AL
BORDE DEL PRECIPICIO, TODAVÍA EXISTE UN POCO DE TIEMPO, PARA PASAR DEL CAOS AL CREATIVO NUEVO ORDEN TRIPOLAR
GEOESTRATÉGICO, DEL SIGLO XXI ENTRE ESTADOS UNIDOS, RUSIA Y CHINA.
Escribe
ALFREDO JALIFE-RAHME (*)
Columnista de Internacionales en
“La Jornada” de
México
Domingo 1º de Febrero 2015
(*) ALFREDO JALIFE-RAHME- Escritor y periodista.
Profesor de Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM). Especialista en relaciones internacionales. Publica
crónicas sobre política internacional en el diario “La Jornada” de Mexico, el semanario “Contralínea” y otros importantes medios del continente. Editorialista y maestro
de postgrado en geopolítica y negocios internacionales de la UNAM. Edito varios
libros de gran éxito editorial, Último publicado: “El Híbrido Mundo
Multipolar: un Enfoque Multidimensional, “(Orfila, 2010)..
A diferencia
de la vulgar propaganda negra de los círculos superbélicos israelí-anglosajones
que desean la tercera guerra mundial –quizá para pretender salir ilusamente de
su grave crisis financierista que crearon–, el presidente Putin –quien se ha
comportado con una enorme prudencia frente a la asfixia de la OTAN
en las fronteras
de Rusia, una superpotencia nuclear– envía señales inequívocas a Estados Unidos
–mediante varias voces al más alto nivel oficioso con gran resonancia en
Occidente, como Mijail Gorbachov e Igor Ivanov– de no cruzar el Rubicón que
desembocaría en un Armagedón nuclear. En forma dramática, el último presidente
de la extinta URSS, Mijail Gorbachov, acusa a Estados Unidos “de jalar a Rusia
a una nueva guerra fría que puede crecer en un conflicto armado” En paralelo, en un artículo para el rotativo
neoliberal en idioma inglés The Moscow Times –vinculado a la mafia oligarca
rusa y feroz crítico del presidente Putin–, Igor Ivanov, anterior canciller de
Rusia de 1998 a 2004 aduce que “la
crisis de Ucrania es más peligrosa que cualquier otra durante la guerra fría”,
por lo que urgió a los líderes políticos a prevenir un conflicto nuclear: en
ausencia de un diálogo político, con desconfianza mutua.
“No
puede haber una repetición de una guerra fría debido a que los cambios en el
mundo no embonan en el antiguo paradigma”, cuando, a pesar de sus peligros, las
relaciones internacionales estaban confinadas a un cierto orden. Mientras que hoy vivimos en un mundo donde el
viejo orden cesó de existir y uno nuevo que convendría a los principales
jugadores no ha sido aún establecido, y esto es lo que hace que “nuestros
tiempos sean tan diferentes de la guerra fría”. ¡Sin duda!. Comenta en forma
sensata que formalmente, todos suscribimos las normas establecidas de las leyes
internacionales. Sin embargo, como la crisis ucrania ha demostrado una vez más,
las viejas instituciones están perdiendo dramáticamente su eficiencia y las
leyes internacionales se han vuelto víctimas de los intereses políticos. Del
lado de Estados Unidos no faltan tampoco las pocas voces conocedoras y racionales
–marginadas por la masiva propaganda negra de los ignaros superbélicos–, como
Theodore Postol, experto en armas nucleares y hoy profesor emérito de ciencia,
tecnología y política de
seguridad nacional en el MIT, quien rememora en forma
pertinente cómo hace 20 años, una cadena de coincidencias casi (sic) provoca
una crisis nuclear entre Estados Unidos y Rusia, cuyo riesgo es mucho mayor
ahora Dejando de lado su exhumación
perturbadora sobre la vulnerabilidad del género humano ante un error de cálculo
nuclear, Theodore Postol propone tres medidas para evitar el Armagedón: 1) la
capacidad militar de la OTAN debe servir para persuadir, no provocar, mayores
acciones negativas de Rusia; 2) Estados Unidos debe frenar sus esfuerzos
peligrosos e insensatos (sic) de modernización de sus fuerzas nucleares, y 3)
Rusia debe tener acceso a tecnologías de sensores de satélites especializados,
cuando tanto Estados Unidos como los europeos poseen esta tecnología y pueden
abastecerla, lo cual ayudaría a corregir esta carencia peligrosa al igualar el
campo de juego nuclear. Nadie puede ganar una guerra nuclear que significaría
la mutua destrucción garantizada de Rusia y Estados Unidos. Además, es
innecesario que Europa padezca las consecuencias letales de su avaricia
tecnológica y lo mejor consiste en su triple colaboración con Estados Unidos y
Rusia, a la que deberían invitar a China e India.
Mijail Gorbachov |
Igor Ivanov |
Theodore Postol |
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