CHILE SERÁ LA PRIMERA PLAZA DEL YUAN
EN
AMÉRICA LATINA, SEGUN LA ADOPCIÓN
DE 3 ACUERDOS CLAVE. ALCANZADOS
DURANTE LA GIRA DE LI KEQIANG...
Escribe
ARIEL NOYOLA RODRÍGUEZ(*)
Fuente “ALAI”
Publica “Rebelión”
Lunes 1º de Junio 2015
(*) ARIEL NOYOLA RODRÍGUEZ- Periodista. Economista egresado
de la Universidad Nacional Autónoma de México. Contacto: noyolara@gmail.com.
Twitter: @noyola_ariel. Columnista de opinión de la revista Contralínea. [Red
Voltaire]. Miembro del Observatorio Económico de América Latina del Instituto
de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Autor
de: “Geopolítica del Banco BRICS: estrategia y cooperación financiera” y “Alianza
del Pacífico: bastión estadunidense del “regionalismo abierto” Ha dicho que “El
número de adeptos de la moneda china es cada vez mayor en su proceso de
internacionalización. Después de ganar el apoyo en Asia y el Pacífico”
Durante
su visita a Brasil, Colombia, Perú y Chile, el primer ministro Li Keqiang,
abonó la influencia de China en América Latina a través del cumplimiento de 2
metas fundamentales: la transformación del mapa
económico de la región para
apuntalar el protagonismo de Asía-Pacífico, y el impulso del yuan en territorio
sudamericano a través de Santiago de Chile como plataforma. El primer objetivo
se alcanzó con los gobiernos de Brasil y Perú: la construcción de una red
ferroviaria de más de 5,000 kilómetros que conectará los océanos Atlántico y
Pacífico a fin de aumentar los montos y la velocidad de los intercambios
comerciales con China. La «Ruta de la Seda» extensiva a Sudamérica. será una
alternativa para el tránsito de mercancías por el Canal de Panamá (bajo control
estadounidense
desde hace décadas) y al mismo tiempo, complementará las
capacidades del Canal de Nicaragua, también de próxima implementación. En la
construcción de ambos canales destaca el financiamiento provisto por China,
producto tanto de su interés por garantizar el suministro de recursos naturales
de carácter estratégico (petróleo, metales, minerales, etcétera), como por los
vínculos comerciales privilegiados que mantiene con Managua y las economías
sudamericanas, incluso por delante de Estados Unidos y Europa. Sin embargo, el
incremento de los flujos de comercio e inversión entre
China y la región
latinoamericana, sobre todo a partir del ingreso de la primera a la Organización
Mundial de Comercio (OMC) en 2001, no guarda hasta el momento ninguna relación
con el uso incipiente del yuan. Mientras que el comercio con China se
multiplicó 22 veces entre los años 2000 y 2014, según las estimaciones de la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)[2], a partir de 2009
únicamente con Brasil y Argentina se establecieron acuerdos tipo «swap»
(permutas de divisas) para impulsar las operaciones en yuanes entre empresas (a
través de los bancos centrales). Ni siquiera
los principales exportadores de
hidrocarburos y minerales a la región Asia-Pacífico, como Venezuela y Perú,
lograron construir vínculos de cooperación financiera con Pekín. De ahí la
importancia del segundo acuerdo alcanzado durante la gira de Li Keqiang: Chile,
el primer país sudamericano que reconoció a China en el ámbito diplomático hace
45 años y que suscribió un Tratado de Libre Comercio (TLC) en 2005, ahora será
protagonista del lanzamiento de la primera plaza financiera del yuan en América
Latina, gracias a la adopción de 3 acuerdos clave. En primer lugar, el gobierno
chileno recibió la
autorización de las autoridades regulatorias chinas para
participar en el Programa Chino de Inversores Institucionales Extranjeros
Calificados en Renminbi (RQFII, por sus siglas en inglés). Con ello, los
bancos, fondos de pensiones, compañías de seguros y fondos mutuos de origen
chileno, podrán invertir un monto límite de hasta 50,000 millones de yuanes
(8,100 millones de dólares) en el mercado de capitales de China. En segundo
lugar, se acordó la apertura del segundo banco de liquidación de la «moneda del
pueblo» (renminbi) en el continente
americano, el primero se instaló en América
del Norte, en Canadá. A través de una inversión inicial de 189 millones de
dólares y bajo la supervisión del Banco de Construcción de China (CCB, por sus
siglas en inglés), Chile y el gigante asiático disminuirán los costos de sus
transacciones (operaciones de crédito, pagos por concepto de comercio exterior,
etcétera) y facilitarán la conversión entre sus divisas. El CCB es una entidad
global que en los últimos años, ha llevado a cabo operaciones por más de 7
billones de yuanes para más de 19,000 clientes fuera de China. Ya con varias
sucursales abiertas en Chile, ahora pretende ampliar sus servicios financieros
en el resto de los países sudamericanos. Y en tercer lugar finalmente, se
concretó la firma de una línea de crédito «swap» de divisas entre el banco
central de Chile y el Banco Popular de China por un monto de 22,000 millones de
yuanes (3,500 millones de dólares).
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