EL EMIRATO ISLÁMICO ASUME SU PAPEL
COMO ALIADO DE EE.UU.
Y DE ISRAEL
EN EL «MEDIO ORIENTE AMPLIADO»,
AUNQUE DICE SER ENEMIGO DE AMBOS.
Escribe
THIERRY MEYSSAN (*)
Fuente
RED VOLTAIRE | DAMASCO
(SIRIA)
فارسى
ΕΛΛΗΝΙΚΆ ITALIANO
PORTUGUÊS
РУССКИЙ
ENGLISH FRANÇAIS
Lunes 1º de Junio 2015
(*)
THIERRY MEYSSAN (1957 Gironda, Francia) es un periodista y activista político
francés, autor de investigaciones sobre la extrema derecha así como sobre la
Iglesia Católica, entre otras. Escritor y analista internacional. Tiene
reconocida su especialización en temáticas de geopolítica. Presidente fundador
de la Red Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Sus análisis sobre
política exterior se publican en la prensa árabe, latinoamericana y rusa. Es
analista y consultante de varios gobiernos. Conferencista internacional en análisis geopolítico.
Los gobiernos occidentales ya ni siquiera tratan de esconder
el uso de yihadistas. ¿Ejemplos? La OTAN derrocó a Kadhafi utilizando a
al-Qaeda como fuerza terrestre; Israel sacó a los “cascos azules” del Golán y
los reemplazó por los hombres de al-Nusra; la coalición internacional contra el
Emirato Islámico permitió que los yihadistas
tomaran Palmira para perjudicar al
gobierno de Siria. Es fácil entender los intereses de las potencias
occidentales, pero resulta menos evidente entender por qué y de qué manera los
yihadistas prestan servicio al Tío Sam en nombre del Corán. El jeque Yussuf
al-Qaradawi, gurú de la Hermandad Musulmana y predicador estelar del Corán en
la televisión qatarí Al-Jazeera, bendice a los yihadistas que operan en Siria e
Irak y afirma, muy seriamente, que si Mahoma viviese, hoy sería aliado de la
OTAN. A menudo nos preguntamos cómo se las arreglan el Pentágono y la CIA para
manipular a millones de musulmanes y lograr que luchen por los
intereses del
Tío Sam. Si bien es cierto que algunos líderes son agentes pagados, también es
verdad que la mayoría de los yihadistas creen que luchan y mueren por ir al
paraíso. La respuesta es extremadamente simple: partiendo de la retórica de la
Hermandad Musulmana es posible apartarse de la realidad humana y enviarlos a
matar a cualquiera, como agitando un trapo rojo ante un toro. Oficialmente, el
Emirato Islámico se separó de al-Qaeda y no reconoce la autoridad de Ayman
al-Zawahiri. Sin embargo, en muchos lugares, como en la región siria de
Qalamun, es imposible diferenciar a los seguidores del Emirato Islámico de los
de al-Qaeda: los mismos yihadistas utilizan simultáneamente las dos
etiquetas.Por supuesto, siempre habrá quien responda que todo no pasa
de ser una diferencia de orden personal surgida simplemente porque Abu Bakr
al-Baghdadi quiere ser jefe en lugar del jefe. Pero el hecho es que el Emirato
Islámico y al-Qaeda, aunque utilizan retóricas muy diferentes, recurren
exactamente a las mismas prácticas. Tienen en común las consignas de la
Hermandad Musulmana: «Nuestra Constitución es el Corán», «La solución es el
islam». La vida piadosa se hace así extremadamente simple. No importa que el
Creador nos haya hecho inteligentes, invariablemente y sin importar las
circunstancias, hay que aplicar la palabra divina como si fuésemos máquinas. Y
si la situación no aparece en El Libro… la solución es destruirlo todo. Por
supuesto, los resultados de esa forma de actua
r son catastróficos y esas
organizaciones han sido incapaces de instaurar en ningún lugar nada que se
parezca al inicio de la sociedad perfecta que dicen desear. Pero la opinión
pública occidental no ha seguido esa evolución. Está convencida del peligro de
un mítico expansionismo ruso, se obstina en atribuir a los yihadistas los
atentados del 11 de septiembre, no ve la realidad sobre lo sucedido en Libia y
en la frontera del Golán ocupado por Israel y se aferra por ello a la errónea
idea que presenta a al-Qaeda como una organización terrorista antiimperialista.
Los árabes, mientras tanto, no se basan en los hechos sino que eligen –según
los casos– la realidad o la propaganda occidental para inventarse así una
narración romántica sobre al-Qaeda
No hay comentarios:
Publicar un comentario