viernes, 5 de junio de 2015

CAMBIO CLIMÁTICO: ARMANDO LA TRAMPA

LA INDUSTRIA NO VA A RENUNCIAR A SUS INVERSIONES  
TAMPOCO DEJARA DE COBRAR SUBSIDIOS.
LA GEOINGENIERÍA ES UNA SOLUCIÓN PERFECTA:
CALIENTA MAS EL PLANETA Y COBRA PARA ENFRIARLO.


  GEOINGENIERIA: VEA VIDEO EN COLUMNA A LA DERECHA.  


Escribe 
SILVIA  RIBEIRO (*)
 Fuente:
 “La Jornada” de Mexico
30 de Mayo 2015

(*) SILVIA RIBEIRO – Escritora. Periodista. Militante ambientalista.Directora para América Latina del Grupo ETC y trabaja en la oficina de México.. Ha sido periodista y coordinadora de campañas en temas ambientales. Especialista en cambio climático. Escribe sobre biotecnología y agro negocios. Impactos de los transgénicos; concentración corporativa, propiedad intelectual, el papel de la ciencia y las nuevas tecnologías y sus peligros. Ha dicho: “Es grave e irresponsable el intento de FAO de legitimar los transgénicos como solución al hambre y la crisis climática”.   


Aumenta el caos climático, con tormentas feroces fuera de tiempo y lugar, inundaciones donde no las había, sequías interminables, olas de frío o calor extremo, todo con impactos terribles para la gente
común y peores para los más vulnerables. Sus causas están claras: la expansión del modelo industrial de producción y consumo basado en combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón), principalmente para generación de energía, sistema alimentario agroindustrial y urbanización salvaje. Urge cambiar el modelo y reducir drásticamente la emisión de gases de efecto invernadero, única solución real. Pero con el poder económico de las industrias beneficiadas y los enormes subsidios que reciben de los gobiernos –a

quienes retornan el favor apoyando sus campañas políticas– cambiar o reducir realmente no está en la agenda. En lugar de ello, están armando una trampa global para seguir con sus negocios como siempre, aparentando que hacen algo para enfrentar la crisis. Su apuesta de frontera es la geoingeniería: manipular el clima para tapar el sol y bajar la temperatura, remover los gases de la atmósfera por medios tecnológicos y enterrarlos en fondos geológicos, cambiar la química de los oceános,


blanquear las nubes, entre otras. Serían nuevas fuentes de negocios: seguir calentando el planeta y vender la forma de enfriarlo. Como todo en geoingeniería es de alto riesgo, razón por la cual está bajo una moratoria en Naciones Unidas, la maniobra es comenzar por algunas técnicas, para luego legitimar el paquete. Las que empujan ahora, ante la inminencia de un nuevo acuerdo global sobre el clima que se prevé tomar en París en diciembre 2015, se llaman CCS y BECCS, por sus


siglas en inglés, en castellano captura y almacenamiento de carbono y bioenergía con captura y almacenamiento de carbono. Ambas vienen de la industria petrolera, que no las usa porque no son económicamente viables. No es cualquier industria, es la más poderosa del globo. De las 12 mayores empresas del planeta, ocho son de petróleo y energía, dos son comerciantes de alimentos y dos fabricantes de automóviles (Fortune, 2015). Son los sectores que según expertos son los principales causantes del cambio climático. Sólo 90 empresas


de petróleo, energía y cemento (la mayoría privadas) son responsables de dos tercios de los gases de efecto invernadero emitidos globalmente desde 1850 (R. Heede, 2014) Las industrias de petróleo y energía manejan una infraestructura de 55 billones de dólares en todo el planeta. Tienen reservas aún no explotadas estimadas en 25-28 billones de dólares. Un reciente informe del


Fondo Monetario Internacional (FMI, mayo 2015) agregó que los gobiernos subsidian a esas industrias con 5.3 billones de dólares anuales, o como calculó el diario británico The Guardian, 10 millones de dólares por minuto, durante todos los días del año 2015. Un monto mayor que los gastos de salud sumados de todos los gobiernos del mundo. La suma estimada por el FMI incluye subsidios directos e indirectos, como los enormes gastos de salud y ambiente imputables al uso de combustibles fósiles. El informe fue

contestado por fuentes empresariales, alegando que son subsidios al consumo y que otros combustibles también tienen impactos. Pero aún restando lo que le disputan, se trata de cifras exorbitantes para las empresas más contaminantes y ricas del planeta. La reforma privatizadora de la energía en México, contribuye también a subsidiarlas. Obviamente, la industria no va a renunciar a sus inversiones y tampoco a los subsidios. Por eso, la geoingeniería es para ellas una solución perfecta: seguir calentando el planeta y cobrar por enfriarlo. Shell ya está diciendo que se debe pagar a las petroleras para salvar al planeta del cambio climático con CCS y BECCS. Sería el colmo de la perversión: pagar a los culpables del caos climático, para que extraigan más petróleo y encima cobren por seguir contaminando.   

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