domingo, 8 de febrero de 2015

MIRAR LA REALIDAD DE FRENTE PARA CAMBIARLA

NO VALE CULPAR AL IMPERIO POR NUESTRAS DEBILIDADES. 
RESULTA IMPOSIBLE CAMBIAR AL ENEMIGO. 
CUANDO LA PELOTA ESTÁ EN NUESTRO CAMPO  

Escribe 
RAÚL ZIBECHI (*)
 Columnista habitual en 
“La Jornada” de México
Viernes 6 de Febrero 2015

(*) RAÚL ZIBECHI- (Uruguay 1952) Periodista, docente, investigador y escritor uruguayo. Analista internacional en Red Voltaire. Logró en 2003 Premio José Martí por sus crónicas sobre Argentina. En diversos medios del continente y del exterior, incursiona en una visión panorámica sobre las luchas sociales en nuestra América. Escribe la sección internacional de “Brecha” (Uruguay). Profesor en “Multiversidad Franciscana” de América Latina


Aunque resulta indudable que vivimos un periodo turbulento y, por tanto, opaco y confuso, la diversificación de los puntos de observación y análisis necesarios para comprenderlo no debería dejar de lado principios éticos sin los cuales la actividad para cambiar el mundo pierde sentido. Las modas intelectuales, así
como las ilusiones en la evolución gradual del sistema, poco ayudan para guiarnos en la turbulencia. Una de esas modas es la geopolítica. No son pocos los que buscan atajos que nos evitarían los inevitables dolores de esta etapa. Los BRICS forman parte de la nueva realidad multipolar y caótica, llamados como están a desplazar a las potencias del Norte (Estados Unidos, Unión Europea y Japón) como centros excluyentes del sistema-mundo. Sin embargo, los países llamados emergentes encarnan formas y modos de gestión del capitalismo diferentes al modelo anglosajón, pero tan capitalistas como éste. Las miradas gradualistas no toman en serio que vivimos bajo varias guerras. Los 70 años transcurridos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial parecen haber convencido a muchos

analistas de que las guerras se han extinguido, cuando son el modo habitual del capitalismo en su fase extractiva y de acumulación por despojo/robo. El análisis zapatista sobre la cuarta guerra mundial del capital contra los pueblos ayuda a comprender las agresiones que sufren los de abajo en todo el mundo, desde las guerras de aniquilación abiertas, como en Medio Oriente, hasta las guerras silenciosas, que el modelo extractivo descarga sobre los pueblos para instalar minas a cielo abierto, monocultivos y represas hidroeléctricas, por mencionar los casos más frecuentes. Hay guerras económicas, monetarias, por el control de las

fuentes de agua; guerras contra las mujeres y los niños y niñas, en fin, el más diverso tipo de agresiones sistemáticas y sistémicas contra los más diversos pueblos y sectores sociales. José Luis Fiori, profesor de política económica en la Universidad Federal de Río de Janeiro y coordinador del grupo de investigación Poder Global y geopolítica del capitalismo, esboza una mirada distinta de la economía actual. Debemos comenzar por el análisis y comprensión de cómo funcionan los mercados internacionales, que se parecen más a una guerra de movimientos entre fuerzas desiguales que a un intercambio entre unidades iguales y bien informadas. Inspirado en el historiador Fernand Braudel, Fiori considera que estados y capitales actúan en esa guerra asimétrica como grandes predadores en la lucha
por el control monopólico de posiciones de mercado, innovaciones tecnológicas y lucros extraordinarios. Las consideraciones anteriores (mercados como guerras de posiciones, estados/capitales como predadores) son más consistentes que considerarlos herramientas casi neutrales que pueden ser utilizadas por clases, razas, géneros y etnias en su beneficio. Posiciones de este tipo tienden a desarmar a los de abajo en este periodo en el que no pueden ni deben confiar en otra cosa que no sean sus propias fuerzas y capacidades. Quisiera agregar tres ideas que Fiori viene esbozando en sus artículos periodísticos y en las que se explaya en su último libro “História, estratégias e desenvolvimento: para uma geopolítica do capitalismo” La primera se relaciona con China, pero puede aplicarse a todos los BRICS. “El poder es siempre expansivo.”   

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