jueves, 30 de abril de 2015

EUROPA, UN CONTINENTE A LA DERIVA

COSTAS DE ITALIA Y ESPAÑA, 
ENTRE OTRAS VARIAS FRONTRAS
SON UN CALADERO DE MUERTE
LA SINRAZÓN SE APODERA DEL DRAMA 
HUMANO... CONVERTIDO EN PESADILLA.

Escribe 
MARCOS ROITMAN (*) 
Fuente 
“La Jornada” de México 
29 de Abril 2015

(*) MARCOS ROITMAN ROSENMANN, Nacido en Santiago Chile en 1955, nacionalizado español. Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, donde es Profesor Titular de Estructura social de América latina. Periodista. Sociólogo, analista político y ensayista. Columnista en “La Jornada” de México entre varios otros medios progresistas del continente.


Las noticias no pueden ser más desalentadoras. Un día sí y otro también, los medios de comunicación proyectan imágenes de inmigrantes subsaharianos rescatados de las aguas del Mediterráneo por patrulleras de la Unión Europea. Mujeres embarazadas, madres
con bebés en brazos, jóvenes en estado de hipotermia y shock, todos desorientados y con la mirada perdida, son atendidos por personal militar y Cruz Roja. Los militares apuntan sus armas, los médicos y personal auxiliar visten monos blancos, guantes y mascarillas, los inmigrantes ilegales son considerados una epidemia contagiosa. Los sobrevivientes que han sorteado la muerte son sometidos a interrogatorios, fichados,

fotografiados y trasladados a centros de acogida de extranjeros, que más parecen campos de afinamiento donde lo más probable es que sean repatriados. La petición de asilo o refugio político es una lotería. En Ceuta y Melilla, muros de la vergüenza y la ignominia, no menos que los levantados en Gaza, con alambres espinosos, son el mecanismo disuasorio para los inmigrantes. Estéril decisión: cada semana saltan la valla decenas de personas; pocas logran el éxito.   En la memoria reciente, podemos fijar las imágenes captadas por periodistas y videoaficionados, de guardias civiles disparando a inmigrantes que intentaban llegar a la playa. Muchos se ahogaron y


otros desaparecieron sin recibir ayuda. Los responsables directos y quienes autorizaron abrir fuego con balas de goma son trasformados en héroes de la patria por el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, y su homólogo de Defensa, Pedro Morenes. Ambos los elogian y los condecoran. Esconden pruebas, ocultan grabaciones y culpan a los inmigrantes de ser los agresores. La versión oficial es un insulto a la inteligencia; la guardia civil se defendía disparando de los agresores que los increpaban y amenazaban. ¿Les estarían haciendo aguadillas y mojando sus uniformes? En las pateras y barcos piratas, apuntan, se encuentran
camuflados miembros del Estado Islámico, cuyo objetivo es realizar atentados terroristas. Preocupados por el cariz del problema, jefes de Estado, presidentes de gobierno, ministros de Exteriores, Defensa e Interior, es decir, la inteligencia en pleno, se reúnen juntos o por separado para tomar medidas. Y se les ocurre una gran idea para enfrentar el problema de la inmigración, aumentar el presupuesto militar destinado a las tareas de control, inteligencia y patrullaje en las aguas del mar Mediterráneo. En esta febril decisión, el primer ministro de Gran Bretaña, David Cameron, ofrece fragatas para abordar los barco
s pateras con la condición de desembarcarlos en cualquier país, menos en las costas británicas. El enemigo al cual se enfrentan, apuntan concienzudamente, es un conglomerado de traficantes de personas, mafias pertenecientes al crimen organizado y miembros del Estado Islámico. Para las autoridades europeas la buena voluntad debe dar paso a una férrea decisión de atacar el problema de la inmigración ilegal como parte de
una política de defensa estratégica. No se les puede dejar entrar a Europa, son unos muertos de hambre. Explotarlos hasta la muerte, primero como esclavos y hoy como países dependientes, extrayendo sus riquezas naturales a cambio de celebrar un Mundial de futbol y quedarse en su sitio sin moverse. Deben entender que no son bien recibidos en la cuna de la democracia occidental. Si no lo hacen por las buenas, lo harán por las malas. Palo, azote, cárcel, tortura y muerte.  

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