sábado, 3 de enero de 2015

MOVIDAS SECRETAS DE EE. UU. CON LA HABANA Y TEHERÁN

INTERESES DE ESTADOS UNIDOS, POR UN LADO,
 Y DE CUBA E IRAN,POR OTRO, SON IRRECONCILIABLES     

Escribe 
THIERRY MEYSSAN (*) 
Fuente “Red Voltaire” Damasco Siria 
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26 de diciembre 2014

(*) THIERRY MEYSSAN (1957 Gironda, Francia) es un periodista y activista político francés, autor de investigaciones sobre la extrema derecha así como sobre la Iglesia Católica, entre otras. Escritor y analista internacional., Presidente fundador de la Red Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Sus análisis sobre política exterior se publican en la prensa árabe, latinoamericana y rusa. Es analista y consultante de varios gobiernos

El anuncio del restablecimiento de relaciones diplomáticas de Washington con La Habana permite presagiar un restablecimiento de las relaciones de Washington con Teherán. Estados Unidos no renuncia a su ambición imperialista, mientras que Cuba y Irán tampoco renuncian a su ideal revolucionario. Sin embargo, en una prueba de pragmatismo, Washington reconoce que Cuba e Irán no serán
vencidos con aislamiento diplomático y guerra económica. Por consiguiente, Washington se prepara para un enfrentamiento de otro tipo.El anuncio simultáneo, por Barack Obama en Washington y Raúl Castro en La Habana, del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba causó gran sorpresa en Europa. Como de costumbre, Washington estaba negociando con su adversario en secreto, sin prevenir a sus socios europeos pero imponiendo a la Unión Europea el respeto de las sanciones que ahora será el primero en levantar, aprovechando la evidente ventaja que ello implicará para sus propios intereses. Desde hace 2 años, el presidente Obama está tratando de suavizar los conflictos

entre su Imperio y los Estados que se le resisten: Cuba, en Latinoamérica, e Irán, en el «Medio Oriente ampliado». Cualquiera puede darse cuenta de que las sanciones unilaterales –verdaderos actos de guerra económica– que Washington implanta e impone contra sus adversarios, al igual que a sus aliados –obligados a respetarlas–, simplemente no funcionan. Tanto Cuba como la República Islámica de Irán han sufrido considerablemente a causa de esas sanciones, pero las resisten. Durante la guerra fría, Cuba se movilizó contra la política de apartheid que Sudáfrica pretendía extender a sus vecinos. El régimen blanco de Pretoria contaba entonces con el respaldo de Estados Unidos e Israel. El ejército cubano se desplegó en Angola y Namibia hasta la conclusión de un acuerdo de paz, en 1988. Fidel Castro fue capaz de derrotar una ideología que dividía la humanidad en dos bandos: amos y esclavos. Pero todavía hubo que

esperar 3 años para concretar el desmantelamiento del régimen del apartheid sudafricano y para que Nelson Mandela se convirtiera en presidente del pueblo sudafricano reunificado. Idénticamente, la República Islámica de Irán se ha movilizado contra la política de apartheid que Israel pretende imponer en los países vecinos. Desde su proclamación ilegal, en 1948, el régimen sionista de Tel Aviv goza del respaldo de Estados Unidos y del Reino Unido y, seguro de ese apoyo, reclama los territorios que se extienden entre el Nilo y el Éufrates. Por su parte, Irán apoya a Siria, al Hezbollah y las organizaciones que componen la resistencia palestina. Durante el mandato del presidente iraní Mahmud Ahmadinejad, Estados Unidos e Israel sufrieron numerosas derrotas, principalmente en Líbano, Palestina, Siria y Yemen.   

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