jueves, 7 de mayo de 2015

HEGEMONÍA NO HA MUERTO. LA DOMINACIÓN COMIENZA

LA CUMBRE DE LAS AMÉRICAS EN PANAMA SIMBOLIZA 
OFENSIVA DE LOS EE.UU. EN SU REPETIDO INTENTO 
POR NO PERDER LA HEGEMONÍA A NIVEL  GLOBAL,
Y A LA VEZ CUIDA LIDERAZGO EN SU PATIO TRASERO

Escribe 
KATU ARKONADA(*) 
Fuente: “Rebelión”
6 de mayo 2015

(*) KATU ARKONADA (Barakaldo-País Vasco 1978) Militante de la Izquierda Abertzale en Euskal Herria. Periodista. Escritor. Diplomado en Políticas Públicas. Colabora con el Ministerio de Relaciones Exteriores del Estado Plurinacional de Bolivia además de ser investigador en la Universidad de la La Paz. Investigador y analista del  CEADESC y del  Centre Tricontinental – CETRI- Profundo çonoçedor de politçias y proçesos soiales de Amériça Latina.


Vivimos tiempos tan confusos como convulsos. La crisis estructural del capitalismo en la que estamos inmersos y el nuevo escenario geopolítico rediseñan todas las variables de la ecuación. Estados
Unidos comenzó su etapa de hegemonía a partir de la caída del muro y del colapso de la Unión Soviética, Hoy en día, con el impacto de la crisis estructural del capitalismo en pleno centro del norte capitalista y con el surgimiento de nuevos actores del tablero geopolítico, podemos afirmar que la nueva triada del poder mundial está conformada por los Estados Unidos, China y Rusia.  Ese declive de la hegemonía estadounidense ha venido acompañada de una ofensiva en tres
ámbitos, político, económico y militar, con el objetivo de mantener el liderazgo, pero en la medida en que este no puede ser logrado por consenso, debe ser alcanzado mediante la dominación violenta en una buena parte del tablero geopolítico. En un momento en que la hegemonía cultural también se resquebraja, en que el modelo de capitalismo neoliberal comienza a ser enfrentado en una América Latina donde el vínculo tradicional entre democracia y capitalismo se ha roto, Obama trata de rescatar su viejo Ministerio de las Colonias, una OEA moribunda y agonizante, presentándose ante los países de América
"Raul tanto tiempo sin verte..."
Latina y el Caribe con la carta del inicio de negociaciones para el restablecimiento de las relaciones con Cuba. Pero buscando el equilibrio interno, el tachar de la lista negra a Cuba obligaba a tener otro enemigo externo, en este caso Venezuela, en un enroque en la política exterior hacia America Latina y el Caribe que probablemente supone el inicio del fin de la era Obama en el subcontinente por subestimar el avance que se ha dado en los últimos años en la unidad e integracion latinoamericana, aun entre países y proyectos políticos y económicos muy diferentes. La agresión contra Venezuela es parte de
" Sigo por aca Maduro..."
un objetivo estratégico más amplio que pasa por desestabilizar a los países del ALBA y desplazar acuerdos como Petrocaribe, que agrupa a países centroamericanos y caribeños que tienen suministro de petróleo venezolano. No es casualidad que Obama se reuniera con el Caricom justo antes de viajar a Panamá, dentro de una estrategia definida como “Iniciativa por la Seguridad Energética del Caribe” .Y si bien el núcleo bolivariano es objetivo de primer rango en esta ofensiva, el segundo anillo progresista también
Tabaré Vazquez a la diestra de Obama
es parte de esta ofensiva política. La Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos por la que se ha regido la era Obama coloca a Brasil como un “centro de influencia emergente” al que solo le superan en prioridades China, India y Rusia, además de “guardián de un patrimonio ambiental único y líder de los combustibles renovables”. No es casualidad por tanto que la mayor parte de bases militares estadounidenses se encuentren rodeando la Amazonia. Argentina también es mencionada de manera explícita en dicha Estrategia en cuanto a país miembro del G20, y probablemente algún día leeremos en documentos desclasificados el vínculo entre la CIA y los fondos
"Nosotras estamos en la mira..."
buitre que atentan contra la soberanía política y económica de este país. Otro de los países que gozan de mención especial en esta Estrategia de Seguridad Nacional que define la política exterior de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Pentágono, es México. Reforzar México como frontera sur de los Estados Unidos como forma de extender el control geopolítico del Caribe y la influencia en Centroamérica es parte de la ofensiva estadounidense en el ámbito político. La reciente aprobación de una ley  en México para dotar de legalidad a una realidad ya existente como es la de los
"Mis mariachis están siempre listos..."
miles de agentes estadounidenses que portan armas en territorio mexicano, es formalizar, como lo fue el Pacto por México y la reforma energética, la entrega de soberanía mexicana a una potencia extranjera. Frente a la integración latinoamericana y caribeña, Estados Unidos se aseguran un aliado fiel en la región. También parte de la ofensiva política es el financiamiento que se produce desde USAID, NED y otras organizaciones ligadas al Departamento de Estado y la CIA a una oposición de derecha en los países con gobiernos de izquierda o progresistas. Una nueva derecha reciclada que busca seducir no solo a las clases medias sino también a los sectores populares con un discurso más despolitizado y light que la vieja derecha gorila neoliberal. Una oposición “civil y democrática” que incluso no tiene empacho en presentarse como de izquierda moderada frente a las izquierdas “radicales” y “populistas”. 

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