viernes, 26 de junio de 2015

EL CUARTO SECRETO DE LECTURA DEL TTIP

EL ASUNTO SOLO SERÍA UNA CITA ANECDÓTICA, 
SI EL URUGUAY  NO PARTICIPARA EN LAS
NEGOCIACIONES SECRETAS DEL ACUERDO TISA,
OTRA CREACIÓN DE LA MISMA FACTURA QUE EL TTIP.

Escribe
 LUIS C. TURIANSKY- 
Ing. Arq. Analista uruguayo, 
que reside en Praga (Google.) 
Publicado en:
“Agencia Uruguaya de Noticias” 
15 de Junio 2015.


Por fin, la Comisión Europea ha abierto a las miradas curiosas los textos de las propuestas del tratado de Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP por su denominación en inglés). El acceso a los mismos es por demás curioso. Imagínese que Ud. es europeo y quiere conocer en qué consiste este tratado que, según dicen, cambiará totalmente su modo de vida y las reglas de intercambio comercial entre los países de la Unión Europea por un lado, y los Estados Unidos
por el otro. Después de insistir en su derecho a informarse antes de un eventual voto de ratificación por referéndum europeo, porque no se conforma con las informaciones filtradas a través del sitio Wikileaks y quiere saber de buena fuente de qué se trata, sentirá un gran alivio al enterarse de la decisión de la Comisión Europea de poner a disposición de los interesados los textos del acuerdo. Sobre todo porque el cumplimiento de este derecho

elemental no fue tarea fácil, ya que chocó con la resistencia de EE.UU. y los grandes consorcios transnacionales involucrados, para quienes la transparencia de las negociaciones equivale a la herejía. Buscará entonces los detalles de procedimiento donde corresponde, es decir en el sitio web de la Comisión, http://ec.europa.eu. Allí verá que, en cada embajada de EE.UU. en los países de la Unión, se instalará un cuarto especialmente acondicionado para tan noble fin. Los interesados deberán solicitar con antelación su ingreso, ya que solo se admitirá a uno por vez. El cuarto en cuestión (ignoramos sus dimensiones y sus condiciones de iluminación) estará


dotado de cámaras de vigilancia. El curioso (o impertinente, según el lado por el que se mire) solo podrá leer la documentación pertinente y no le estará permitido copiarla ni fotografiarla y ni siquiera tomar apuntes a mano. Felices aquéllos que tienen buena memoria, pero sus eventuales citas (en principio prohibidas) carecerán de todo peso testimonial. Por lo tanto, los promotores del sacro acuerdo se salieron con la suya: satisfacer los pruritos de los políticos europeos frente a sus electores y, al mismo tiempo, proteger el secreto comercial de sus


transacciones. El asunto no pasaría de una breve información anecdótica para el lector uruguayo, si no fuera porque el Uruguay, por decisión del gobierno anterior, ratificada por el actual, participa oficialmente en las negociaciones del Acuerdo sobre el Comercio de Servicios (TISA por su sigla en inglés), una creación de la misma factura. También este está rodeado de un espeso secreto. No sería de extrañar que, a la hora de presentar un proyecto articulado a ratificación del Parlamento, los diputados tengan que hacer, ellos también, cola a la puerta de la Embajada de Estados Unidos, para tener el privilegio de leer los acuerdos que su Gobierno haya signado o eventualmente sentado reservas. Ni qué hablar luego de sus electores, "el soberano". Es el mundo en que vivimos y que nos han acostumbrado a aceptar como el único posible. (…la nota esta completa aquí)  





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