“PRODUCIMOS ALIMENTOS PARA 30 MILLONES ”…Nin Novoa.
LA SOJA Y EL MAIZ TRANSGÉNICOS SON INCOMIBLES.
DESTINADOS SI A ALIMENTOS, PERO DE AUTOMÓVILES.
Escribe
LUIS E. SABINI FERNÁNDEZ (*)
Fuente “Rebelión”
12 de abril 2015
(*) LUIS E SABINI - Periodista especializado en cuestiones
ambientales, de cultura y vida cotidiana. Encagado del seminario de Ecología. Escritor. Autor de “Genética y
socialismo: la ideología configurando ciencia y política” (Imago.Mundi) La
expansión de la soja en los campos de Uruguay es avasallante. Lo que también se
llama sojización del agro. El negocio del capital apunta a imperar sobre la vida, a matar
la vida en beneficio del capital.
Tras por lo menos década y media de demoras, la Organización
Mundial de la Salud, OMS, acaba de
anunciar que el glifosato, es patógeno, cancerígeno. Tarde, entonces con el glifosato, pero fuerte
el golpe recibido. Lo podemos medir hasta por la reacción. Monsanto
ya había
exigido a fines de 2013 la retractacìón de Food and Chemical Toxicology (“Toxicología
química y alimentaria”,) por su publicación de una investigación que
cuestionaba seriamente la inocuidad del glifosato. Retractación en toda regla:
eliminando de la edición el artículo impugnado. Esto ya había pasado
anteriormente, incluso en el siglo pasado (el primer despedido fue
probablemente el investigador húngaro Arpad Pusztai por develar su desconfianza
ante papas transgénicas) y últimamente Séralini en Francia y Carrasco en
Argentina habían sido cuestionados por los resultados adversos al glifosato de
sus investigaciones. Ante el mazado recibido, Monsanto demandó inmediatamente,
una vez más, a las autoridades de la OMS, la retractación. Pero esta vez ya no
pudo
Doctor ANDRES CARRASCO |
ser. La presión de Monsanto se hizo
sentir con una lluvia de informes favorables y en 1991, la EPA retiró la
calificación que ahora, en 2015, 24 años después, se vuelve a poner. Esta vez,
empero, el dictamen suena definitivo. En el Reino Unido, en España, en Noruega,
en Francia, en Argentina, en EE.UU., ya no solo en la OMS, van lloviendo las
investigaciones incontrastables. Diversas organizaciones y grupos críticos de
la agroindustria y la quimiquización de los campos, aquí también, en Uruguay se
han hecho eco de que el “inocente e inocuo” glifosato produce cánceres. Y no
sólo cánceres. Es la lucha de Por Uruguay Sustentable o del Instituto Nacional
por los Derechos Humanos, por ejemplo. Sin embargo, ¿qué vemos entre los
referentes y personeros del “campo”, en rigor de la agroindustria? En
primerísimo lugar, no registran la última decisión de la OMS, ni siquiera con
los consiguientes antecedentes, muy pesados, para prohibir el glifosato (algo
que conlleva el cuestionamiento de los transgénicos, puesto que la mayoría de
tales “eventos” están amparados para su desarrollo y madurez en la barrera de
un pesticida en particular; el glifosato). El 5 de abril desde la
Agro-Expoactiva nacional el cotidiano montevideano
El Observador titulaba: “La
soja es la madre de todas las batallas”. Si bien la resolución condenatoria
data de aproximadamente el 20 de marzo informes lapidarios sobre el carácter
altamente tóxico del glifosato y sus coadyuvantes venían de mucho antes (véase
la enumeración sucinta e incompleta mencionada en n. 2); ya recordamos la
advertencia de Arpad Pusztai, pero tan recientemente como en diciembre 2014,
Don Fitz en su “La negación de la contaminación transgénica: controlando a la
ciencia” explicitaba que el gobierno de EE.UU. dedica unos 43 millones de
dólares a la producción orgánica; a la comida industrial,
del sistema, se le
otorga 1120 millones… y que a la investigación médica, de laboratorio, se le
brinda 30 000 millones. 27 veces más que a los alimentos comerciales y éstos
(consiguientemente con riesgo de toxicidad) se llevan 695 veces lo dedicado a
alimentos sin venenos… Dime qué presupuestas y te diré qué valoras…Fitz se
pregunta el porqué de tal política: “¿Cómo es posible que en el siglo XXI […]
las redes de alimentos industriales estén tan obsesionadas en desparramar
transgénicos por todas partes cuando nadie los reclama y cuando ya se sabe que
están sobrecargados con tantos peligros sanitarios y ambientales? Porque los
transgénicos son un componente fundamental en un inmenso plan de reemplazar a
los campesinos, a los pequeños campesinos tradicionales, con enormes
establecimientos agrofabriles, que procesen productos uniformes para el mercado
global e ignoren las necesidades para alimentar a las poblaciones locales.”
¡Ésta es la clave!; lo que estamos viendo en Paraguay y Uruguay y antes en
Argentina.¡
No hay comentarios:
Publicar un comentario