EL PTE. OBAMA SE NEGÓ A FIRMAR UN TRATADO
QUE
GARANTICE ACTUALES REGÍMENES.
DELEGACIONES ARABES SE
NEGARON A FIRMAR
UN TEXTO QUE NO ASEGURE SUS ESTADOS ACTUALES.
Escribe
THIERRY
MEYSSAN (*)
Fuente
РУССКИЙ ITALIANO
فارسى ΕΛΛΗΝΙΚΆ
DEUTSCH
PORTUGUÊS FRANÇAIS-
Lunes 18 DE MAYO
2015
(*) THIERRY
MEYSSAN (1957 Gironda, Francia) es un periodista y activista político francés,
autor de investigaciones sobre la extrema derecha así como sobre la Iglesia
Católica, entre otras. Escritor y analista internacional. Tiene reconocida su
especialización en temáticas de geopolítica. Presidente fundador de la Red
Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Sus análisis sobre política
exterior se publican en la prensa árabe, latinoamericana y rusa. Es analista y
consultante de varios gobiernos. Conferencista internacional en análisis geopolítico.
Todos los actores del «Medio Oriente ampliado» esperan con
angustia el momento de saber lo que Washington y Teherán han acordado sobre el
futuro de cada uno de ellos. Y como nadie lo sabe, todos los interesados se pierden
en conjeturas sobre la mejor manera de sobrevivir y se preparan para los
cambios de situación que podrían
estar por venir. La reunión del Consejo de Cooperación del
Golfo que tuvo lugar el 14 de mayo en Camp David, Estados Unidos, fue la última
etapa antes de la firma, el 30 de junio próximo, del acuerdo negociado entre
Washington y Teherán. Públicamente, las monarquías del Golfo no podían hacer
otra cosa que expresar satisfacción por un regreso a la paz. Pero, al igual que
todos los protagonistas de la región, esas monarquías estaban preguntándose
quién saldrá perdiendo con la aplicación de las cláusulas secretas del acuerdo
y querían anticiparse a la nueva distribución del juego regional. Washington ha
alimentado durante años el mito de que la
14 de mayo 2015 en Camp David |
República Islámica de Irán quiere
dotarse del arma nuclear, derrocar todos los regímenes árabes y exterminar la
población israelí. Pero en marzo de 2013, el presidente Barack Obama y el Guía
de la Revolución iraní Ali Khamenei nombraron emisarios para emprender conversaciones
secretas en Omán. Al cabo de 2 años de negociaciones bilaterales, Washington y
Teherán se pusieron de acuerdo para desbloquear las conversaciones
multilaterales del llamado «Grupo 5+1». Ahora todo el mundo reconoce que Irán
no está interesado –desde 1988– en conseguir la bomba atómica, aunque prosiguió
algunas investigaciones sobre el
uso militar de las técnicas civiles en materia
de energía nuclear. El 30 de junio, los 5 miembros permanentes del Consejo de
Seguridad de la ONU y Alemania deberían –por fin– levantar el embargo contra
Irán y Estados Unidos restituiría inmediatamente un 25% de los fondos iraníes
bloqueados, o sea 50 000 millones de dólares. Ese mismo día, Washington y
Teherán se repartirían el Medio Oriente ampliado mediante una especie de nuevo
Sykes-Picot, algo así como un Yalta regional. El papel de los intelectuales es
tratar de comprender –y explicar– el mundo que nos rodea. Ante esta situación,
ese papel es tratar de pronosticar cómo será la región después del
acuerdo. Pero
nadie se arriesga a expresar su opinión. En primer lugar, porque son altas las
posibilidades de equivocarse. Y también porque, cualesquiera que sean las
hipótesis formuladas, lo más seguro es que todas provocarán la cólera de ambos
bandos ya que la lógica de este tipo de acuerdo consiste en dar un vuelco
radical a estrategias anteriores y, por consiguiente, en traicionar a algunos
aliados, algo que nadie puede reconocer públicamente. Como me considero a mí
mismo una persona libre que lucha por determinados principios y no por serle
simpático a alguien,
me arriesgaré aquí a plantear algunas hipótesis. Y dado que sólo
me arriesgaré aquí a plantear algunas hipótesis. Y dado que sólo
dispongo de la información accesible a todo el mundo, invito a los
demás a meditar sobre lo siguiente: Inicialmente, Washington había previsto
repartirse el «Medio Oriente ampliado» con Rusia. Ese fue el tema central de la
conferencia Ginebra 2, en junio de 2012. Pero, ante la recuperación del poderío
ruso, Estados Unidos concluyó que no podía confiar el papel de gendarme
regional a un Estado cuya ambición no es convertirse en subimperio sino llegar
a ser un polo independiente. Así que Washington se volvió hacia Irán.
Por
consiguiente, el objetivo estratégico de Washington con este acuerdo es
devolver a Irán el papel que ya ejerció en tiempos del Shah: el papel de
gendarme regional. Al aceptar ese papel, Teherán renunciaría al ideal
antiimperialista del imam Khomeiny. En efecto, cuando volvió a su país,
Khomeiny dedicó su primer discurso a exhortar el ejército a dejar de servir los
intereses de los anglosajones y a ponerse al servicio de la libertad de los
pueblos. Para hacerla aceptable a los ojos de la opinión pública, la firma del
acuerdo tiene que traducirse en un cese del fuego lo más amplio posible, lo
cual implica la división de la región en zonas de influencia. Al mismo tiempo,
el acuerdo debe alcanzar los 2 objetivos estratégicos de Estados Unidos:
garantizar simultáneamente la seguridad de Israel y el control de los recursos
energéticos
imam Khomeiny
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario