“LA
TV LINEAL DESAPARECERA EN 20 AÑOS
PORQUE TODOS LOS PROGRAMAS
ESTARÁN DISPONIBLES EN INTERNET”.
Escribe
IGNACIO RAMONET (*)
Fuente “Le Monde Diplomatique”
Publica “Visiones
Alternativas”
Viernes 20 de Febrero 2015
(*) IGNACIO
RAMONET (1943 España) Entre 1990 y 2008 fue director de Le Monde Diplomatique. Es
doctor en Semiología e Historia de la Cultura por la École des Hautes Études en
Sciences Sociales (EHESS) de París y catedrático de Teoría de la Comunicación
en la
Universidad Denis-Diderot (Paris-VII). Especialista en
geopolítica y estrategia internacional y consultor de la ONU. Imparte clases en la Sorbona de París.
La
televisión sigue cambiando rápidamente. Esencialmente por las nuevas prácticas
de acceso a los contenidos audiovisuales que observamos sobre todo entre las
jóvenes generaciones. Todos los estudios realizados sobre las nuevas prácticas
de uso de la televisión en Estados Unidos y en Europa indican un
cambio
acelerado. Los jóvenes televidentes pasan del consumo “lineal” de TV hacia un consumo
en “diferido” y “a la carta” en una “segunda pantalla” (ordenador, tablet,
smartphone). De receptores pasivos, los ciudadanos están pasando a ser,
mediante el uso masivo de las redes sociales, “productores-difusores”, o
productores-consumidores (prosumers). En los primeros años de la televisión, el
comportamiento tradicional del telespectador era mirar los programas
directamente en la pantalla de su televisor de salón, manteniéndose a menudo
fiel a una misma (y casi única) cadena. Con el tiempo todo eso cambió. Y llegó
la era digital. En la televisión analógica ya no cabían más cadenas y no
existía posibilidad física para añadir nuevos canales, porque un bloque de
frecuencia de seis megahercios equivale a
una sola señal, un solo canal. Pero
con la digitalización, el espectro radioeléctrico se fracciona y se optimiza.
Por cada frecuencia de 6 MHz, en vez de una sola cadena, se pueden ahora
transmitir hasta seis u ocho señales, y se multiplica de ese modo la cantidad
de canales. Donde antes, en una zona había siete, ocho o diez canales, ahora
hay cincuenta, sesenta, setenta o centenares de canales digitales. Esa
explosión del número de cadenas disponibles, particularmente por cable y
satélite, dejó obsoleta la fidelidad del telespectador a un canal de preferencia
y suprimió la linealidad. Como en el restaurante, se abandonó la fórmula del
menú único para consumir platos a la carta, simplemente zapeando con el mando a
distancia entre la nueva multitud de canales. La invención de la Web –hace 25
años– favoreció el desarrollo de Internet y el surgimiento de lo que llamamos
la “sociedad conectada” mediante toda clase de links y enlaces, desde el correo
electrónico hasta las diferentes redes sociales (Facebook, Twitter, etc.) y
mensajerías de texto y de imagen (WhatsApp, Instagram, etc.). La multiplicación
de las nuevas pantallas, ahora nómadas (ordenadores portátiles, tablets,
smartphones), ha cambiado totalmente las reglas del juego. La televisión está
dejando de ser progresivamente una herramienta de masas para convertirse en un
medio de comunicación consumido individualmente, a través de diversas
plataformas, de forma diferida y personalizada. Esta forma diferida se alimenta
en particular en los sitios de replay de los propios canales de televisión, que
permiten, vía Internet, un acceso no lineal a los programas. Estamos
presenciando el surgimiento de un público que conoce los programas y las
emisiones pero no conoce forzosamente la parrilla, ni siquiera el canal de
difusión al que pertenecen esos programas originalmente. A esta oferta, ya muy
abundante, se le suman ahora los canales online de la Galaxia Internet. Por
ejemplo, las decenas de cadenas que YouTube difunde, o los sitios de video
alquilados a la carta. Hasta el punto de que ya no sabemos siquiera lo que la
palabra televisión significa. Reed Hastings, director de Netflix, el gigante
estadounidense del video en línea (con más de 50 millones de suscriptores),
declaró recientemente que “la televisión lineal habrá desaparecido en veinte
años porque todos los programas estarán disponibles en Internet”. Es posible,
pero no es seguro.
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