viernes, 15 de mayo de 2015

PERÚ: “TÍA MARÍA”, LA RADIOGRAFÍA DEL MODELO

LOS MINERALES SON ALTAS GANANCIAS
EN  PLAZO   CORTO DE TIEMPO, 
SIN CUIDADO DEL MEDIO AMBIENTE 
Y  ESCASOS EFECTOS EN EL EMPLEO

Escribe 
NICOLÁS LYNCH (*) 
Fuente original “Alainet”
Publica “Rebelión” 
14 de Mayo 2015

(*) NICOLÁS LYNCH (Lima el 22 de marzo de 1954  Doctor en Sociología en el New School for Social Research de Nueva York y Magíster en Ciencias Sociales en FLACSO-México. Profesor, Docente de la UNMSM y la PUCP, Ex Ministro de Educación. Lima-Perú ex embajador de Perú en Argentina. Participó en el Foro "Emancipación e Igualdad" realizado en Buenos Aires Argentina  junto a figuras como Noam Chomsky, Cuauhtémoc Cárdenas, Piedad Córdoba, J Ignacio Ramonet  entre muchos otros. Hoy es un agudo crítico del Gobierno de Perú y ha dicho que…” el resurgimiento de antiguas prácticas y estructuras políticas antagónicas y exclusivistas” 


Lo que sucede con el proyecto minero Tía María en el valle del río Tambo en Arequipa es una radiografía de lo que ha significado el modelo neoliberal en el Perú. La disputa no viene de ahora sino de
, por lo menos, 7 años atrás. La persistencia del conflicto no proviene de la presencia de agitadores profesionales, como quieren hacer aparecer los medios concentrados defensores del modelo, sino del continuismo neoliberal (Fujimori-Toledo-García) abrazado por Ollanta Humala en la primera etapa de su gobierno. Un modelo primario exportador de minerales que produce altas ganancias en un plazo relativamente corto de tiempo, sin cuidado del medio ambiente y con escasos efectos en la creación de empleo, apenas el 3% de la PEA, es lógico que cause el rechazo de la población. En el valle del Tambo la situación es especialmente preocupante porque la población

mira lo que ha sucedido al sur, a pocos kilómetros de su comarca, en Moquegua y Tacna, donde la misma empresa que pretende explotar Tía María, la Southern, ha devastado la agricultura en esos lugares. La pregunta es ¿se puede hacer minería a costa de la agricultura? En principio no. Sin embargo, para definir el dilema hay necesidad de un nuevo ordenamiento territorial en el país. No puede ser que haya provincias enteras que han sido concesionadas a empresas privadas, lo cual prácticamente condena a la población del

lugar a la pobreza o a la migración. Esto no significa tener una posición antiminera, el Perú hace siglos que es un país minero, pero esta actividad tiene que realizarse en condiciones de cuidado del medio ambiente, equilibrio con las otras actividades productivas y repartiendo sus ganancias con los gobiernos locales y regionales de los lugares donde realizan sus actividades. Todo esto es perfectamente posible por las altísimas ganancias del negocio minero, a pesar de las crisis y las bajas de
precios, que deben también servir para resarcir al país de la explotación de un recurso no renovable. En Tía María se ha actuado engañando a la población, impidiéndole participar en las audiencias en las que se ha, supuestamente, debatido el Estudio de Impacto Ambiental (EIA), y por último, no mostrando ningún documento en el que se diga explícitamente de qué forma se han levantado las observaciones del organismo de las Naciones Unidas (UNOPS) que evaluó el primer EIA. Frente a este conjunto de arbitrariedades, cometidas por el Estado en complicidad con la
empresa Southern, es que la población protesta y cuando lo hace es brutalmente reprimida. En los últimos años ya cuesta seis vidas de peruanos (cinco pobladores y un policía) la terquedad neoliberal en llevar adelante este proyecto. ¿Es viable hoy el proyecto Tía María?. De ninguna manera, Tía María está muerto y querer llevarlo adelante significaría una masacre. Esperamos algún tino en este gobierno que ya parece no tenerlo, para evitar mayores pérdidas de vidas humanas. La militarización actual (en realidad un Estado de Emergencia no declarado) llevando a las Fuerzas Armadas a asumir tareas que no le competen, no es otra cosa que el fracaso de la política y una aceptación de parte del gobierno de los errores cometidos. A lo sumo pretenden “quedar bien” con la inversión extranjera, especialmente minera, mostrándose enérgicos frente a las protestas. La propia Southern difícilmente va a querer continuar en un clima tan polarizado y enrarecido como el actual.   

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