martes, 6 de enero de 2015

CAMBIO CLIMÁTICO: LA CORTINA DE HUMO DE LA DUDA

GIGANTES DE COMBUSTIBLES COMO EXXONMOBIL 
FINANCIAN A ESTOS REFUTADORES 
PROFESIONALES DEL CAMBIO CLIMÁTICO

Escribe AMY GOODMAN
con la colaboración de 
DENIS MOYNIHAN (*) 
Fuente “Democracy Now!” 
2 de enero 2015

(*) AMY GOODMAN Locutora, periodista y escritora progresista de EE UU. Egresada de Harvard University en 1984, Fundo”Democracy Now” noticiero internacional que se emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 400 en español,juntamente con DENIS MOYNIHAN dirige "Democracy Now!" . Ambos son autores del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur. Traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español.


Hace unos 50 años, el Director de Salud Pública de EE.UU, Luther Terry,  publicó el informe “Tabaco y salud”. Decia: “Fumar cigarrillos es un riesgo de salud de suficiente importancia  como para ordenar la aplicación de medidas restrictivas
Luther Terry
oportunas”. La industria tabacalera intensificó la campaña para defender el cigarrillo.  Hoy, se está desatando una guerra similar contra la verdad, por la industria de los combustibles fósiles, para desacreditar a la ciencia del cambio climático “Nuestro negocio es la duda”, afirma un memorando de 1969 de la tabacalera Brown and Williamson, “ya que es la mejor forma de competir con el ‘conjunto de hechos’ que tiene en la mente la población”. Brown and Williamson era parte del grupo de gigantes tabacaleras –conocido como “Big Tobacco” en Estados Unidos– junto con Philip Morris USA, R.J. Reynolds, Lorillard Tobacco Company, U.S. Tobacco, Liggett
Group y American Tobacco. En 1994 los ejecutivos de estas siete empresas mintieron ante el Congreso, declarando que la nicotina no era adictiva. La imagen de los siete ejecutivos con la mano en alto, jurando, se volvió el ícono de una industria engañosa y letal. Hoy en día, la industria de los combustibles fósiles ha sembrado una cortina de humo de duda, al igual que las  tabacaleras. Greenpeace publicó un informe en 2013, “Dealing in Doubt” (Comerciando con la duda), que traza la historia de la industria de la refutación del cambio climático, con sus participantes clave y sus financiadores. Hay una relación directa entre las grandes tabacaleras y los desacreditadores del cambio climático. Muchos de los de la ciencia sobre el

cambio climático comenzaron como voceros en favor de las grandes tabacaleras. Estos “escépticos” del cambio climático se encuentran diseminados en varios de los autodenominados “think tanks” del libre mercado, tales como Americans for Prosperity, Cato Institute, American Petroleum Institute, Competitive Enterprise Institute y Heartland Institute. Guiados por las empresas globales de relaciones públicas como Hill and Knowlton, estas instituciones organizan campañas mediáticas para rebatir informes respetados sobre el cambio climático, con poco o ningún respaldo científico que respalde sus afirmaciones.   Los hermanos Koch –Charles
y David– que obtienen sus miles de millones de dólares a partir de la industria de los combustibles fósiles y financian agresivamente las acciones para bloquear su regulación, además de financiar directamente a estos grupos e instituciones, también realizan donaciones encubiertas. Ellos y otros más hacen contribuciones caritativas a una organización sin fines de lucro llamada “Donors Trust” y a otra organización asociada, “Donors Capital Fund”, que a su vez hacen llegar los fondos a las instituciones que se encargan de desmentir el cambio climático, otorgando el anonimato a los donantes originales.    

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