NEPAL CUENTA APENAS CON DOS MÉDICOS Y 50 CAMAS
DE HOSPITAL
POR CADA 10 MIL HABITANTES,
HOY INSUFICIENTES PARA ATENDER A
LOS HERIDOS, EN
ESPECIAL LOS DEL CAMPO
Escribe
IVÁN RESTREPO (*)
Fuente
“La Jornada” de México
Lunes 4 de Mayo 2015
(*) IVAN RESTREPO.Periodista. Investigador, escritor y
editorialista. Comunicador experto en
temas ambientales. Columnista en “La Jornada” de México. Premiado por la Academia Nacional de
Educación Ambiental en reconocimiento a la labor que, en la materia con el
Premio de Periodismo Ambiental, en Guadalajara.
Nepal arrastra desde siempre pobreza y semifeudalismo. Antes
de ser devastado por el reciente terremoto y sus réplicas, 40 por ciento de los
28 millones personas que lo habitan eran desempleados. El resto se ocupaba en
una agricultura intensiva, pero que para millones es apenas de subsistencia. La
creciente
actividad turística se convirtió en las últimas décadas en la segunda
fuente de trabajo e ingreso. A la pobreza y la desocupación se suman hoy las
enormes pérdidas en su infraestructura. Los primeros cálculos de los organismos
internacionales mencionan que reconstruirla tardará varios años y costará
millones de dólares. El economista Mukesh Khanal afirma que el terremoto los
hizo retroceder 50 años en los servicios fundamentales: escuelas, agua potable
y drenaje, energía eléctrica, centros de salud, vías de comunicación. Esto
sucede cuando había programas importantes para aminorar las principales
carencias de la
población. Ahora vienen los problemas más agudos para el
gobierno, la población y la comunidad internacional de naciones: dotar de agua
potable y alimentos a millones que hoy carecen de ellos; atender a miles de heridos
lo mejor posible en los hospitales que no quedaron en ruinas; albergar a
decenas de miles de damnificados que perdieron sus viviendas y trabajo. Por lo
que informan los medios que cubren directamente lo que pasa en Nepal, es la
sociedad la que mejor se organiza para resolver los
asuntos urgentes. Como
ocurrió en México durante los días posteriores al sismo de 1985, las
dependencias oficiales muestran sus carencias, su falta de coordinación para
atender a millones, su incapacidad e ineficiencia. La capital, Katmandú, centro
de la economía de la nación, muestra ruinas por doquier, lo que dificulta
atender a los damnificados de aldeas y montañas, precisamente donde más atraso
existe desde siempre. También hace presencia la corrupción expresada en obra pública
mal hecha. Igual que sucede en México cuando los huracanes hacen de las
suyas
en Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Veracruz o Michoacán. El centralismo, una vez
más, muestra sus inconvenientes a la hora de coordinar la ayuda internacional,
en especial la procedente de China, India y Estados Unidos, que compiten en
presencia. La geopolítica en su máxima expresión, pues China asiste económica y
políticamente al gobierno nepalí, luego que éste se sumó a su nuevo proyecto de
la ruta de la seda y puso trabas a los que emigran del Tíbet. Más de 20 mil
residen en Nepal. Las inversiones del gigante asiático superan ya
las de India.
Nepal está ubicado en una región muy telúrica, por lo que siempre ha padecido
sismos de diversa intensidad. Pero nunca ha estado preparado para enfrentarlos.
Su patrimonio cultural, uno de los más originales y admirados del mundo, había
sorteado en muy buena parte los desastres. Hoy, en cambio, sus más emblemáticos
tesoros arquitectónicos están reducidos a escombros, como el valle de Katmandú,
patrimonio de la humanidad. La antigua ciudad de Bhaktapur perdió la mayoría de
sus templos y casas, únicas por su arquitectura. Igual en Patan y otras
poblaciones que sobresalían por
sus torres y palacios. Son ya parte del
recuerdo la plaza Burbar (del siglo XII, símbolo para el hinduismo, el budismo
y el tantrismo); la Torre Dharahara (construida en 1832 y levantada de nuevo en
1934 tras otro terremoto); el templo budista de los Monos (del siglo V), el de
Vatsala Durga. En fin, se perdieron siglos de historia y de una herencia
cultural singular. Una de las carencias más importantes que evidencia
el
terremoto son los servicios sanitarios: Nepal cuenta apenas con dos médicos y
50 camas de hospital por cada 10 mil habitantes, hoy insuficientes para atender
a los heridos, en especial los del campo. El mejor hospital en Katmandú mostró
sus limitaciones. Ante tanta carencia, la ayuda internacional debe dirigirse a
cubrir las necesidades más sentidas: comida, agua potable, medicinas, equipo
médico. Y organizar su entrega de tal forma que no quede en manos, como en
tantas partes, de las redes de corrupción del gobierno o de los políticos. Es
la hora de la solidaridad con el pueblo nepalí.
(…texto completo aquí)
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