INTERESES
DE ESTADOS UNIDOS, POR UN LADO,
Y DE CUBA E IRAN,POR OTRO, SON IRRECONCILIABLES
Escribe
THIERRY MEYSSAN (*)
Fuente “Red Voltaire” Damasco Siria
FRANÇAIS
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26 de diciembre 2014
(*)
THIERRY MEYSSAN (1957 Gironda, Francia) es un periodista y activista
político francés, autor de investigaciones sobre la extrema derecha así como
sobre la Iglesia Católica, entre otras. Escritor y analista internacional., Presidente fundador de la Red Voltaire y de
la conferencia Axis for Peace. Sus análisis sobre política exterior se publican
en la prensa árabe, latinoamericana y rusa. Es analista y consultante de
varios gobiernos
El
anuncio del restablecimiento de relaciones diplomáticas de Washington con La
Habana permite presagiar un restablecimiento de las relaciones de Washington
con Teherán. Estados Unidos no renuncia a su ambición imperialista, mientras
que Cuba y Irán tampoco renuncian a su ideal revolucionario. Sin embargo, en
una prueba de pragmatismo, Washington reconoce que Cuba e Irán no serán
vencidos con aislamiento diplomático y guerra económica. Por consiguiente,
Washington se prepara para un enfrentamiento de otro tipo.El anuncio
simultáneo, por Barack Obama en Washington y Raúl Castro en La Habana, del
restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba causó
gran sorpresa en Europa. Como de costumbre, Washington estaba negociando con su
adversario en secreto, sin prevenir a sus socios europeos pero imponiendo a la
Unión Europea el respeto de las sanciones que ahora será el primero en
levantar, aprovechando la evidente ventaja que ello implicará para sus propios
intereses. Desde hace 2 años, el presidente Obama está tratando de suavizar los
conflictos
entre su Imperio y los Estados que se le resisten: Cuba, en
Latinoamérica, e Irán, en el «Medio Oriente ampliado». Cualquiera puede darse
cuenta de que las sanciones unilaterales –verdaderos actos de guerra económica–
que Washington implanta e impone contra sus adversarios, al igual que a sus
aliados –obligados a respetarlas–, simplemente no funcionan. Tanto Cuba como la
República Islámica de Irán han sufrido considerablemente a causa de esas
sanciones, pero las resisten. Durante la guerra fría, Cuba se movilizó contra
la política de apartheid que Sudáfrica pretendía extender a sus vecinos. El
régimen blanco de Pretoria contaba entonces con el respaldo de Estados Unidos e
Israel. El ejército cubano se desplegó en Angola y Namibia hasta la conclusión
de un acuerdo de paz, en 1988. Fidel Castro fue capaz de derrotar una ideología
que dividía la humanidad en dos bandos: amos y esclavos. Pero todavía hubo que
esperar 3 años para concretar el desmantelamiento del régimen del apartheid
sudafricano y para que Nelson Mandela se convirtiera en presidente del pueblo
sudafricano reunificado. Idénticamente, la República Islámica de Irán se ha
movilizado contra la política de apartheid que Israel pretende imponer en los
países vecinos. Desde su proclamación ilegal, en 1948, el régimen sionista de
Tel Aviv goza del respaldo de Estados Unidos y del Reino Unido y, seguro de ese
apoyo, reclama los territorios que se extienden entre el Nilo y el Éufrates.
Por su parte, Irán apoya a Siria, al Hezbollah y las organizaciones que
componen la resistencia palestina. Durante el mandato del presidente iraní
Mahmud Ahmadinejad, Estados Unidos e Israel sufrieron numerosas derrotas,
principalmente en Líbano, Palestina, Siria y Yemen.
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