lunes, 6 de abril de 2015

EL FRACKING PROVOCA SISMOS, SEGÚN "New York Times"

AGUA DEL FRACKING  QUE LUEGO ES REINYECTADA 
EN POZOS DE DESPERDICIO AHORA ES INCULPADA  
DE CAUSAR  TERREMOTOS EN OKLAHOMA Y OTROS SITIOS.


Escribe 
ALFREDO JALIFE-RAHME (*) 
Columnista habitual en Internacionales 
de “La Jornada” de México 
Domingo 5 de abril 2015

(*) ALFREDO JALIFE-RAHME- (LIBANO 1948) Escritor y periodista. Analista de origen libanés. Radicado en México. Especializado en relaciones internacionales, economía, geopolítica y globalización. Profesor de Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Editorialista y maestro de postgrado.  Publica crónicas sobre sus especialidades en el diario “La Jornada” de Mexico, semanario “Contralínea” y  varios otros medios del continente y Europa. Edito varios libros de gran éxito editorial, Último publicado: “El Híbrido Mundo Multipolar: un Enfoque Multidimensional”


Que el fracking provoque sismos ha sido evidenciado por un diluvio de reportes de publicaciones científicas de Estados Unidos (http://goo.gl/TD8tXD). Ahora toca el turno al agua de desperdicio del fracking de ser colocada en la picota ciudadana. The New York Times (NYT), muy cercano a los Clinton, consagra un extenso
reportaje a los sismos de Oklahoma vinculados al fracking y su agua de desperdicio de la poderosa cuan inimputable industria gasera/petrolera de Estados Unidos (http://goo.gl/PUeKSS). El rotativo reseña los tres fuertes sismos –uno de los cuales alcanzó 5.7 grados en la escala de Richter– de noviembre de 2011 con el concomitante costo de reparación de casas modestas de los ciudadanos que ni siquiera son indemnizados y, menos, inmunizados frente a futuros terremotos. Los funcionarios de Oklahoma –que

suelen proteger a la industria gasera/petrolera, más que a los ciudadanos– catalogaron el magno sismo como un acto de la naturaleza, que no fue la culpa de nadie. Muchos científicos no están de acuerdo y aducen que “tales sismos (…) son principalmente causados por los humanos (sic), debido a los pozos de desecho utilizados para inyectar extensas cantidades de agua de desperdicio de la exploración de gas y el petróleo en la profundidad de la tierra cercana a las placas tectónicas”. ¿Por qué no participan los geólogos, sismólogos y expertos hidráulicos en el diagrama colaborativo de explotación del salvaje fracking y su tóxica


agua de desperdicio? Los científicos –como Arthur F. McGarr, jefe del proyecto de inducción sísmica en el Centro Científico de Terremotos de Menlo Park, California (http://goo.gl/VIDxaW)– advierten que en caso de persistir la inyección de inmensas cantidades de agua de desperdicio se corre el riesgo de más temblores peligrosos, si no en Oklahoma, en otros pozos esparcidos en estados colindantes: Texas (máxima potencia gasera/petrolera de Estados Unidos), Colorado, Nuevo México, Arkansas, Misuri y Kansas. NYT considera que en un estado donde el
petróleo y el gas constituyen sus pilares económicos, los líderes elegidos han sido lentos en enfrentar el problema, mientras los reguladores –aunque hayan tomado algunas  medidas protectoras– carecen de autoridad legal, fuerza laboral y dinero. ¿Para que sirve un parasitario órgano regulador que no regula? Después del “incremento abrupto y continuo de los sismos desde hace cinco años, la mayor acción de la gobernadora Mary Fallin –de la Iglesia de Dios y del Partido Republicano, muy amigable a la industria de petróleo y gas– ha sido un estéril consejo de 12 apóstoles sin poderes de intercambio de información sobre temblores, que se reúne en secreto y carece de
mandato para emitir recomendaciones. La legislatura de Oklahoma se parece mucho al Congreso mexicano por su disfuncionalidad, su entreguismo a la plutocracia gasera/petrolera y su desprecio por la suerte metabólica de los ciudadanos. Después de Alaska, Oklahoma es el estado donde más tiembla y que ha arrasado la quinta parte de su territorio, donde domina en forma sustancial la industria gasera/petrolera. Debido a las “filantrópicas lubricaciones pecuniarias” de la industria gasera/petrolera, tanto republicanos como demócratas –quienes no desean acabar con la gallina de los huevos de oro del espejismo financierista de la alucinógena revolución energética del siglo XXI del gas shale y que rumian, en el “México neoliberal itamita” sin sindéresis, los entreguistas antimexicanos de IMCO han optado por la confortable política del avestruz. El estado de Kansas acaba de empezar a tomar medidas –muy tímidas– para limitar los pozos de
desperdicio que se encuentran detrás del incremento de los terremotos (http://goo.gl/YYtTd8). Oklahoma, con casi 4 millones de habitantes –de mayoría blanca (70 por ciento), con 10 por ciento de latinos y 9 por ciento de negros–, es un estado sumamente conservador y religioso (70 por ciento protestantes y 16 por ciento católicos) que forma parte del cinturón bíblico ( Bible Belt ),donde predominan los bautistas sureños. En Oklahoma City (la capital) –sede de las principales gaseras/petroleras de Estados Unidos: Devon Energy, Chesapeake Energy, SandRidge Energy y Oklahoma Gas & Electric–, los ciudadanos viven bajo la espada de Damocles de un inminente magno sismo de 7 grados debido a la inyección masiva de agua de desperdicio, como advirtió un grupo de investigadores.   

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