MICHELLE BACHELET CON SU “SOCIALISMO” DE OCASIÓN,
EN POLÍTICA EXTERIOR, SU DESPRECIO A BOLIVIA
ES MÁS QUE SUFICIENTE PARA INTEGRARSE
A LA NORTEAMERICANA "ALIANZA DEL PACÍFICO".
Escribe CARLOS AZNÁREZ (*)
Fuente:
“ Resumen Latinoamericano”
Publica “Rebelión”
6 de Mayo 2015
(*)
CARLOS AZNAREZ (Buenos Aires, Argentina, 1947
) Periodista de política internacional. Director
de Resumen Latinoamericano. Columnista habitual de Hispan TV y Russian Today. Analista internacional. Comprometido en realidades
políticas progresistas en especial del continente y en el mundo global. Es
asiduo columnista en muchos medios de la prensa alternativa latinoamericanos.
Es muy fácil hablar de integración latinoamericana en los
foros y las Cumbres pero no parece sencillo trasladar esos principios a la
práctica de la vida cotidiana. La prueba más concreta es lo que viene
ocurriendo con quienes gobiernan actualmente en Chile en el marco
de la
Concertación, y que fueron electos "por izquierda" en respuesta a la
muy repetida frase electoral de que “hay que frenar a la derecha”. En ese
viaje, repetido también en otros países del continente, se dio luz verde a la
dramática situación en que hoy ha colocado a Chile el gobierno de la señora
Michelle Bachelet. Allí está por ejemplo la política estatal de embestir a un
país hermano como es Bolivia, que con absoluta lógica viene reclamando desde
hace nada menos que 136 años una salida al mar para su país. Vale la pena
recordar que entre 1879 y 1883, aconteció la Guerra del Pacífico, entre Chile,
Perú y Bolivia, y cuyas consecuencias significaron que al finalizar la guerra,
Bolivia perdiera 400 kilómetros de costa al Pacífico. Actualmente, no
Padre de la Presidenta muerto en la tortura... |
se trata de que Bolivia esté
solicitando apoderarse de un porción de territorio que podría afectar
seriamente la economía de Chile o provocar un enorme desplazamiento de
población, o generar un “ataque soberbio
a nuestra soberanía”, como suele repetir la derecha chilena, a la que ahora le
hace un coro vergonzoso la socialdemocracia de ese país. No, Bolivia está
planteando solamente tener acceso a una franja más que mínima de una zona de
características semidesérticas que le permita tomar contacto con el mar y
saldar de esa manera una situación odiosa producida por el despojo sufrido a
través de la contienda militar. Sin embargo, salvo la excepción del gobierno de
Salvador Allende, que lo intentó pero no logró concretarlo, cada uno de los
mandatarios
Felipe Bulnes |
chilenos han cerrado las puertas a reparar este grave problema. Bachelet
no se podía quedar atrás en esta posición extrema de marcada anti-integración
latinoamericana, palabra con la que se llena la boca la presidenta chilena y
que luego mira para un costado, atendiendo los consejos de funcionarios como su
actual agente en la Corte Internacional
de Justicia de La Haya (CIJ), el ex ministro del gobierno derechista de
Sebastián Piñera y militante del partido fascista Renovación Nacional, Felipe
Bulnes. Este personaje, cuya entorno político siempre estuvo ligado al
anticomunismo y anti-allendismo es el que intenta ahora en la reunión de la
CiJ, negarle a Bolivia el derecho
soberano que le corresponde. La
respuesta boliviana no pudo ser más contundente. Por un lado, a través de sus
representantes en la CIJ, explicando que su país jamás ha desconocido tratados
internacionales, como el de “Paz y Amistad” de 1904. Esta acordada
incluía una
serie de cláusulas con el fin de suplir la carencia de una salida marítima
soberana, dentro de las que se destacaba la obligación de Chile de construir un
ferrocarril entre Arica y La Paz, la concesión de créditos, derechos de libre
tránsito hacia puertos en el Pacífico y
el pago de 300 mil libras esterlinas como compensación. Todo eso, como es de
imaginar, quedó en nada, y Bolivia una y otra vez volvió a reclamar por sus
derechos. Hugo Chávez, quien en repetidas ocasiones señaló públicamente que su
mayor anhelo era
"más temprano que tarde poder bañarme en aguas del mar
boliviano”. Esas son también las reivindicaciones de gran parte de la izquierda
popular y revolucionaria chilena que
recibió en varias ocasiones a Evo Morales como un hermano de sangre, y
se sigue movilizando para que el reclamo boliviano se haga realidad. Frente a
esta disputa que ahora se ha hecho internacional, la figura de Bachelet sigue
perdiendo popularidad dentro y fuera del país. Internamente, como bien sostuvo
Evo en estos días, sigue "aferrada a una Constitución heredada del
pinochetismo", no respeta los reclamos de sus propios estudiantes que se
movilizan por una educación sin lucro y tampoco las demandas territoriales del
pueblo mapuche, a cuyos dirigentes se encarcela y en muchos casos se asesina.
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