QUE FELIPE GONZALEZ DEFIENDA A LOS
DOS OPOSITORES NO ES UN HECHO AISLADO.
ES
OTRA JUGADA DE EE.UU. CONTRA VENEZUELA
Escribe
LUIS HERNÁNDEZ NAVARRO (*)
Fuente
“La Jornada” de
México
martes 7
de abril 2007
(*) LUIS HERNÁNDEZ NAVARRO (Ciudad de Mexico 1958)
Periodista de Investigación y Escritor.
Desde 1997 es Coordinador de Opinión y articulista del periódico diario La
Jornada. Fundador de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación
(CNTE). Militante y luchador social. Participa en varios medios importantes de
la prensa alternativa del continente.
Nada más llegar de
Washington, el ex presidente del gobierno español Felipe González anunció que
asumirá la defensa de Leopoldo López y Antonio Ledezma, dirigentes de la oposición
venezolana de ultraderecha, detenidos en su país por presunta participación en
un
intento de golpe de Estado. En Estados Unidos, el veterano político ibérico
participó en un acto organizado por el Instituto Brzezinski sobre Geoestrategia
en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. Zbigniew Brzezinski es
uno de los principales cerebros del presidente Obama. Su think tank está
considerado como el principal laboratorio de ideas en Washington en materia de
política exterior y de seguridad. Felipe González y él se conocen desde un
viaje que el socialista español hizo a Estados Unidos en 1977, clave en la
construcción de los apoyos internacionales del andaluz. La decisión del ex
dirigente del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de defender a los dos
opositores venezolanos presos no es un hecho aislado. Es la última jugada de
Zbigniew Brzezinski |
Washington en el tablero de la desestabilización política contra el régimen de
Nicolás Maduro, echada a caminar ante el fracaso de las apuestas anteriores. Los
descalabros de esta estrategia fueron reconocidos el pasado viernes por la
subsecretaria estadunidense del Departamento de Estado para Asuntos de América
Latina, Roberta Jacobson. La funcionaria dijo estar decepcionada por el amplio
rechazo en la región a las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela, y por
la demonización de Estados Unidos de parte de los líderes latinoamericanos. En
absoluta sintonía con estas declaraciones, González declaró pocos días antes al
diario El País que lamentaba la falta de reacción de los
Felipe González |
líderes democráticos
latinoamericanos y que la deriva venezolana le produce preocupación. Interrogado
sobre si ¿aceptaría participar en una mediación? entre gobierno y opositores de
esa nación, respondió: Yo nunca le diría que no a Venezuela. No sería capaz.
Mis vínculos afectivos con ese país son lo suficientemente fuertes, incluso en
un estado de ánimo no positivo, para no decir nunca que no. Felipe González
sabe a lo que juega al sumarse a la nueva escalada contra la revolución
bolivariana. Además de que no ha ocultado nunca sus simpatías por la oposición
venezolana, tuvo en ese país, al inicio de su carrera política, una plataforma
privilegiada para acumular capital político y, para convertirse en el prohombre
de la reconquista española de América Latina. No es un decir. Entre 1992 y
2000, los empresarios ibéricos –de la mano de su gobierno– emprendieron la
reconquista del nuevo mundo. Para ello se armaron con pesetas y relaciones con
la corrupta élite política que subastó los bienes de sus países en la venta de
garaje de las empresas públicas.
Compañías estatales telefónicas, eléctricas,
petroleras, de aviación pasaron a manos de propietarios de la madre patria en
unos cuantos años a precio de ganga. En 1999 España se convirtió en el mayor
inversionista directo en América Latina. En unos cuantos años compañías de base
nacional del sector financiero, de energía y comunicaciones se convirtieron en
filiales de consorcios trasnacionales ibéricos. Muchos de los procesos de
privatización de empresas estatales latinoamericanas y concesiones de contratos
estuvieron llenos de irregularidades y corruptelas de todo tipo. Felipe
González fue actor privilegiado de estas transacciones. Sin embargo, para su
desgracia, el chavismo
revirtió esta reconquista y devolvió la soberanía de
empresas estratégicas al Estado. Hoy González busca la revancha, recuperando
los negocios que sus paisanos perdieron. Esta es otra razón por la que aboga en
favor de los dirigentes opositores venezolanos presos. Pero no es la única. Venezuela
fue cabeza de playa privilegiada en la aventura de la reconquista continental.
De la mano de Carlos Andrés Pérez y con la conveniente cercanía del empresario
Gustavo Cisneros, el socialista liberal español tejió en este país una red de
importantes alianzas. En la lucha de González por hacerse del control del PSOE,
el mandatario venezolano fue clave dentro de la Internacional Socialista. La
historia de la triangulación de favores y negocios entre ellos es
impresionante. Nada más llegar al poder los socialistas españoles, expropiaron
las tiendas departamentales Galerías Preciado. Gustavo Cisneros las adquirió a
precio de ganga, y las vendió al poco tiempo, con pingües ganancias de por
medio.
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