PUEBLO PEQUEÑO CON
VALOR QUITO LA MÁSCARA.
LOS GOBIERNOS
EUROPEOS QUEDARON A LA VISTA.
YA NO PODRÁN DISIMULAR LO QUE HACEN
NI EN BENEFICIO DE QUIÉN ESTAN ACTUANDO.
Escribe
JUAN TORRES
LÓPEZ (*)
Fuente Blog del autor
en “Público. es”.España
Lunes 6 de julio 2015
(*) JUAN TORRES LÓPEZ –ESPAÑA (Granada 1954) - Catedrático
de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla. Ha escrito alrededor de 15 libros,
algunos de referencia, como el manual Economía Política o Análisis Económico
del derecho: Panorama doctrinal, entre otros. Sobre la crisis económica ha
escrito varias obras de gran divulgación. entre las que destacan entre otros de
“El gran despilfarro: La crisis bancaria en España” “Banco Central Europeo: un
pirómano al servicio de la banca privada”” Los amos del mundo. Las armas del
terrorismo financiero.” .
En Grecia se ha puesto en marcha —¡qué paradoja de la
historia!— el proceso al que más temen las autoridades europeas, la democracia
que permite revelar las preferencias y los intereses de la gente. Durante años,
los que gobiernan vienen diciendo que todo lo que
hacen es por el bien de los
ciudadanos y que las medidas que toman son las que más convienen a todos.
Aunque las encuestas vienen mostrando
desde hace mucho tiempo que no es eso precisamente lo que piensan los europeos.
Solo el 25% cree que las cosas van por la buena dirección en Europa, solo el
29% tiene confianza en su gobierno y solo el 37% en la Unión Europea. Solo el
40% cree que su voz cuenta en la Unión Europea, solo el 43% está satisfecho con
la democracia existente en la UE y solo el 40% cree que los intereses de su
país han sido tomados en cuenta por sus diferentes instituciones.Pero esas
encuestas las lee muy poca gente y además están precocinadas para que no hagan
demasiado daño a los gobernantes.
Lo que sí les duele de verdad a todos ellos es lo que acaba
de pasar en Grecia, que se vea claramente y sin ningún tipo de dudas que la
inmensa mayoría de la población no cree lo que le dicen, y que no
quiere que se
sigan imponiendo esas políticas que dicen aplicar por el bien de la mayoría
porque la verdad es que son contrarias a los intereses mayoritarios de la
población. Por eso querían evitar el referendum y por eso se van a vengar ahora
de Grecia con toda su fuerza. Al pueblo heleno no le van a perdonar que haya
tirado de la manta para poner en evidencia a la Europa totalitaria que con
palabrería vacía gobierna en contra de lo que quiere la mayoría de los
europeos. Las autoridades europeas y los economistas que defienden las
políticas que se vienen imponiendo en Europa en los últimos años se empeñan en
presentar las cosas como resultado de una disyuntiva:
o se hace lo que dicen
ellos, o vendrá el caos. Basta oírlos día a día en los medios de comunicación,
donde aparecen sin descanso.
Por un lado, se presentan ellos y sus propuestas sensatas y
cargadas siempre de una lógica que a primera vista suena como indiscutible: hay
que moderar los salarios y eliminar derechos laborales —aunque a esto lo llaman
flexibilizar— para que se creen puestos de trabajo, hay que reducir los gastos
del Estado en servicios públicos o en pensiones. Suponen una carga que no
nos podemos permitir, los impuestos son innecesarios y es mejor bajarlos, hay
que privatizar las empresas y
servicios públicos porque los privados funcionan
mejor y todo eso es todavía más imprescindible ahora porque hemos de reducir la
deuda por encima de todo…
En ese bando están Merkel
o Rajoy y los economistas que los acompañan con su fundamentalismo ideológico
para justificar estas medidas que a la postre solo están beneficiando a las grandes
empresas y patrimonios. En el otro lado estamos todos los demás, los que no
sabemos nada —según dicen—, los que solo vamos a traer el caos y la pobreza,
los que con nuestras propuestas haremos que salgan capitales a montones, los
que arruinaremos a los pensionistas y haremos que el paro se multiplique. Ahí
están ahora, Syriza o
Varoufakis. Da igual que junto a estos últimos se
encuentren premios Nobel de Economía como Krugman o Stiglitz y muchos más como
ellos, de primera fila y de valía reconocida desde hace años en las
instituciones académicas más rigurosas del mundo.
Da igual que los datos demuestren sin ningún tipo de dudas
lo que es evidente: que quienes dicen que no saben nada han sido los que
supieron predecir lo que ocurrió, mientras que quienes han producido una crisis
gigantesca, millones de desempleados, quiebras bancarias, huida de capitales,
destrucción de
cientos de miles de empresas, la ruina de pensionistas y de
millones de familias son los que ahora se presentan como los únicos sabios
capaces de solucionar los problemas que tenemos. Y da igual que las hemerotecas
demuestren sin lugar a dudas que todos ellos se equivocaron, que negaron la
crisis o dijeron que sería pasajera o sin importancia, y que no supieron prever
lo que iba a suceder. Ahora, los que más erraron en sus predicciones se empeñan
en decirnos que saben lo que hay que hacer para afrontar con éxito el
futuro.Todo es una farsa de dimensiones colosales y han hecho todo lo posible
para evitar un referendum como el griego porque saben que eso es lo que la pone
al descubierto.
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