LULA
HA PARTICIPADO EN ACTOS DE APOYO A LA MANDATARIA.
CONFIRMÓ QUE, A PARTIR DE AHORA Y COMO HABÍA
ANUNCIADO,
VIAJARÁ
POR TODO EL BRASIL PARA DEFENDER EL
GOBIERNO…
Escribe
ERIC NEPOMUCENO (*)
Columnista de
“La Jornada” de México
Domingo 16 de Agosto 2015
(*) ERIC NEPOMUCENO (Sao Paulo, 1948) es escritor, traductor
y periodista. . Ha publicado libros de cuentos y de no-ficción (ensayos
periodísticos y biografías).De la generación de Craciliano Ramos, Adonais
Filho, Nélida Piñón, Autran Dourado, Rubem Fonseca y sobre todo Clárice
Lispector y el gran Guimaraes Rosa, entre otros. Hasta 1965 estuvo relacionado
con importantes medios. Se dedico a escribir y era columnista en medios
prestigiosos del continente, como free lance.
Los
días previos a la marcha que la derecha –con pleno respaldo de los partidos de
oposición– preparó para hoy domingo 16 en todo el país para exigir la
destitución de Dilma Rousseff, una figura clave de
la política brasileña volvió
al centro del escenario: Luiz Inacio Lula da Silva.Concretamente, el ex
presidente asumió la defensa del fragilizado gobierno de su sucesora, que
también en los últimos días parece haber abandonado la inercia que la llevó a
un aislamiento peligroso y a la casi parálisis de su gestión.
Además
de reunirse con parlamentarios, Lula participó en actos de apoyo a la
mandataria y confirmó que, a partir de ahora y como había anunciado en junio,
pasará a viajar por todo el país para defender
programas del gobierno. Lula se
reunió, en Brasilia, con el vicepresidente y articulador del gobierno junto al
Congreso, Michel Temer, y también con el presidente del Senado, Renan
Calheiros, que luego de haber actuado de manera oscilante desde febrero parece
haber regresado a la alianza de los partidos con el PT. Además, participaron
del encuentro caciques del PMDB, principal partido aliado, en un intento de
contener los brotes de rebelión que amenazan al gobierno.
La
inestabilidad que persiste desde el inicio del segundo mandato de Dilma
Rousseff se mantiene, pero al menos en este primer momento no parece dar
muestras de agudizarse. En las últimas semanas el gobierno sufrió severas e
importantes derrotas en la Cámara de Diputados, cuyo presidente, Eduardo Cunha,
del PMDB, actúa como
incendiario enfurecido. La idea es movilizar a los
senadores, buscando un contrapunto. Y en ese caso, la actuación de Lula da
Silva se hace esencial.
En
público, el ex presidente defiende que se intente un acercamiento a Eduardo
Cunha. Pero en la intimidad sabe que se trata de algo imposible, y que la
principal esperanza para neutralizarlo es que la procuraduría general de la
Unión presente una denuncia formal, junto a la Corte Suprema, como consecuencia
de la investigación judicial en curso, a raíz de denuncias de corrupción. Con
eso, el parlamentario se vería forzado a abandonar la presidencia de
la Cámara.
Eduardo Cunha tiene una vasta historia de denuncias en su contra, pero siempre
logró controlarlas. Ahora se encuentra bajo amenaza real y concreta, y por eso
reacciona tratando de inviabilizar al gobierno.
Dilma
Rousseff parece haber finalmente decidido atender las súplicas de Lula y
defenderse de las presiones. Lo que no se puede prever de momento es si la
mandataria no tardó demasiado para salir de su inercia. Es importante recordar
que las investigaciones sobre corrupción en Petrobras y otras empresas
estatales, principalmente en el sector eléctrico, siguen avanzando, y nuevas
revelaciones gotean cada día. Las denuncias contribuyen con fuerza para
mantener al gobierno y al PT bajo presión permanente, en un desgaste que ya
provocó que Dilma tenga los menores índices de aprobación de cualquier
presidente desde el retorno de la democracia, hace 30 años.
Hace
unos días, el presidente del Senado, Renan Calheiros, en un claro gesto de
acercamiento al gobierno, divulgó un paquete de medidas económicas, cuyo
objetivo es calmar al empresariado y a la opinión pública. En realidad, son
medidas polémicas, elaboradas por el ministro de Hacienda, el neoliberal
Joaquim Levy, y por el economista Delfim Netto, quien fue llamado de zar de la
economía en la dictadura militar y se transformó en interlocutor privilegiado
de Lula y de Dilma. Las medidas tendrán que ser aprobadas por el Congreso.
Eduardo Cunha, como era esperado, ya anunció que las derrotará en la Cámara de
Diputados. Lula cree que logrará convencer a un número suficiente de
parlamentarios para que las aprueben.
También
como forma para salir del aislamiento y de la parálisis, se espera que Dilma
finalmente entienda la urgente necesidad de una reforma radical de su gabinete.
Es otro aspecto en el cual Lula viene insistiendo desde hace meses: que la
mandataria se haga rodear por ministros expresivos, en lugar de la formidable
colección de mediocridades que la acompaña. El número de ministros y
secretarios con rango ministerial –nada menos que 39– también podrá ser
reducido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario