martes, 19 de mayo de 2015

¿QUE MEDIO ORIENTE DESPUÉS DEL ACUERDO EE. UU - IRÁN?

EL PTE. OBAMA SE NEGÓ A FIRMAR UN TRATADO
QUE GARANTICE   ACTUALES REGÍMENES. 
DELEGACIONES ARABES SE NEGARON A FIRMAR
UN TEXTO QUE NO ASEGURE SUS ESTADOS ACTUALES.

Escribe 
THIERRY MEYSSAN (*) 
Fuente 
RED VOLTAIRE | DAMASCO (SIRIA)
http://www.voltairenet.org/
 РУССКИЙ  ITALIANO  فارسى  ΕΛΛΗΝΙΚΆ
DEUTSCH  PORTUGUÊS  FRANÇAIS-
 Lunes 18 DE MAYO 2015

(*) THIERRY MEYSSAN (1957 Gironda, Francia) es un periodista y activista político francés, autor de investigaciones sobre la extrema derecha así como sobre la Iglesia Católica, entre otras. Escritor y analista internacional. Tiene reconocida su especialización en temáticas de geopolítica. Presidente fundador de la Red Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Sus análisis sobre política exterior se publican en la prensa árabe, latinoamericana y rusa. Es analista y consultante de varios gobiernos. Conferencista  internacional en análisis geopolítico.


Todos los actores del «Medio Oriente ampliado» esperan con angustia el momento de saber lo que Washington y Teherán han acordado sobre el futuro de cada uno de ellos. Y como nadie lo sabe, todos los interesados se pierden en conjeturas sobre la mejor manera de sobrevivir y se preparan para los cambios de situación que podrían
14 de mayo 2015 en Camp David
estar por venir.  La reunión del Consejo de Cooperación del Golfo que tuvo lugar el 14 de mayo en Camp David, Estados Unidos, fue la última etapa antes de la firma, el 30 de junio próximo, del acuerdo negociado entre Washington y Teherán. Públicamente, las monarquías del Golfo no podían hacer otra cosa que expresar satisfacción por un regreso a la paz. Pero, al igual que todos los protagonistas de la región, esas monarquías estaban preguntándose quién saldrá perdiendo con la aplicación de las cláusulas secretas del acuerdo y querían anticiparse a la nueva distribución del juego regional. Washington ha alimentado durante años el mito de que la


República Islámica de Irán quiere dotarse del arma nuclear, derrocar todos los regímenes árabes y exterminar la población israelí. Pero en marzo de 2013, el presidente Barack Obama y el Guía de la Revolución iraní Ali Khamenei nombraron emisarios para emprender conversaciones secretas en Omán. Al cabo de 2 años de negociaciones bilaterales, Washington y Teherán se pusieron de acuerdo para desbloquear las conversaciones multilaterales del llamado «Grupo 5+1». Ahora todo el mundo reconoce que Irán no está interesado –desde 1988– en conseguir la bomba atómica, aunque prosiguió algunas investigaciones sobre el


 uso militar de las técnicas civiles en materia de energía nuclear. El 30 de junio, los 5 miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania deberían –por fin– levantar el embargo contra Irán y Estados Unidos restituiría inmediatamente un 25% de los fondos iraníes bloqueados, o sea 50 000 millones de dólares. Ese mismo día, Washington y Teherán se repartirían el Medio Oriente ampliado mediante una especie de nuevo Sykes-Picot, algo así como un Yalta regional. El papel de los intelectuales es tratar de comprender –y explicar– el mundo que nos rodea. Ante esta situación, ese papel es tratar de pronosticar cómo será la región después del


acuerdo. Pero nadie se arriesga a expresar su opinión. En primer lugar, porque son altas las posibilidades de equivocarse. Y también porque, cualesquiera que sean las hipótesis formuladas, lo más seguro es que todas provocarán la cólera de ambos bandos ya que la lógica de este tipo de acuerdo consiste en dar un vuelco radical a estrategias anteriores y, por consiguiente, en traicionar a algunos aliados, algo que nadie puede reconocer públicamente. Como me considero a mí mismo una persona libre que lucha por determinados principios y no por serle simpático a alguien,
me arriesgaré aquí a plantear algunas hipótesis. Y dado que sólo
dispongo de la información accesible a todo el mundo, invito a los demás a meditar sobre lo siguiente:  Inicialmente, Washington había previsto repartirse el «Medio Oriente ampliado» con Rusia. Ese fue el tema central de la conferencia Ginebra 2, en junio de 2012. Pero, ante la recuperación del poderío ruso, Estados Unidos concluyó que no podía confiar el papel de gendarme regional a un Estado cuya ambición no es convertirse en subimperio sino llegar a ser un polo independiente. Así que Washington se volvió hacia Irán.

imam Khomeiny
Por consiguiente, el objetivo estratégico de Washington con este acuerdo es devolver a Irán el papel que ya ejerció en tiempos del Shah: el papel de gendarme regional. Al aceptar ese papel, Teherán renunciaría al ideal antiimperialista del imam Khomeiny. En efecto, cuando volvió a su país, Khomeiny dedicó su primer discurso a exhortar el ejército a dejar de servir los intereses de los anglosajones y a ponerse al servicio de la libertad de los pueblos. Para hacerla aceptable a los ojos de la opinión pública, la firma del acuerdo tiene que traducirse en un cese del fuego lo más amplio posible, lo cual implica la división de la región en zonas de influencia. Al mismo tiempo, el acuerdo debe alcanzar los 2 objetivos estratégicos de Estados Unidos: garantizar simultáneamente la seguridad de Israel y el control de los recursos energéticos    

No hay comentarios: