sábado, 14 de marzo de 2015

L. BOFF ANALIZA LA COYUNTURA DEL PLANETA TIERRA

SITUACIÓN COMPLEJA POR LA CRISIS SOCIAL 
Y MODO DE PRODUCCIÓN FUNDADO EN LA  
EXPLOTACIÓN DE LA NATURALEZA. 
LA MODERNIDAD APUNTA AL PROGRESO ILIMITADO.


 SERGIO FERRARI(*) 
ENTREVISTA  A 
LEONARDO BOFF 
Fuente “Rebelión” 
Viernes 13 de marzo 2015

 (*) SERGIO FERRARI - Periodista argentino, colaborador de UNITE, plataforma ONG de voluntariado solidario Norte-Sur-Norte. [Red Voltaire] Radicado en Suiza trabaja preferente en organismos de colaboración solidaridad y publica en medios de America y Europa.
(*)LEONARDO BOFF (BRASIL) Teólogo, filósofo y escritor Uno de los fundadores de la Teología de la Liberación. en 1985, la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida por el Cardenal Ratzinger (ex Papa) le silenció por un año por su libro “La Iglesia, Carisma y Poder” . Profesor de ética y filosofía en Brasil. Conferencista en muchas universidades, como Heidelberg, Harvard, Salamanca, Barcelona, Lund, Lovaina, París, Oslo, Turín entre otras. Escribió más de 100 libros, traducidos a diversas lenguas. En 1997, el Parlamento Sueco le otorgó el premio Right Livelihood.


LEONARDO BOFF: (Sacado de contexto de la entrevista)  Si no se logra modificar el paradigma, podemos ser condenados a repetir el destino de los dinosaurios, que luego de
SERGIO FERRARI
vivir 133 millones de años sobre la Tierra desaparecieron en una catástrofe ecológica. Hay que producir para dar respuesta a las necesidades humanas pero respetando los ritmos de la naturaleza y teniendo en cuenta la capacidad de tolerancia de cada ecosistema para que no sea dañado irreversiblemente. El consumo debe estar regulado por una sobriedad compartida: podemos ser más con menos.Estamos delante de un momento crítico en la historia planetaria. Esta vez no habrá un Arca de Noé. O nos salvamos todos o todos correremos el mismo y trágico destino. La Tierra y la naturaleza son sujetos de derechos. Por eso deben ser respetados.     Las desigualdades son escandalosas, especialmente en Estados Unidos de Norteamérica, en donde el 1% de población posee lo mismo que el otro 99%. Las democracias son de baja intensidad y pocos se sienten representados en el Parlamento y por los Gobiernos. El movimiento político Podemos- y la victoria de Syriza en Grecia son las primeras señales de que otra democracia es posible y otra forma de relaciones económicas entre los países son
urgentes. Para que no se imponga la visión perversa y dominante de los capitales especulativos, cuyo objetivo cruel es acumular sin medida a costa de la miseria de la gran mayoría de la población de un país. La insatisfacción generalizada por el sistema vigente tiene sus raíces en la “victoria” del capitalismo sobre el “socialismo” real con la derrota de la URSS. Como consecuencia, tanto bajo Ronald Reagan como Margaret Thatcher ganó un impulso antes nunca visto la lógica del capital y su cultura de la exaltación del individuo, de la propiedad privada, de la riqueza, de la competición desenfrenada y del Estado mínimo. La política fue difamada como antro de corrupción, y el Estado como ineficiente. Esta estrategia de difamación

buscaba entregar todo a las grandes corporaciones privadas que iban a organizar el mundo a nivel global. Los valores, que el socialismo había desarrollado, como el internacionalismo, la solidaridad entre los pueblos, la centralidad de lo social sobre lo individual, fueron desmoralizados y abandonados. Se impuso el concepto de “la ganancia es buena”. Lentamente las personas se fueron dando cuenta de la perversidad del genio capitalista que no se preocupa por el ser humano sino solamente en su capacidad de producción y de consumo. Para él no importa nada que no sea la acumulación privada aun cuando produzca pobreza social y devastación de la naturaleza.La frustración y la decepción más o menos colectivas han dado origen a la resignación o bien a la protesta y la rebeldía. El sistema y la cultura del capital son homicidas, “biocidas”, “ecocidas” y genocidas. Dejado a su libre curso este sistema hegemónico puede llevar la humanidad entera al abismo. El Foro Social Mundial interpreta la actual situación no como una tragedia anunciada sino como una crisis generalizada de nuestro modo de vivir, de tratar la Tierra y de relacionarnos con los demás humanos.    

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