista, docente, investigador y escritor uruguayo  Analista internacional en Red Voltaire. Logró en 2003 Premio José Martí por sus crónicas sobre Argentina. En diversos medios del continente y del exterior, incursiona en una visión panorámica sobre las luchas sociales en nuestra América. Escribe la sección internacional de “Brecha” (Uruguay). Profesor en “Multiversidad Franciscana” de América Latina


El 2014 termina con la decisión de Barack Obama de restablecer relaciones con Cuba, luego de medio siglo de bloqueo y ataques a la soberanía de la isla.   El acercamiento se produce en el momento en que Estados Unidos muestra marcadas tendencias hacia la provocación de conflictos y guerras, como parte de estrategia de crear caos sistémico para seguir dominando. El año que finaliza fue
uno de los más tensos e intensos, ya que la Casa Blanca desplegó un conjunto de iniciativas que pueden llevar a la guerra entre países que poseen armas atómicas. La estrategia estadunidense se orienta a establecer un cerco militar, económico y político a Rusia, para impedir todo acercamiento con la Unión Europea. Entre los hechos más graves de 2014, debemos recordar que Estados Unidos no movió un dedo para impedir los bombardeos indiscriminados de Israel sobre la Franja de Gaza.La situación caótica que atraviesan Siria, Sudán, Irak y Libia es una muestra clara de que se ha diseñado una estrategia del caos, como vienen denunciando varios analistas, como medio para rediseñar las relaciones de poder a su favor. Siguen siendo un misterio cómo las poderosas fuerzas militares occidentales no

pueden abatir al Estado Islámico, haciendo crecer las sospechas de que la organización terrorista trabaja en la misma estrategia que impulsa el Pentágono. En América Latina, llama la atención el silencio de la administración Obama sobre las masacres en México. Por mucho menos, funcionarios del gobierno de Venezuela están siendo denunciados y perseguidos por la Casa Blanca. No deja de llamar la atención que la nueva escalada contra el gobierno de Nicolás Maduro sea simultánea con el acercamiento a Cuba. Parece obligado preguntarse: ¿qué intenciones abriga Estados Unidos con esta nueva política hacia la isla? Es evidente que no hay una política estadunidense hacia Venezuela y otra hacia Cuba, o hacia México. El objetivo es el mismo: seguir imperando en el Caribe, en Centroamérica, México y todo el norte de Sudamérica, el área donde Estados Unidos no admite desafíos. Para evitarlo, todo vale. La guerra contra los sectores populares en México (con la excusa del narco) fue diseñada para impedir un
levantamiento popular, que era posible en los primeros años del nuevo siglo. Pero en México, Estados Unidos puede contar con una clase política entrenada y financiada por ellos, fiel y sumisa. Algo con lo que no pueden contar en Venezuela (donde la oposición no tiene ni la cohesión ni la capacidad como para dirigir el país), mucho menos en Cuba, donde los cuadros técnicos y políticos no son manejables por las agencias del imperio. Al parecer, porque aún es pronto para saber si la Casa Blanca está promoviendo un viraje en su política exterior, existe la intención de jerarquizar el papel de América Latina. El análisis del Diario del Pueblo, apunta en esa dirección. La estrategia de Estados Unidos de influir en la zona Asia-Pacífico fue una decisión trasnochada y ya se han dado cuenta. Ahora Estados Unidos mueve sus piezas hacia otros derroteros. La normalización de las relaciones con Cuba intenta eliminar la gran piedra para su activa participación en los asuntos de América Latina, y desliza una discreta adecuación en su fallida estrategia de regresar a Asia-Pacífico.   

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