EL TIEMPO HISTÓRICO SE ACELERA.
LA CUENTA VA EN
CONTRA NUESTRA.
¿TENDREMOS UN FUTURO
COMO NACIÓN,
CONSTRUYENDO EL DEVENIR HUMANO..?
Escribe
LEONARDO BOFF (*)
Fuente Web del autor
9 de Junio 2015
(*)LEONARDO
BOFF (BRASIL) Teólogo, filósofo y escritor Uno de los fundadores de la Teología
de la Liberación. en 1985, la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida
por el Cardenal Ratzinger (ex Papa) le silenció por un año por su libro “La
Iglesia, Carisma y Poder” . Profesor de ética y filosofía en Brasil.
Conferencista en muchas universidades, como Heidelberg, Harvard, Salamanca,
Barcelona, Lund, Lovaina, París, Oslo, Turín entre otras. Escribió más de 100
libros, traducidos a diversas lenguas. En 1997, el Parlamento Sueco le otorgó
el premio Right Livelihood, considerado el Nobel Alternativo.
Estas palabras, tomadas de una canción de Tom Jobim que todo
Brasil conoce, son también el título de un artículo del editor Cesar Benjamin
en la revista Piaui de abril de 2015. Tal vez sea una de las más sugestivas
interpretaciones de la mega-crisis brasilera, fuera del
marco teórico del
repetitivo y engañoso discurso a partir del PIB. En él se afirman, a mi
entender, dos puntos básicos: el agotamiento de la forma de hacer política del
PT (lulismo) y la urgencia de pensar un proyecto de Brasil a partir de nuevos
fines y de nuevos valores. Ese sería el gran legado de la actual crisis que
Benjamin reputa como «la más grave de nuestra historia». Eso me remite a lo que
oí a J. Stiglitz, Nobel de economía, el año 2009 durante una conferencia en los
espacios de la ONU a la cual asistí: «el legado de la crisis
económico-financiera de 2008 será un gran debate de ideas sobre qué mundo
queremos». En todo el mundo y en Brasil ese parece ser realmente el gran
debate. Otros
llegan a formularlo de forma dramática: o cambiamos o moriremos.
La percepción generalizada es que tal como están las cosas, no pueden
continuar, pues ahí por delante nos espera un abismo. Ante la crisis actual
adquieren fuerza las palabras severas de Celso Furtado en un libro que vale la
pena volver a revisar: Brasil: la construcción interrumpida (1993): «Nos falta
la experiencia de pruebas cruciales, como las que conocieron otros pueblos cuya
supervivencia llegó a estar amenazada. Y nos falta también un verdadero
conocimiento de nuestras posibilidades y, principalmente, de nuestras
debilidades. Pero no ignoramos que el tiempo histórico se acelera y que la
cuenta del tiempo va en contra nuestra. Se trata de saber si tendremos un
futuro como nación que
Tom Jobim |
Cesar Benjamin |
cuenta en la construcción del devenir humano. O si
prevalecerán las fuerzas que se empeñan en interrumpir nuestro proceso
histórico de formación de un Estado-nación» (p. 35). Y concluye pesaroso: «todo
apunta hacia la inviabilización del país como proyecto nacional» (p. 35). Estimo
que la grande y decisiva “prueba crucial”
ha llegado. He planteado con frecuencia esta alternativa: o nos
proponemos volver a fundar Brasil sobre una nueva visión de mundo y de futuro o
estaremos condenados a ser un apéndice del proyecto-mundo que ha entrado en
crisis en los países centrales, extendiéndose por todo el
Celso Furtado |
sistema y que no
consigue encontrar una salida viable. ¿Deseamos dar ese paso que nos renueve
desde los fundamentos? Benjamin considera: «Nuestro sistema político gira en
falso. Se gobierna a sí mismo, en vez de gobernar a Brasil. Presos en esta
trampa, nos hemos vuelto una sociedad de voluntad débil, que no consigue
canalizar su energía para lo que verdaderamente importa. Sociedades así pierden
la capacidad de desarrollarse, aún más en un contexto internacional, como el
actual, en el que las disputas neutralizan cualquier avance». Y concluye:
«Necesitamos encontrar gente nueva, organizada de manera nueva, que, en vez de
tratar de adaptarse a lo que la sociedad es o parece ser, acepte correr el
riesgo de anunciar lo que puede llegar a ser, para impulsarla». Esta gente
nueva es lo que estamos buscando y lo que
Celso Furtado tanto deseaba. Mi
modesto sentimiento del mundo me dice que es importante realizar las siguientes
transformaciones si queremos salir bien de la crisis y tener un proyecto
autónomo de nación: (lea esta parte en la versión completa. Gracias) Retomo el
título de Benjamin: “es palo, es piedra, es un fin de camino”, no sólo el fin del
actual proyecto-Brasil sino el fin del proyecto-mundo vigente. Dentro de poco,
la economía se orientará por lo ecológico y por los bienes y servicios
naturales. En eso podemos ser una gran potencia por los inmensos recursos que
tenemos. El mundo necesitará más de nosotros que nosotros del mundo. A quien
toma en serio la reflexión sobre una ecología integral prácticamente ausente en
las discusiones económicas, el calentamiento global y los límites físicos de la
Tierra, estas palabras mías no le suenan apocalípticas sino realistas. Tenemos
que cambiar si queremos continuar sobre este planeta Tierra, pues por causa de
nuestra irresponsabilidad e inconsciencia ya no nos soporta más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario