domingo, 1 de febrero de 2015

PETRÓLEO BARATO...PESADILLA LATINOAMERICANA

PARA EL ANALISTA Y PERIODISTA URUGUAYO RAÚL ZIBECHI, 
EL PAÍS MÁS BENEFICIADO DE ESTA SITUACIÓN ES CHINA, 
QUIEN SE VE OBLIGADO A IMPORTAR EL 60% DE LA ENERGÍA 

Escribe 
DECIO MACHADO (*)
 Fuente Semanario “Diagonal”
30 de enero 2015

(*) DECIO MACHADO (Brasil) Es un asesor silencioso del presidente de Ecuador Rafael Correa. Pertenece a la Fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales. Consultor en Análisis Estratégico y Comunicación. Director Ejecutivo de la Fundación Alternativas Latinoamericanas de Desarrollo Humano (ALDHEA). Militante de la CGT y del Espacio Alternativo y miembro del Consejo de Redacción del periódico Diagonal. Colabora con múltiples revistas y periódicos alternativos

El impacto de la caída del precio del petróleo, que a mediados de enero se situaba por debajo de los 48 dólares el barril, está teniendo un efecto devastador para las economías de los países productores en América Latina, donde se proyectan importantes déficit presupuestarios. Brasil cerró el ejercicio 2014 con un crecimiento de apenas un 0,2% del PIB, mientras Argentina
 y Venezuela entraron en recesión con resultados de -0.2% y -3.1% respectivamente. Ya en 2014 América Latina había registrado una tasa de crecimiento apenas superior al 1%, la más baja de los últimos 12 años, con excepción de 2009, cuando el subcontinente sufrió los efectos de la crisis financiera internacional. Unos resultados motivados por el ajuste a la baja del precio internacional de las materias primas, también para 2015. Para el analista y periodista uruguayo Raúl Zibechi, el país más beneficiado de esta situación es China, quien se ve obligado a importar el 60% de la energía que consume, mientras que Venezuela, Ecuador, Brasil y
Argentina forman parte del club de los “grandes perdedores”. Para Zibechi, “la región quedó a nivel de planificación, a la deriva, sin planes de futuro y sin propuestas serias”. Desde una perspectiva más positiva, Germán Alarco, de la Escuela de Postgrado de la Universidad del Pacífico de Lima, considera que esta situación genera “una llamada de atención para que estos países vayan ajustando sus modelos económicos y procuren una mayor diversificación productiva”. En todo caso, sobre lo que no cabe discusión es que el escenario actual plantea una prueba de estrés para las economías más importantes del subcontinente, declarándose el final de la era de la abundancia, periodo en el que se aplicaron políticas sociales que posibilitaron
reducir la pobreza, mejorar la desigualdad e incorporar un sinnúmero de personas a las crecientes clases medias. Venezuela, donde el petróleo supone el 96% de las exportaciones totales y algo más del 60% de los ingresos del Estado, es la nación más afectada de la región. Una situación aliviada en parte por los recientes acuerdos alcanzados con China, a través de los cuales recibirá más de 20.000 millones de dólares en inversiones para proyectos de carácter económico, energético y social. Más allá del “balón de oxígeno” chino, Maduro se ha visto obligado a anunciar un Plan de Recu­peración Económica para los seis primeros meses de 2015 que incluye una optimización del sistema de administración de
divisas con el objetivo de influir en el crecimiento integral del país, controlar la inflación –que alcanzó en noviembre el 63,6%– y mejorar la inversión social. La caída del precio del petróleo ha sembrado dudas sobre la rentabilidad de tres grandes proyectos energéticos en la región por sus altos costos: la explotación de las reservas de crudo extra pesado de la Faja del Orinoco en Venezuela; la explotación de las reservas en aguas profundas –presal– en Brasil; y la explotación mediante fracking de las reservas no convencionales de Vaca Muerta en la Patagonia argentina. Esta
misma situación se repite en Ecuador, en los bloques ITT, también de crudo extra pesado, del Parque Yasuní. El Gobierno de Rafael Correa pretendía en 2016 extraer entre 523.000 y 586.000 ­barriles diarios, pero se ha visto obligado a recortar el presupuesto estatal para este año 2015, incrementando a su vez su deuda externa mediante amplias líneas de crédito con bancos chinos.   

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