viernes, 24 de abril de 2015

MÉXICO: ¿TORTILLAS TRANSGÉNICAS Y CANCERÍGENAS?

 OMS: "GLIFOSATO ES  CANCERÍGENO EN ANIMALES"
EN POCO TIEMPO ESTARA INCORPORADO
 EN LA CATEGORÍA DE CANCERÍGENO EN HUMANOS

Escriben 
ELENA ÁLVAREZ-BUYLLA 
Y EMMANUEL GONZÁLEZ (*)  
Fuente: “Biodiversidad” 
22 de Abril 2015

(*)ELENA ÁLVAREZ-BUYLLA Y EMMANUEL GONZÁLEZ-ORTEGA  Científicos del Instituto de Ecología y Catedraticos de la UNAM.Ambos son  Miembros de UCCS. UNAM La Universidad Nacional Autónoma de México. La más grande del país y de América Latina. así como una de las 30 más conocidas del planeta. UCSS Universidad Católica Sedes Sapientiae, la primera universidad de Lima Norte, fue fundada el 31 de mayo de 1998 por Monseñor Lino Panizza Richero...

El glifosato ha sido finalmente enlistado como un compuesto cancerígeno en animales de laboratorio, y  será cuestión de tiempo, y   que se tomen en cuenta los datos de Latinoamérica, para ponerlo en
EMMANUEL GONZÁLEZ
categoría más alta como cancerígeno en humanos (La Jornada, 4/4/15). Un estudio reciente de Argentina reporta que en la población de Monte Maíz, donde circulan 600 mil litros de glifosato al año, la incidencia de varios tipos de cáncer es 2.67 veces mayor a la media de la provincia. Como se ha alertado en artículos previos (La Jornada, 28/11/14 y 6/2/15), el glifosato de Monsanto,   se aplica masivamente sobre los cultivos cuando ya están produciendo frutos o semillas y éste penetra en las células vegetales, lo que impide  lavarlo. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos informó que cerca de 90 por ciento del maíz que se siembra actualmente en ese país es transgénico  pudiendo ser una de las causas del aumento de muertes por 22 enfermedades en aquel país. Adicionalmente, se ha filtrado a los medios que hace 34 años
Monsanto presentó reportes a la Agencia de Protección Ambiental estadunidense (EPA) informando que el glifosato era cancerígeno:¡Monsanto y el gobierno de Estados Unidos conocían de la toxicidad del glifosato desde 1981!. Esto tiene implicaciones sumamente preocupantes para México. El maíz importado a nuestro país desde Estados Unidos (10 millones de toneladas al año) es prácticamente todo transgénico, y ya ha sido aprobado para consumo humano y/o animal en nuestro país por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). Este maíz no trae instrucciones de uso ni de concentraciones del glifosato, y puede

estar llegando contaminado con este tóxico a nuestras mesas. Es urgente probar esta hipótesis, y averiguar dónde se está distribuyendo este maíz contaminado. ¿Lo están comprando los grandes monopolios que procesan y comercializan alimentos de maíz? ¿Está distribuyéndose maíz transgénico contaminado con glifosato a través de programas de asistencia social o de las mismas compañías que en años recientes visitan las comunidades mexicanas regalando su maíz en concierto con las autoridades ejidales y municipales? ¿Está llegando incluso a nuestras tortillas?. ¡El maíz es nuestro alimento básico! Esto implica, además de un profundo significado cultural e identitario, que el maíz es fundamental en la dieta de los mexicanos: se consume en promedio casi medio kilo de maíz al día; el maíz aporta casi la mitad de la ingesta de calorías y más


de la tercera parte del consumo de proteínas diarias. En México el maíz se consume poco procesado y es muy factible que el glifosato llegue a nuestra mesa si proviene de siembras transgénicas. Dada la asociación clara –que ahora la OMS también reconoce– entre el consumo de alimentos contaminados con tóxicos como el glifosato y el padecimiento de múltiples enfermedades, que el glifosato es un cancerígeno, y que consumimos gran cantidad de tortillas, urge


averiguar si este maíz transgénico contaminado con glifosato llega a nuestras tortillas, pues este escenario podría implicar una crisis sanitaria grave e inaceptable. Esto sería responsabilidad de todas las entidades del gobierno encargadas de agricultura, sanidad y bioseguridad, y también de los empresarios dueños de las industrias comercializadoras de semillas y granos de maíz, de su procesamiento y comercialización, que en búsqueda de mayores ganancias podrían estar dispuestos a usar maíz barato contaminado, más que a pagar precios justos por un maíz limpio de alta calidad producido por los campesinos mexicanos. ¿Realmente estamos comiendo tortillas, totopos, tostadas, cereales, memelas, elotes, tamales, atoles, sopes, y tantas otras formas de maíz, hechas con transgénicos contaminados con glifosato?  



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