martes, 2 de junio de 2015

CHILE, PLAZA FINANCIERA DEL YUAN EN AMERICA LATINA

CHILE SERÁ LA PRIMERA PLAZA DEL YUAN 
EN AMÉRICA LATINA, SEGUN LA ADOPCIÓN 
DE 3 ACUERDOS CLAVE.  ALCANZADOS 
DURANTE LA GIRA DE LI KEQIANG...
   

Escribe 
ARIEL NOYOLA RODRÍGUEZ(*)
 Fuente “ALAI” 
 Publica “Rebelión” 
Lunes 1º de Junio 2015

(*) ARIEL NOYOLA RODRÍGUEZ- Periodista. Economista egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México. Contacto: noyolara@gmail.com. Twitter: @noyola_ariel. Columnista de opinión de la revista Contralínea. [Red Voltaire]. Miembro del Observatorio Económico de América Latina del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Autor de: “Geopolítica del Banco BRICS: estrategia y cooperación financiera” y “Alianza del Pacífico: bastión estadunidense del “regionalismo abierto” Ha dicho que “El número de adeptos de la moneda china es cada vez mayor en su proceso de internacionalización. Después de ganar el apoyo en Asia y el Pacífico”


Durante su visita a Brasil, Colombia, Perú y Chile, el primer ministro Li Keqiang, abonó la influencia de China en América Latina a través del cumplimiento de 2 metas fundamentales: la transformación del mapa
económico de la región para apuntalar el protagonismo de Asía-Pacífico, y el impulso del yuan en territorio sudamericano a través de Santiago de Chile como plataforma. El primer objetivo se alcanzó con los gobiernos de Brasil y Perú: la construcción de una red ferroviaria de más de 5,000 kilómetros que conectará los océanos Atlántico y Pacífico a fin de aumentar los montos y la velocidad de los intercambios comerciales con China. La «Ruta de la Seda» extensiva a Sudamérica. será una alternativa para el tránsito de mercancías por el Canal de Panamá (bajo control estadounidense

desde hace décadas) y al mismo tiempo, complementará las capacidades del Canal de Nicaragua, también de próxima implementación. En la construcción de ambos canales destaca el financiamiento provisto por China, producto tanto de su interés por garantizar el suministro de recursos naturales de carácter estratégico (petróleo, metales, minerales, etcétera), como por los vínculos comerciales privilegiados que mantiene con Managua y las economías sudamericanas, incluso por delante de Estados Unidos y Europa. Sin embargo, el incremento de los flujos de comercio e inversión entre


China y la región latinoamericana, sobre todo a partir del ingreso de la primera a la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 2001, no guarda hasta el momento ninguna relación con el uso incipiente del yuan. Mientras que el comercio con China se multiplicó 22 veces entre los años 2000 y 2014, según las estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)[2], a partir de 2009 únicamente con Brasil y Argentina se establecieron acuerdos tipo «swap» (permutas de divisas) para impulsar las operaciones en yuanes entre empresas (a través de los bancos centrales). Ni siquiera


los principales exportadores de hidrocarburos y minerales a la región Asia-Pacífico, como Venezuela y Perú, lograron construir vínculos de cooperación financiera con Pekín. De ahí la importancia del segundo acuerdo alcanzado durante la gira de Li Keqiang: Chile, el primer país sudamericano que reconoció a China en el ámbito diplomático hace 45 años y que suscribió un Tratado de Libre Comercio (TLC) en 2005, ahora será protagonista del lanzamiento de la primera plaza financiera del yuan en América Latina, gracias a la adopción de 3 acuerdos clave. En primer lugar, el gobierno chileno recibió la


autorización de las autoridades regulatorias chinas para participar en el Programa Chino de Inversores Institucionales Extranjeros Calificados en Renminbi (RQFII, por sus siglas en inglés). Con ello, los bancos, fondos de pensiones, compañías de seguros y fondos mutuos de origen chileno, podrán invertir un monto límite de hasta 50,000 millones de yuanes (8,100 millones de dólares) en el mercado de capitales de China. En segundo lugar, se acordó la apertura del segundo banco de liquidación de la «moneda del pueblo» (renminbi) en el continente


americano, el primero se instaló en América del Norte, en Canadá. A través de una inversión inicial de 189 millones de dólares y bajo la supervisión del Banco de Construcción de China (CCB, por sus siglas en inglés), Chile y el gigante asiático disminuirán los costos de sus transacciones (operaciones de crédito, pagos por concepto de comercio exterior, etcétera) y facilitarán la conversión entre sus divisas. El CCB es una entidad global que en los últimos años, ha llevado a cabo operaciones por más de 7 billones de yuanes para más de 19,000 clientes fuera de China. Ya con varias sucursales abiertas en Chile, ahora pretende ampliar sus servicios financieros en el resto de los países sudamericanos. Y en tercer lugar finalmente, se concretó la firma de una línea de crédito «swap» de divisas entre el banco central de Chile y el Banco Popular de China por un monto de 22,000 millones de yuanes (3,500 millones de dólares). 
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