jueves, 9 de julio de 2015

LA EUROPA TOTALITARIA EN EVIDENCIA

PUEBLO PEQUEÑO  CON VALOR  QUITO LA MÁSCARA. 
LOS  GOBIERNOS  EUROPEOS QUEDARON A LA VISTA.  
YA NO PODRÁN DISIMULAR LO QUE HACEN  
NI EN BENEFICIO DE QUIÉN ESTAN ACTUANDO.

 Escribe 
JUAN TORRES LÓPEZ (*)
Fuente Blog del autor 
en “Público. es”.España 
 Lunes  6 de julio 2015

(*) JUAN TORRES LÓPEZ –ESPAÑA (Granada 1954) - Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla. Ha escrito alrededor de 15 libros, algunos de referencia, como el manual Economía Política o Análisis Económico del derecho: Panorama doctrinal, entre otros. Sobre la crisis económica ha escrito varias obras de gran divulgación. entre las que destacan entre otros de “El gran despilfarro: La crisis bancaria en España” “Banco Central Europeo: un pirómano al servicio de la banca privada”” Los amos del mundo. Las armas del terrorismo financiero.”  .

En Grecia se ha puesto en marcha —¡qué paradoja de la historia!— el proceso al que más temen las autoridades europeas, la democracia que permite revelar las preferencias y los intereses de la gente. Durante años, los que gobiernan vienen diciendo que todo lo que
hacen es por el bien de los ciudadanos y que las medidas que toman son las que más convienen a todos. Aunque las encuestas  vienen mostrando desde hace mucho tiempo que no es eso precisamente lo que piensan los europeos. Solo el 25% cree que las cosas van por la buena dirección en Europa, solo el 29% tiene confianza en su gobierno y solo el 37% en la Unión Europea. Solo el 40% cree que su voz cuenta en la Unión Europea, solo el 43% está satisfecho con la democracia existente en la UE y solo el 40% cree que los intereses de su país han sido tomados en cuenta por sus diferentes instituciones.Pero esas encuestas las lee muy poca gente y además están precocinadas para que no hagan demasiado daño a los gobernantes.
Lo que sí les duele de verdad a todos ellos es lo que acaba de pasar en Grecia, que se vea claramente y sin ningún tipo de dudas que la inmensa mayoría de la población no cree lo que le dicen, y que no
quiere que se sigan imponiendo esas políticas que dicen aplicar por el bien de la mayoría porque la verdad es que son contrarias a los intereses mayoritarios de la población. Por eso querían evitar el referendum y por eso se van a vengar ahora de Grecia con toda su fuerza. Al pueblo heleno no le van a perdonar que haya tirado de la manta para poner en evidencia a la Europa totalitaria que con palabrería vacía gobierna en contra de lo que quiere la mayoría de los europeos. Las autoridades europeas y los economistas que defienden las políticas que se vienen imponiendo en Europa en los últimos años se empeñan en presentar las cosas como resultado de una disyuntiva:

o se hace lo que dicen ellos, o vendrá el caos. Basta oírlos día a día en los medios de comunicación, donde aparecen sin descanso.
Por un lado, se presentan ellos y sus propuestas sensatas y cargadas siempre de una lógica que a primera vista suena como indiscutible: hay que moderar los salarios y eliminar derechos laborales —aunque a esto lo llaman flexibilizar— para que se creen puestos de trabajo, hay que reducir los gastos del Estado en servicios públicos o en pensiones.   Suponen una carga que no nos podemos permitir, los impuestos son innecesarios y es mejor bajarlos, hay que privatizar las empresas y
servicios públicos porque los privados funcionan mejor y todo eso es todavía más imprescindible ahora porque hemos de reducir la deuda por encima de todo…
 En ese bando están Merkel o Rajoy y los economistas que los acompañan con su fundamentalismo ideológico para justificar estas medidas que a la postre solo están beneficiando a las grandes empresas y patrimonios. En el otro lado estamos todos los demás, los que no sabemos nada —según dicen—, los que solo vamos a traer el caos y la pobreza, los que con nuestras propuestas haremos que salgan capitales a montones, los que arruinaremos a los pensionistas y haremos que el paro se multiplique. Ahí están ahora, Syriza o
Varoufakis. Da igual que junto a estos últimos se encuentren premios Nobel de Economía como Krugman o Stiglitz y muchos más como ellos, de primera fila y de valía reconocida desde hace años en las instituciones académicas más rigurosas del mundo.

Da igual que los datos demuestren sin ningún tipo de dudas lo que es evidente: que quienes dicen que no saben nada han sido los que supieron predecir lo que ocurrió, mientras que quienes han producido una crisis gigantesca, millones de desempleados, quiebras bancarias, huida de capitales, destrucción de
cientos de miles de empresas, la ruina de pensionistas y de millones de familias son los que ahora se presentan como los únicos sabios capaces de solucionar los problemas que tenemos. Y da igual que las hemerotecas demuestren sin lugar a dudas que todos ellos se equivocaron, que negaron la crisis o dijeron que sería pasajera o sin importancia, y que no supieron prever lo que iba a suceder. Ahora, los que más erraron en sus predicciones se empeñan en decirnos que saben lo que hay que hacer para afrontar con éxito el futuro.Todo es una farsa de dimensiones colosales y han hecho todo lo posible para evitar un referendum como el griego porque saben que eso es lo que la pone al descubierto.    

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