jueves, 9 de abril de 2015

LAS MUCHAS OPCIONES POLÍTICAS Y SUS HUMORES

TODA CRISIS ES ANGUSTIANTE Y DOLOROSA :
 DESAPARECEN MUCHAS DE LAS ESTRELLAS-GUÍA. 
   DA LA IMPRESIÓN DE UN VUELO A CIEGAS.

Escribe
LEONARDO BOFF (*) 
Fuente: Portal del autor  
8 de abril 2015

(*)LEONARDO BOFF (BRASIL) Teólogo, filósofo y escritor Uno de los fundadores de la Teología de la Liberación. en 1985, la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida por el Cardenal Ratzinger (ex Papa) le silenció por un año por su libro “La Iglesia, Carisma y Poder” . Profesor de ética y filosofía en Brasil. Conferencista en muchas universidades, como Heidelberg, Harvard, Salamanca, Barcelona, Lund, Lovaina, París, Oslo, Turín entre otras. Escribió más de 100 libros, traducidos a diversas lenguas. En 1997, el Parlamento Sueco le otorgó el premio Right Livelihood, considerado el Nobel Alternativo.


Una situación de crisis generalizada en el mundo y en nuestro país  permite muchos humores y no pocas interpretaciones. Toda crisis es angustiante y dolorosa porque desaparecen las estrellas-guía y nos da la impresión de un vuelo a ciegas. Como mostró el conocido pensado
René Girard
r René Girard, uno de los grandes estudiosos de la violencia, todo grupo, comunidad y sociedad necesita siempre crear un «chivo expiatorio» sobre el cual recaen todas las frustraciones y quejas de las personas. Ahora son los comunistas, ahora los subversivos, ahora los homoafectivos, ahora los fundamentalistas, generalmente los políticos y los gobernantes. Modernamente a este complejo fenómeno social le llaman bulling. Con eso se alivian las tensiones sociales y la sociedad encuentra relativo equilibrio, siempre frágil e inestable. Pero se crean también muchas víctimas, a veces inocentes, se deja de reforzar el valor de la convivencia pacífica y se abre espacio al prejuicio y a las actitudes fundamentalistas.Tal situación se está verificando claramente en Brasil. Prácticamente no hay persona que
no exprese algún tipo de malestar, hasta rabia y, en el límite, odio.  Quien conoce un poco el discurso psicoanalítico no se admira. Sabe que en el ser humano actúan al mismo tiempo dos fuerzas: la de sombra  bajo la cual caben todas las decepciones y descontentos  ante una situación dada, ya sea la sanidad que no funciona, el transporte de mala calidad, los impuestos altos, la clase política falta de escrúpulos y sin ligazón orgánica con los  electores, la corrupción descarada que supone millones de dólares, cosa que escandaliza, revuelve y exige castigos rigurosos. Pero está también la fuerza de luz que representa todo lo que hay de bueno en el ser humano, la bondad, el amor, la

comprensión, la amistad, y en la sociedad el sentimiento de solidaridad en un accidente de carretera, la cooperación asociarse a una ONG seria que hace un trabajo coherente de rescate de los derechos humanos y la dignidad de los más invisibles, etc. El desafío es siempre este: ¿a qué damos más primacía? ¿A la sombra o a la luz? Lo deseable y saludable es dar mayor espacio a la luz. Pero hay también momentos en que los hechos perversos, hechos públicos, provocan la ira sagrada, la protesta explícita y la manifestación pública. La sombra tiene también su derecho, pues no es un defecto sino una marca de nuestra condición

humana: iracundos y pacíficos, duros y flexibles. El reto es buscar la justa medida que representa lo óptimo relativo, el equilibrio entre el más y el menos; o la autolimitación que significa el sacrificio necesario para que nuestra acción no sea destructiva de las relaciones sino buena para todos. Una sociedad que se ha civilizado busca siempre este equilibrio. En este grupo están las mayorías que viven de su trabajo, empresarios correctos que llevan el país adelante. Son sensibles a los pobres y difícilmente discriminan  a causa del origen, del color o de la religión. Actualmente se constata un gran abanico de expresiones políticas, digamos de derecha, de centro, de izquierda, cada cual con
sus matices. Están los que son conservadores en política, dan primacía al principio de orden, aunque admitiendo que haya excesos sociales. Económicamente son hasta progresistas, abiertos a las novedades tecnológicas.  Están los que miran el escenario mundial, donde las grandes potencias dictan los rumbos de la historia y piensan: no estamos suficientemente desarrollados y fuertes para tener un proyecto propio.  Es más ventajoso caminar con ellos, aunque sea como socios menores y agregados. Así no quedamos marginados. Estos temen los proyectos alternativos. Están los que dicen que no debemos pisar en las pisadas dejadas por otros. Tenemos que hacer nuestra propia pisada con los recursos de que disponemos.    

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