“TAL VEZ ESTEMOS SENTADOS AL BORDE DEL ABISMO DE UNA EXTINCIÓN”,
DECLARÓ J. MCCAULEY, UNO DE LOS AUTORES DEL ESTUDIO,
PUBLICADO
ESTE JUEVES EN LA REVISTA "SCIENCE"
Escribe
CARL ZIMMER (*)
Fuente New York Times,
Publica y
tradujo “VIENTO SUR”
22 de enero 2015
(*) CARL ZIMMER. (1966 ,EE.UU. New Haven, Connecticut,
Estados Unidos) Es un escritor y periodista científico muy famoso . Graduado en
Universidad Yale (1987). Premios: Beca Guggenheim en Ciencias Naturales,
Estados Unidos y Canadá. Columnista del
New York Times donde Su columna "Matter" Aparece cada Jueves.y
participa en National Geographic, etc.
Jueves 22 de enero de 2015
Un equipo de científicos que ha realizado un novedoso
análisis de datos procedentes de centenares de fuentes ha concluido que los
humanos están a punto de provocar un destrozo sin precedentes en los océanos y
la fauna que vive en ellos. A diferencia de los
continentes, los océanos permanecen en gran parte intactos y siguen hallándose
en un estado suficientemente salvaje como
para recuperar la salud ecológica.
“Estamos contentos desde muchos puntos de vista”, afirma Malin L. Pinsky,
biólogo marino de la Universidad Rutgers y también coautor del informe. “ Los
impactos se aceleran, pero no son tan malos que no podamos revertirlos.” Las
evaluaciones científicas del estado de salud de los océanos rayan en la
incertidumbre: es mucho más difícil para los investigadores juzgar el bienestar
de especies que viven debajo del agua en extensiones de miles de kilómetros que
examinar la salud de especies terrestres. Además, los cambios que pueden
observar los científicos en determinados ecosistemas oceánicos no reflejan
necesariamente la tendencia imperante a escala del planeta. Pinsky, McCauley y
sus colegas buscaron una manera de aclarar el estado de los océanos juntando los
datos de toda una gama de fuentes, desde los descubrimientos en el registro
fósil hasta las estadísticas sobre el moderno tráfico naval de buques
contenedores, las capturas de peces y
la minería en el fondo marino. Aunque
muchos de los hallazgos ya se conocían, nunca se habían combinado de esta
manera. “Yo lo veo como un llamamiento a actuar para reducir el desfase entre
la conservación en tierra y en el mar”, ha declarado Loren McClenachan, del
Colby College, quien no ha participado en el estudio. En opinión de los
científicos, ya hay indicios claros de que los humanos están menoscabando los
océanos de modo significativo. Sin duda, algunas especies oceánicas sufren un
exceso de capturas, pero son todavía mayores los daños causados por la pérdida
de vastos hábitats, pérdida que probablemente se
acelerará en la medida en que
la tecnología incremente la huella ecológica humana, afirman los científicos.
Los arrecifes coralinos, por ejemplo, se han mermado un 40 %, en parte debido
al calentamiento provocado por el cambio climático. Algunas especies de peces
ya están migrando a aguas más frías. La cabrilla negra, antaño muy común en las
costas de Virginia, se ha desplazado hacia Nueva Jersey. Otras especies menos
afortunadas pueden no encontrar nuevos hábitats. Al mismo tiempo, las emisiones
de anhídrido carbónico alteran la química del agua marina, haciendo
que sea más
ácida. “Si aumentas la temperatura del agua de tu acuario y viertes en ella un
poco de ácido, tus peces no estarán muy contentos”, dice Pinsky. “ Y eso es lo
que estamos haciendo en los océanos.” Los
océanos son tan vastos que puede parecer que sus ecosistemas son refractarios
al cambio. Sin embargo, McClenachan advierte que el registro fósil demuestra
que en el pasado ya se han visto devastados por catástrofes globales. No
obstante, no fue hasta después de 1800 que, con la revolución industrial, se
aceleraron realmente las extinciones en tierra firme.
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