miércoles, 25 de febrero de 2015

¿SYRIZA DERROTADA?

ALEMANIA DIO UN NO A LAS PROPUESTAS GRIEGAS, 
LOS CAPITALES HUÍAN DE LOS BANCOS GRIEGOS; 
LOS GRIEGOS NO ACEPTARON EL ULTIMÁTUM,
SE LEVANTARON Y VOLVIERON A ATENAS

Escribe 
JOSÉ BLANCO (*)
 Politico. Periodista español. 
Columnista en 
“La Jornada” de Mexico
Martes 24 de Febrero 2015

(*) JOSÉ BLANCO LÓPEZ (España, Palas del Rey 1962) también conocido como Pepe Blanco,  es un político socialista español.  Partido: Partido Socialista Obrero Español. Del Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo. Eurodiputado del Partido Socialista. Ex ministro de Fomento en el último Gobierno de José Luis Rodríguez-Zapatero.


Como ocurre en los debates políticos entre aspirantes rivales a un puesto público, ambos declaran la indudable derrota de su adversario. En el caso, las declaraciones son enormemente desiguales. Un tumulto de declaraciones en medios europeos en los siguientes minutos y horas del primer encuentro entre
Tsipras y Varoufakis vs. Merkel, fueron de este talante: “…en el primer asalto a Alemania le ha bastado la combinación de un crochet seguido de un uppercut directo a la mandíbula para mandar a Syriza directo a la lona... Esta semana puede que se hayan dado cuenta que una cosa es teorizar como profesores universitarios y otra muy distinta es meterse los guantes, los pantalones cortos y ponerse a intercambiar golpes contra el campeón de los pesos pesados. Recordemos que se enfrentan a un púgil que tumbó al PASOK de Papandreu en el primer intercambio de golpes y a un imprevisible peso pesado como Berlusconi en un abrir y cerrar de ojos”. Sí,
Alemania dio un categórico no a las propuestas griegas, mientras los capitales huían de los bancos griegos; frente a esa rotunda negativa, los griegos no aceptaron el ultimátum, se levantaron y volvieron a Atenas. Puede usted jurar que Merkel se quedó temblando. La troika declaró una guerra despiadada contra Grecia, mientras los dirigentes helenos piden un sinceramiento: el evidentísimo fracaso de los planes austeristas, y están decididos a emprender programas sociales de ayuda a los pobres, los desempleados y las pequeñas empresas en lugar de apoyar a los bancos y los oligarcas de Europa, como exige la troika. Europa (léase Alemania) se ha negado

sistemáticamente a satisfacer las demandas de Tsipras, por el pavor de que Irlanda, Portugal, España e Italia se sumen a las demandas de Grecia. Inverosímil: Tsipras y Varoufakis ¡son los únicos dirigentes que se han atrevido a decir la verdad!: la deuda es impagable y Grecia está en quiebra. Los señores titulares del Ejecutivo en los demás países europeos que están en situación de quiebra han decidido, con una hipocresía sin límites, negar que están en una situación absolutamente sin salida, pero les resulta políticamente inconveniente asumir la bancarrota y sin la menor sensibilidad humana han
dejado que el costo lo pague un brutal desempleo, el empobrecimiento sin fin y el estancamiento económico. Grecia, parece, tiene la sartén por el mango: de acuerdo con las estimaciones del destacado economista español Marco Antonio Moreno, “si Grecia es empujada a abandonar la zona euro y volver al dracma, la nueva moneda griega tendría –con suerte– un valor de 50 por ciento del euro. Esto significa que las pérdidas superarían los 200 mil millones de euros que los gobiernos, los
bancos y las corporaciones del resto de Europa deberán absorber. Sólo Alemania podría sufrir una pérdida de 75 mil millones de euros”. De modo que los desplantes de Merkel y sus súbditos en la troika, no parecen ser mucho más que agua de borrajas. Grecia pedía seis meses para precisar su programa económico, durante el cual no pagaría ni intereses ni capital, y propondría un plan de crecimiento realista para enfrentar entre otras cosas el endeudamiento (con quitas). Merkel aguantó apenas un día y por la vía del Eurogrupo (la reunión informal de los ministros de Economía y Finanzas de los países de la UE) concedió a Grecia cuatro de los seis meses que Tsipras
demandaba. Aunque, para que nadie olvide quién manda, exigió que ayer lunes presentara su plan de reformas. Lo que ocurrió ayer ya no pudo ser considerado en esta nota. Pero nadie está obligado a lo imposible. En Atenas, Varoufakis se ha mostrado satisfecho tras el acuerdo alcanzado el pasado viernes con el resto de socios del Eurogrupo, y ha resaltado que el acuerdo alcanzado no tiene ninguna diferencia sustancial respecto a su propuesta del jueves (inmediatamente rechazada por Alemania), y mencionó hasta cuatro veces la importancia de ser, a partir del lunes, los coautores de su destino.   

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