LA GEOINGENIERÍA SON PROPUESTAS TECNOLÓGICAS
PARA ACTUAR EN
EL CLIMA A ESCALA GLOBAL
CONLLEVAN
ALTOS RIESGOS Y EFECTOS
IMPREDECIBLES.
Escribe
SILVIA RIBEIRO (*)
Columnista habitual en
Sábado 21 de Febrero 2015
(*) SILVIA RIBEIRO – Escritora. Periodista. Militante
ambientalista. Directora para América Latina del Grupo ETC.
Trabaja en la oficina de México.. Ha sido periodista y coordinadora de campañas
en temas ambientales. Especialista en cambio climático. Escribe sobre
biotecnología y agro negocios. Impactos de los transgénicos; concentración
corporativa, propiedad intelectual, el papel de la ciencia y las nuevas
tecnologías y sus peligros. Ha dicho: “Es grave e irresponsable el intento de
FAO de legitimar los transgénicos como solución al hambre y la crisis
climática”.
El 10 de febrero 2015, la Academia Nacional de Ciencias de
Estados Unidos publicó dos informes sobre geoingeniería en los que se
recomienda invertir más en propuestas de manipulación del clima, teóricamente
para paliar los síntomas
del cambio climático. El estudio fue financiado por la
CIA, la Nasa y el Departamento de Energía de Estados Unidos, entre otras
instituciones. Casi al mismo tiempo, la revista científica “Nature” publicó un
artículo de opinión de científicos pro geoingeniería. Demandan que se haga no
sólo investigación en laboratorio, sino también pruebas de campo de esas
tecnologías para estar preparados en caso de necesitarlas. La geoingeniería consta de propuestas
tecnológicas para manipular el clima a escala global, como inyectar sulfatos en
la estratósfera para bloquear la luz del sol, blanquear las nubes para
reflejarla, grandes instalaciones para absorber dióxido de carbono de la
atmósfera y enterrarlo en fondos geológicos o marinos, alterar la química de
océanos para que absorban más carbono, mega plantaciones de cultivos
transgénicos reflejantes y otras.Presentar la geoingeniería como algo a usar
solamente si se necesita, es el núcleo de argumentación de sus promotores,
intentando justificar que se inviertan fondos públicos y privados en
Ken Caldeira |
tecnologías de altísimo riesgo. Ésta no se dirige en ningún caso a cambiar las
causas del cambio climático, sólo lidia con los síntomas: intentar bajar la
temperatura bloqueando la radiación solar o remover carbono de la atmósfera
cuando ya se ha emitido. Por ello, si se permite, será un jugoso negocio para
los inversores, porque al seguir emitiendo gases de efecto invernadero,
continuará el calentamiento global, y la venta de tecnologías para paliar las
consecuencias no tendría fin, generando dependencia perpetua con quién las controle.
justificar
la explotación ilimitada de sus reservas billonarias, contra la información
científica sobre la gravedad del cambio climático, que exige terminarla. Aunque el equipo que elaboró los informes de la
academia no llegó a consenso para respaldar todas incluso hay párrafos críticos
sobre los riesgos, el mensaje central es que esas propuestas, que antes era
consideradas sólo como armas de guerra y en el ámbito militar, ahora deben
estar en el portafolio de opciones para enfrentar la crisis climática. Puede
hasta sonar razonable que se investigue y experimente, para saber si sirve en
caso de necesitarla. Sin embargo, cualquier forma de experimentación en campo
real, es decir fuera de laboratorios y computadoras
, es una trampa, ya que por
definición, la geoingeniería se propone modificar el clima planetario y las
experiencias a pequeña escala no sirven para saber si tendrá efecto en el clima
global. Son en realidad un tobogán para legitimar experimentar a escalas cada
vez mayores, con riesgos inaceptables para muchos países. Tal como investigó
Naomi Klein en su reciente libro sobre cambio climático “Esto lo cambia todo”, si se hicieran experimentos de geoingeniería a la escala necesaria
para impactar el clima global, de todos modos sería imposible diferenciar el
efecto de estas tecnologías de otros fenómenos naturales y problemas climáticos
ya presentes y, por tanto, sólo se podría sacar alguna conclusión, quizá, extendiendo
el experimento por muchos años, al menos una década.
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