OMS: "GLIFOSATO ES CANCERÍGENO EN ANIMALES"
EN POCO
TIEMPO ESTARA INCORPORADO
EN LA CATEGORÍA DE CANCERÍGENO EN HUMANOS
Escriben
ELENA ÁLVAREZ-BUYLLA
Y EMMANUEL GONZÁLEZ (*)
Fuente: “Biodiversidad”
22 de Abril 2015
(*)ELENA
ÁLVAREZ-BUYLLA Y EMMANUEL GONZÁLEZ-ORTEGA Científicos del Instituto de Ecología y
Catedraticos de la UNAM.Ambos son
Miembros de UCCS. UNAM La Universidad Nacional Autónoma de México. La
más grande del país y de América Latina. así como una de las 30 más conocidas
del planeta. UCSS Universidad Católica Sedes Sapientiae, la primera
universidad de Lima Norte, fue fundada el 31 de mayo de 1998 por Monseñor Lino
Panizza Richero...
El
glifosato ha sido finalmente enlistado como un compuesto cancerígeno en animales
de laboratorio, y será cuestión de
tiempo, y que se tomen en cuenta los datos de
Latinoamérica, para ponerlo en
categoría más alta como cancerígeno en humanos
(La Jornada, 4/4/15). Un estudio reciente de Argentina reporta que en la
población de Monte Maíz, donde circulan 600 mil litros de glifosato al año, la
incidencia de varios tipos de cáncer es 2.67 veces mayor a la media de la
provincia. Como se ha alertado en artículos previos (La Jornada, 28/11/14 y
6/2/15), el glifosato de Monsanto, se aplica masivamente sobre los cultivos
cuando ya están produciendo frutos o semillas y éste penetra en las células
vegetales, lo que impide lavarlo. El
Departamento de Agricultura de Estados Unidos informó que cerca de 90 por
ciento del maíz que se siembra actualmente en ese país es transgénico pudiendo ser una de las causas del aumento de
muertes por 22 enfermedades en aquel país. Adicionalmente, se ha filtrado a los
medios que hace 34 años
EMMANUEL GONZÁLEZ |
Monsanto presentó reportes a la Agencia de Protección
Ambiental estadunidense (EPA) informando que el glifosato era cancerígeno:¡Monsanto
y el gobierno de Estados Unidos conocían de la toxicidad del glifosato desde
1981!. Esto tiene implicaciones sumamente preocupantes para México. El maíz
importado a nuestro país desde Estados Unidos (10 millones de toneladas al año)
es prácticamente todo transgénico, y ya ha sido aprobado para consumo humano
y/o animal en nuestro país por la Comisión Federal para la Protección contra
Riesgos Sanitarios (Cofepris). Este maíz no trae instrucciones de uso ni de
concentraciones del glifosato, y puede
estar llegando contaminado con este
tóxico a nuestras mesas. Es urgente probar esta hipótesis, y averiguar dónde se
está distribuyendo este maíz contaminado. ¿Lo están comprando los grandes
monopolios que procesan y comercializan alimentos de maíz? ¿Está distribuyéndose
maíz transgénico contaminado con glifosato a través de programas de asistencia
social o de las mismas compañías que en años recientes visitan las comunidades
mexicanas regalando su maíz en concierto con las autoridades ejidales y
municipales? ¿Está llegando incluso a nuestras tortillas?. ¡El maíz es nuestro
alimento básico! Esto implica, además de un profundo significado cultural e
identitario, que el maíz es fundamental en la dieta de los mexicanos: se
consume en promedio casi medio kilo de maíz al día; el maíz aporta casi la
mitad de la ingesta de calorías y más
de la tercera parte del consumo de
proteínas diarias. En México el maíz se consume poco procesado y es muy
factible que el glifosato llegue a nuestra mesa si proviene de siembras transgénicas.
Dada la asociación clara –que ahora la OMS también reconoce– entre el consumo
de alimentos contaminados con tóxicos como el glifosato y el padecimiento de
múltiples enfermedades, que el glifosato es un cancerígeno, y que consumimos
gran cantidad de tortillas, urge
averiguar si este maíz transgénico contaminado
con glifosato llega a nuestras tortillas, pues este escenario podría implicar
una crisis sanitaria grave e inaceptable. Esto sería responsabilidad de todas
las entidades del gobierno encargadas de agricultura, sanidad y bioseguridad, y
también de los empresarios dueños de las industrias comercializadoras de
semillas y granos de maíz, de su procesamiento y comercialización, que en
búsqueda de mayores ganancias podrían estar dispuestos a usar maíz barato
contaminado, más que a pagar precios justos por un maíz limpio de alta calidad
producido por los campesinos mexicanos. ¿Realmente estamos comiendo tortillas,
totopos, tostadas, cereales, memelas, elotes, tamales, atoles, sopes, y tantas
otras formas de maíz, hechas con transgénicos contaminados con glifosato?
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