GIGANTES DE COMBUSTIBLES COMO EXXONMOBIL
FINANCIAN A ESTOS
REFUTADORES
PROFESIONALES DEL CAMBIO CLIMÁTICO
Escribe AMY GOODMAN,
con la colaboración de
DENIS MOYNIHAN
(*)
Fuente “Democracy Now!”
2 de enero 2015
(*) AMY
GOODMAN Locutora, periodista y escritora progresista de EE UU. Egresada de
Harvard University en 1984, Fundo”Democracy Now” noticiero internacional que se
emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y televisión en inglés y en
más de 400 en español,juntamente con DENIS MOYNIHAN dirige "Democracy
Now!" . Ambos son autores del libro "Los que luchan contra el
sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos",
editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur. Traducido por Mercedes Camps.
Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español.
Hace unos 50 años, el Director de Salud Pública de EE.UU,
Luther Terry, publicó el informe “Tabaco
y salud”. Decia: “Fumar cigarrillos es un riesgo de salud de suficiente
importancia como para ordenar la
aplicación de medidas restrictivas
oportunas”. La industria tabacalera
intensificó la campaña para defender el cigarrillo. Hoy, se está desatando una guerra similar contra
la verdad, por la industria de los combustibles fósiles, para desacreditar a la
ciencia del cambio climático “Nuestro negocio es la duda”, afirma un memorando
de 1969 de la tabacalera Brown and Williamson, “ya que es la mejor forma de
competir con el ‘conjunto de hechos’ que tiene en la mente la población”. Brown
and Williamson era parte del grupo de gigantes tabacaleras –conocido como “Big
Tobacco” en Estados Unidos– junto con Philip Morris USA, R.J. Reynolds,
Lorillard Tobacco Company, U.S. Tobacco, Liggett
Luther Terry |
Group y American Tobacco. En
1994 los ejecutivos de estas siete empresas mintieron ante el Congreso,
declarando que la nicotina no era adictiva. La imagen de los siete ejecutivos
con la mano en alto, jurando, se volvió el ícono de una industria engañosa y
letal. Hoy en día, la industria de los combustibles fósiles ha sembrado una
cortina de humo de duda, al igual que las tabacaleras. Greenpeace publicó un informe en
2013, “Dealing in Doubt” (Comerciando con la duda), que traza la historia de la
industria de la refutación del cambio climático, con sus participantes clave y
sus financiadores. Hay una relación directa entre las grandes tabacaleras y los
desacreditadores del cambio climático. Muchos de los de la ciencia sobre el
cambio climático comenzaron como voceros en favor de las grandes tabacaleras. Estos
“escépticos” del cambio climático se encuentran diseminados en varios de los
autodenominados “think tanks” del libre mercado, tales como Americans for
Prosperity, Cato Institute, American Petroleum Institute, Competitive
Enterprise Institute y Heartland Institute. Guiados por las empresas globales
de relaciones públicas como Hill and Knowlton, estas instituciones organizan
campañas mediáticas para rebatir informes respetados sobre el cambio climático,
con poco o ningún respaldo científico que respalde sus afirmaciones. Los
hermanos Koch –Charles
y David– que obtienen sus miles de millones de dólares a
partir de la industria de los combustibles fósiles y financian agresivamente
las acciones para bloquear su regulación, además de financiar directamente a
estos grupos e instituciones, también realizan donaciones encubiertas. Ellos y
otros más hacen contribuciones caritativas a una organización sin fines de
lucro llamada “Donors Trust” y a otra organización asociada, “Donors Capital
Fund”, que a su vez hacen llegar los fondos a las instituciones que se encargan
de desmentir el cambio climático, otorgando el anonimato a los donantes
originales.
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