LA
PROYECCIÓN DEL PODER CHINO
EXTENDIÓ LA RIVALIDAD A EUROPA,
A AFRICA Y MÁS ALLÁ
DEL OCEANO
ATLÁNTICO A AMÉRICA LATINA.
Escribe
GUSTAVO HERREN (*)
(especial para
ARGENPRESS.info)
Viernes 13 de marzo 2015
(*) GUSTAVO HERREN – (Argentina)| Analista. Periodista.
Intregra “Red Voltaire” Licenciado en
Ciencias Físicas (UBA). Integrante de la Asamblea Permanente por los Derechos
Humanos (APDH) Integrantes de CHE | “Comunicación Humanitaria Estratégica”. Autor
de “Libia libre, y la nueva esclavitud imperialista” “La escalera del
diablo Nixon, Reagan, Bush” integra equipo.editor de “Tácticas
de Guerra Psicológica de Estados Unidos para el derrocamiento de gobiernos”
entre otros titulos.
Hasta
2010, Washington concentraba una ofensiva sobre lo que denomina el arco de
inestabilidad, que vá desde Venezuela, África del Norte, Oriente Medio, Asia
Meridional, hasta Filipinas. Sin embargo, debido a la creciente proyección
mundial de espacios de poder que muestran China y Rusia, amplió sus operaciones
ofensivas estratégicas directamente hacia esas
potencias, lo cual tiene
consecuencias sobre Latinoamérica. De este modo, actualmente tiene abiertos
tres frentes importantes de guerra, Ucrania y Oriente Medio con guerras
militares, y América Latina con hasta ahora, guerras políticas. Estas últimas
incluyen por ejemplo, todo el espectro de golpes de Estado, desestabilizaciones
y operaciones sucias encubiertas, sanciones económicas y políticas. Pero esta
guerra híbrida, no es nueva y hasta previsible para algunos analistas en
Inteligencia Estratégica, ya que tiene relación como versión modernizada y
adaptada a la revolución tecno-científica con las siete clases de guerras
políticas que el imperio Británico
y otras potencias colonialistas vienen
aplicando histórica y sistemáticamente en las regiones del mundo. En la versión
china se la llama doctrina de guerra total. Es un hecho que América Latina y el
Caribe son hoy teatro de operaciones de choque entre las potencias atlantistas
y las emergentes asiáticas, lo cual ha acelerado la enorme ofensiva que Estados
Unidos ha lanzado para restaurar su esfera de influencia estratégica en la
región, esto es, por un lado geopolíticamente ocupar, disputar y restringir
espacios a China y Rusia, y por otro recuperar las relaciones de alineamiento
ideológico y de intereses, como el libre acceso a recursos naturales, perdidas
con algunos países como consecuencia del brutal saqueo
neoliberal que impulsó
desde los '90, luego de la caída de la Unión Soviética. La región Asia-Pacífico de competencia entre
los intereses al menos económicos de China y de los Estados Unidos, comenzó a
transformarse en un área de confrontación a medida que Beijing avanza con su
nueva Ruta de la Seda, y promueve nuevos institutos para cristalizar un bloque
regional. La respuesta imperial es previsible conociendo sus patrones de
conducta históricos. Cualquiera sean las administraciones, los objetivos
últimos del capitalismo imperialista permanecen invariantes, lo que cambia en
cada una son las estrategias, tácticas y caminos para alcanzar las metas, como
es lo explícito de las operaciones bélicas que realiza. Su Destino
autoproclamado de único líder global, se evidenció nuevamente en febrero de
2015 cuando el presidente Barack Obama, presentó la segunda Estrategia de
Seguridad Nacional de los Estados Unidos (The 2015 National Security Strategy),
la primera había sido emitida en 2010, y dice
'...La estrategia establece los
principios y prioridades que describen cómo América (Estados Unidos) conducirá
al mundo hacia una mayor paz y una nueva prosperidad... Los Estados Unidos
usará la fuerza militar, de manera unilateral si es necesario, cuando nuestros
intereses permanentes lo exijan: cuando nuestro pueblo esté amenazado; cuando
nuestros medios de vida estén en juego; y cuando la seguridad de nuestros
aliados esté en peligro'. El documento está vigente para los próximos cinco
años, es decir aún cuando haya un nuevo gobierno. Aunque es criticado por los
republicanos por sus debilidades. Referido a China el documento dice '...Los
Estados Unidos ha sido y seguirá siendo una potencia en el Pacífico. Se espera
que para los próximos 5 años, casi la mitad de todo el crecimiento fuera de
Estados Unidos provenga de Asia. Lo que habla, de la dinámica de seguridad en
una región con riesgo de escalada y conflicto (incluido disputas por los
territorios marítimos reclamados y una provocativa Corea del Norte). El
liderazgo americano será esencial para conformar la trayectoria de la región en
el largo plazo para aumentar la estabilidad y seguridad, facilitar el comercio
mediante un sistema abierto y transparente, y asegurar el respeto a los
derechos y libertades universales.
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